Motivación, ¿cómo conseguirla?

En diferentes proyectos, emprendimientos, tratamientos que se inician y se quieren sostener en el tiempo es fundamental la motivación.

TEXTO. LIC. EN PSICOLOGÍA ALFONSINA FERRARINI. CENTRO DE NUTRICIÓN INTEGRAL DR. MEYER.

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La motivación puede definirse como el impulso o esfuerzo para satisfacer un deseo o meta. En otras palabras, motivación implica impulso hacia un resultado. Es lo que motiva a una persona a actuar de una determinada manera para conseguir lo que necesita. Ese impulso a actuar puede provenir del ambiente (estímulo externo) o puede ser generado por procesos internos del individuo (fisiología, necesidades y experiencias de cada persona, valores, etc.).

En un tratamiento para adelgazar, la motivación juega un papel importante ya que, por un lado, es necesario estar motivados para comenzar a realizar algunos cambios -de costumbres, en el estilo de vida, en la forma de alimentarse, en relación con el ejercicio físico-. Por otro lado, la motivación es la energía necesaria para “mantenerse en camino”, aunque sabemos que no siempre se sostiene igual en el tiempo porque la motivación es algo que fluctúa. Pero de ella dependerá en gran parte que las personas que se tienen la meta de adelgazar, se propongan a su vez otras relacionadas con todo lo que la delgadez misma les posibilitará.

Por ejemplo, sabemos que la mayoría de las personas que deseen y necesiten adelgazar estarán muy motivados al proponerse la meta de descender 20, 30 o 40 kg. en determinado tiempo e imaginarse a futuro con ese nuevo peso. Pero también es bueno para esas personas pensar en todo lo que podrán hacer a partir de haber alcanzado ese resultado, lo que podrán emprender, lo que podrán comprarse y usar. De esta manera, se renuevan las metas y se genera mayor entusiasmo para “seguir en camino”.

Generalmente ocurre que en los tratamientos para adelgazar sobreviene el cansancio, la ansiedad y, a veces, la frustración por no estar logrando las expectativas propias. Para esto es importante que, además de las metas que se visualizan a largo plazo, uno se pueda proponer objetivos a corto plazo. O, diciéndolo de otro modo, serían pequeñas metas para ir alcanzando semana a semana o mes a mes.

Fijarse objetivos a corto plazo permitirá ir concretando logros -que se pueden observar y disfrutar- y alcanzar esos pequeños logros o resultados genera sentimientos de satisfacción personal, de autoeficacia y alientan a seguir haciendo esfuerzo y cambios. Como generalmente el camino a la delgadez es largo, se necesita cargar combustible, y cada pequeño logro alcanzado es como una recarga de energía y motivación.

A TENER EN CUENTA

Muchas personas cometen el error de esperar a tener ganas o motivación para hacer las cosas, pero en verdad esto puede que demore mucho en llegar; entonces, se trata más bien de ponerse en acción primero y luego la motivación surgirá. Cuántas veces ha pasado que no se tienen ganas de ir a dar un paseo y cuando finalmente uno está paseando por cierto lugar, acompañado con ciertas personas, conociendo nuevas cosas o disfrutando de un paisaje... las ganas aparecen. Cuántas veces uno no ha tenido ganas de ponerse con un tejido, y cuando comienza a tejer y observa los avances, surgen las ganas de querer terminarlo cuanto antes.

Por otra parte, muchas veces se abandonan proyectos o metas porque se encuentran dificultades insalvables una vez embarcados. Muchas de estas dificultades se pueden prever con un básico estudio a priori.

También puede suceder que metas muy exigentes o poco realistas pueden ser frustrantes si no se llegan a cumplir y finalmente vendrá el abandono del tratamiento. Tampoco tienen que ser metas muy fáciles. Todo se trata de un equilibrio: un desafío te mantendrá motivado para seguir cumpliendo las pequeñas etapas y llegar así a la meta final.