El barrio fue usurpado hace un año y siete meses

Desmantelaron viviendas de Santa Rita durante el desalojo

Desmantelaron viviendas de Santa Rita durante el desalojo

Los usurpadores se fueron pero se llevaron todo lo que pudieron. Hoy, Santa Rita se parece más a un territorio en guerra, recién bombardeado. Ayer, había albañiles que tapiaban los restos de las viviendas para que no sean usurpadas nuevamente. Fotos: Mauricio Garín

 

Salomé Crespo

[email protected]

Literalmente peladas. Así se puede ver a la mayoría de las viviendas del complejo Santa Rita II, mientras transcurre el proceso de recuperación del barrio, que está llevando adelante la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo. Es que los mismos vecinos que ocuparon las casitas y firmaron el acuerdo de desalojo voluntario, se fueron llevando de a poco lo que necesitaban para instalarse en otro lugar. A su vez, otras viviendas fueron blanco de sucesivos saqueos perpetrados durante la noche o a plena luz del día, por habitantes de los barrios aledaños. Sin el menor decoro, hubo quienes se tomaron el tiempo para picar el perímetro de las ventanas y llevárselas. Prolijamente, de a una.

El panorama general del barrio resulta desolador. Se ven hileras de “esqueletos”, sólo ladrillos apilados que alguna vez conformaron una modesta casa. Ahora, son cuatro paredes maltrechas sin aberturas, sin tirantes, ni techo. El resultado de lo que se definiría como “un trabajo de hormiga”. De tanto en tanto, alguna casita conserva una antena de televisión y un tanque de agua. Los espacios comunes desaparecieron entre las malezas y la basura.

En cambio, las que están intactas son las casas ubicadas sobre calle Chaco que todavía no fueron desalojadas. Y aparentemente los ocupantes no están dispuestos a irse. “Lo que nos ofrecieron no nos sirve. Los que se fueron están en las mismas condiciones en las que estaban cuando vinieron acá, se fueron a usurpar un terreno a cualquier lado, armaron un rancho con las chapas que se llevaron y con la plata se compraron una moto”, señaló una mujer que dijo llamarse Ivón. Según manifestó son 16 las familias que no accederían a entregar las casas de Santa Rita.

El proceso de desalojo voluntario del barrio comenzó un año y medio después de la usurpación con la intervención de la Justicia. El gobierno provincial ofrece a los ocupantes la suma de 12 mil pesos, a cambio de la entrega de la vivienda.

000 IMG_7791.JPG

En la recorrida que realizó El Litoral, comprobó una fuerte presencia policial mientras los trabajadores del gobierno controlaban la carga de los materiales en fletes. Además de los saqueos, los usurpadores se llevaron más de lo que se les autorizó.

Gestión oficial

Hasta hoy, se recuperaron 141 viviendas de las 180 que fueron usurpadas en abril de 2012. Según Pablo Ábalos, director Provincial de Vivienda y Urbanismo, se están retirando voluntariamente entre 10 y 15 familias por semana. “Estamos satisfechos por cómo se viene dando el proceso”, destacó el funcionario y aclaró que no se fijaron plazos para terminar la negociación.

Sobre el desmantelamiento de las viviendas, Ábalos dijo que, “para favorecer el desalojo voluntario”, quienes se van se están llevando aquellos materiales que ellos mismos colocaron en las viviendas que ocuparon porque no estaban terminadas. “El barrio presentaba distintas instancias de construcción, por eso pusieron chapas. Bajo nuestra supervisión y con autorización sacan eso, pero nada que haya estado previamente”, puntualizó el director aunque a simple vista parece que es mucho más el material que desapareció.

En ese sentido, y ante la consulta de este medio, Ábalos reconoció que, a pesar de pagar adicionales a la policía para que custodie el barrio las 24 horas, “durante la noche o cuando nosotros no estamos se han llevado algunas cosas de casas que fueron recuperadas”. Insistió con énfasis que “mientras nosotros estamos eso no ocurre”.

000 IMG_7795.JPG

Gisela Mendoza compró con los 12 mil pesos una casita a medio construir. Con las chapas que se estaba llevando de Santa Rita anhelaba poder terminar una pieza más. Vive con una hermana discapacitada y su madre.