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Rastrear tradiciones

El 10 de noviembre pasado se celebró el Día de la Tradición, recordando al máximo representante de la poesía gauchesca argentina, José Hernández, quien escribió el “Martín Fierro”. La autora nos recuerda cómo se festeja en nuestro país, sus personajes típicos, además de creencias y supersticiones.

TEXTOS. ZUNILDA CERESOLE DE ESPINACO.

ILUSTRACIÓN. LUCAS CEJAS.

 

El 10 de noviembre, el pueblo argentino celebra el Día de la Tradición, fecha elegida por haber nacido ese día de 1834, en San Martín (Buenos Aires), José Hernández, máximo representante de la poesía gauchesca y autor del hermoso poema “Martín Fierro”, considerado como la obra maestra del género.

Con un estilo repleto de sencillez, naturalidad e ingenio, el poeta brinda un poderoso cuadro de la pampa y los gauchos, como así también resalta la filosofía popular plena de reflexiones vivenciales. Pocas obras literarias han alcanzado la gran popularidad de ésta, no sólo en Argentina sino en toda Latinoamérica.

FIESTAS POPULARES DE LA TRADICIÓN

En muchas partes de Argentina se realizan festejos alusivos a la tradición que revelan costumbres seculares y muestran una faz trascendente del sentido de pertenencia al país de origen.

En cada lugar toman un cariz propio y se pueden apreciar: desfiles de jinetes gauchos, corridas de sortija de a caballo, carreras cuadreras, guitarreros que cantan o ejecutan todo el repertorio de nuestra música, danzas nativas y tradicionales, comidas criollas (como asado, locro, empanadas y pastelitos), artesanías tradicionales, etc..

A modo de ejemplo citaremos algunos lugares en que se llevan a cabo: El Arañado (Córdoba), Jachal (San Juan), San Antonio de Areco, Laprida, Navarro, Chivilcoy (Buenos Aires).

PERSONAJES DE MISTERIOSO TALENTO

El baquiano y el rastreador son dignos de ser salvados del olvido por las increíbles cualidades y la genialidad para desarrollar sus tareas. El baquiano poseía un innato sentido de orientación y una memoria infalible que le permitía encaminarse correctamente, incluso de noche sabía cuál era el camino a seguir y lo recorría con seguridad.

El paisaje no era un misterio para él, conocía todos los caminos donde había árboles que daban sombra, los vados y las épocas en que descendían las aguas, podía identificar las hierbas, calculaba con precisión las distancias y su opinión era infalible.

La intuición le era familiar: pronosticaba las tormentas mucho tiempo antes de que se desaten, presagiaba los peligros, sabía dónde encontrar tropillas de refuerzo.

Fue importantísimo durante las guerras de la Independencia y las civiles. Algunos generales tenían que entregarse a la opinión de estos sabios del terruño porque, sin planos en tierras despobladas que desconocían, debían basar su estrategia a los informes del baquiano cuyas palabras merecían una fe ciega.

El rastreador tenía todo el caudal de eficiencia en la vista, la naturaleza lo había dotado de pupilas sabias, cerebrales. Conocía la diferencia entre una hierba que se marchitaba naturalmente y la que lo hacía presionada por un cuerpo extraño. En las ramas encontraba partículas casi invisibles de algún cuerpo que los había rozado y en las hojas, imperceptibles señales de las manos que las aprisionaron.

En la huella descubría si la bestia iba cansada o vigorosa, si era macho u hembra, si cargada o de tiro, si era guiada por mano segura o vacilante, si se desplazaba con apuro o con tranquilidad.

Sabía las horas del día por el sol y por las estrellas y la luna, las de la noche; su oído era de una fineza extraordinaria, conocía el origen y el significado de los ruidos que vagaban durante la travesía en horas de luz y de sombras.

Era serio y algo retraído, grave, circunspecto, convencido de su capacidad personal y la veracidad de su palabra, analítico y lógico en sus deducciones.

SUCEDIDOS

En nuestra campaña se designan con este nombre los hechos acaecidos o bien hechos ficticios, originados por alguna creencia o superstición, para darles veracidad. Se dice que realmente han pasado, se suele citar a una persona del lugar argumentando que la misma estaba presente en ese momento o bien que fue la primera que escuchó la confesión del involucrado en el hecho muy factible, que la persona citada por el narrador ya haya fallecido.

SUCEDIDOS ORIGINARIOS DEL NORTE SANTAFESINO EN LOS PAGOS DE SAN BERNARDO

Presencia inesperada. Un joven peón de una estancia, cansado del duro trabajo que realizaba de la mañana a la noche, en un arranque de furia exclamó: - ¡Ojalá que esta noche venga el diablo y me lleve!

Acostado en su catre, a la madrugada sintió que lo tocaban, se destapó para ver quién lo hacía y se encontró con un hombre petiso de roja mirada resplandeciente y rostro malvado.

Éste le dijo: - Bueno, vamos... ¡Vamos de una vez! Una viejita, como era malo, se adelantó y le dio un sopapo. ¡Para qué lo habrá hecho! La viejita que era el diablo transformado, le dio una golpiza brutal, desapareciendo luego.

Herido y maltrecho regresó como pudo a su rancho, tardó en reponerse y -al hacerlo- con humildad pagó la apuesta y contó lo que le había sucedido. Perdió la agresividad e hizo muchos amigos. La historia de este sucedido es un tema que perdura a través de los años y es relatado en encuentros, reuniones y junto al fogón en las noches invernales.

José Hernández, máximo representante de la poesía gauchesca, es el autor del hermoso poema “Martín Fierro”, considerado como la obra maestra del género.sentimentalismo.

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El poeta santafesino Pedro Arnaldo Vázquez expresa de esta manera su sentimiento hacia la tradición, en su poesía titulada “Amor a la tradición”:

Porque he nacido en el campo

me gusta la tradición,

y vengo a abrir el portón

que en mi pecho está cerrao,

que al decir un recitao

me relinche un corazón.

Me gusta cuando un paisano

con el lazo bien armao,

le tira un pial de volcao

al bagual más atrevido,

y le pega un alarido

si en el tirón lo ha voltiao.

En la caliente ceniza

se enciende la tradición,

y en la cintura un facón

no es p’armar un enconao,

es pa’cortar un asao

a la orilla del fogón.

Afirmao en la tranquera

es tradición pa’un abuelo,

que ha nacido en este suelo

y esté observando un segundo,

la mejor vista del mundo

que es el paisaje del cielo.

Tradición es patriotismo

es la bandera Argentina,

es nuestra gente genuina

que defendió nuestras tierras,

y es soldado de la guerra

que batalló en las Malvinas.

La tradición es guitarra

y es el canto de un paisano,

es el corcovo vaqueano

de algún reservao matrero,

y es la sombra de un alero

donde matea un gaucho ufano.

La tradición es costumbre

que perdura entre mi gente,

es un soldado valiente

que nadie matará,

tradición es libertad

que en mi patria está latente.

El canto de un paisano