Los mandatarios provinciales comenzaron a desfilar por la rosada

Un diálogo condicionado con el poder de la billetera

La mayoría de los gobernadores tiene que saldar este año parte de sus deudas con el gobierno central. La presidenta puede decidir a quién le da y a quién no; pero esta vez las cuentas nacionales también están en rojo.

 

Benito Geist

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El Presupuesto nacional 2014 no prevé oficialmente una extensión del Programa Federal de Desendeudamiento de las Provincias Argentinas. Así las cosas, la Casa Rosada seguirá manejando por decreto sus acreencias por $ 74 mil millones de pesos sobre las provincias. Sólo Santiago del Estero, San Luis y Santa Fe están fuera de lista.

En 2010, el gobierno nacional reestructuró la deuda de 16 provincias por $ 64.864

millones a través del referido programa. La Casa Rosada asumió así el costo del rescate de “cuasimonedas” y canjes de deuda, saldo de la crisis de inicio de siglo; el gobierno de Cristina se ganó así el alineamiento de los gobernadores.

Sus deudas fueron reprogramadas a 20 años y a una tasa del 6 % anual (negativa respecto de la inflación), por lo que la Nación ya fue “licuando” en parte esas deudas provinciales. La acreencia nacional concentró poder político a favor de la Casa Rosada, que por Resolución 33/11 de la presidencia extendió la gracia del período de pago hasta el final de este año.

De este escenario, Santa Fe resultó doblemente perjudicada. Primero porque no debía plata a la Nación a la salida de la crisis, y segundo porque Cristina extendió unilateralmente el descuento del 15 % sobre la coparticipación a Santa Fe, un mecanismo que había sido concebido para financiar a la Anses cuando se crearon las Afjp que ya no existen.

Mientras la demanda santafesina espera los inexplicados atrasos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el gobierno nacional mantiene una fuerte potestad política sobre los gobernadores de provincias endeudadas. Y los mandatarios han comenzado a marchar hasta el despacho de Jorge Capitanich.

Curioso caso el del jefe de Gabinete: es a la vez gobernador -en licencia- de una provincia que le debe $ 3.981 millones a la Nación, y referente nacional para que los gobernadores le pidan a Cristina un eventual refinanciamiento.

El misionero Maurice Closs y el chubutense Martín Buzzi ya pasaron por su despacho; los próximos serán Lucía Corpacci (Catamarca), Paco Pérez (Mendoza) y Eduardo Fellner (Jujuy).

¿Estoico?

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  • Daniel Scioli es opositor para los kirchneristas de izquierda y oficialista para los peronistas renovadores. El mandatario bonaerense tiene la deuda más alta con la Casa Rosada: $ 32.711 millones ($ 4.600 millones exigibles este año).

Cuando Cafiero quiso ser presidente, cedió parte de la coparticipación bonaerense e inició un período de déficit provincial hasta hoy insalvable. Cuando Duhalde intentó ganarle a Menem, endeudó la provincia y al grupo Bapro con un peso tan gravoso que contribuyó sustancialmente a la crisis de 2001.

Ahora que Scioli y Sergio Massa están disputando el poder, con el kirchnerismo como resistente telón de fondo, las peleas por las arcas vuelven al centro de atención. El massismo “sólo” le habilitó al presupuesto de Scioli otros $ 15 mil millones más de deuda; teme que el gobernador use el crédito oficial para financiar su campaña.

Puede que la paciencia de Scioli tenga algo de virtud filosófica o espiritual, pero seguro que se explica mucho por extorsión política y financiera. Sin embargo, la salud de las cuentas nacionales (que ahora tienen rojo financiero a diferencia de otros años) también se exponen si los grandes acreedores no cumplen; y ésa es una última ratio del margen de maniobra de Scioli, que no sería gratuita para el país.

En Santa Fe, la virtud fiscal de las administraciones de Carlos Reutemann y Jorge Obeid se convirtió en críticas al socialismo cuando Santa Fe empezó a tomar deuda. Lo que ha omitido el variado arco del peronismo provincial es el reclamo que incluso esos dos ex gobernadores le hicieron a Cristina ante la Corte -acompañando a Binner- cuando la presidenta decidió seguir guardándose plata de Santa Fe, sin que la provincia lo consienta.

El dato

A discreción

  • En el análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal sobre este tema se señala que en el mensaje que acompaña al presupuesto nacional 2014 se establece que “es factible prever que el gobierno nacional otorgue en 2014 asistencia financiera a algunas jurisdicciones provinciales”. Esa factibilidad depende de la voluntad presidencial, siempre suceptible a los alineamientos políticos.
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Alivios a sola firma

  • Según el informe elaborado por Ariel Barraud, Valentina Bulgarelli e Ignacio Martínez Peralta (Iaraf), el denominado Programa de Sustentabilidad de las Finanzas Provinciales prevé para 2014 unos $ 9.003 millones, “aunque no se establece el destino específico de su reparto entre las provincias”.

“Claramente, el grado de relevancia es diferente para cada una de las jurisdicciones, puesto que depende de factores tales como el nivel de endeudamiento de cada provincia (como se expuso anteriormente), el tamaño económico del Estado y la autonomía fiscal que cada una de ellas detenta, entre otros factores”.

Gracias a las decisiones “decretadas” por la presidenta, Capitanich tuvo por gracia unos $ 415 millones en 2012 y $ 403 millones este año, que dejó de pagar por la prórroga de deudas a la Nación.

Según calcula el Iaraf, Buenos Aires postergó pagos por $ 3.195 millones el año pasado y $ 3.097 millones este año. Y Entre Ríos se benefició con $ 299 millones en 2012 y $ 289 millones en 2013, por el mismo concepto; si se suman las mayores inversiones de Vialidad Nacional y las reparaciones “históricas”, el “sueño entrerriano” encuentra sustentación.

En total, al conjunto de las provincias endeudadas con la Nación, la presidenta les postergó pagos por $ 6.918 millones el año pasado y 6.704 millones este año. De la firma de la jefa de Estado dependerá que suceda algo similar en 2014.