San Lorenzo pasó de pelear el descenso en 2012 a salir campeón en 2013

El mejor final para un año histórico

  • En julio del año pasado jugó la promoción con Instituto y pudo mantener la categoría. Ayer, empató con Vélez en Liniers y logró su 12º título en el fútbol argentino. Lammens-Tinelli, la dupla dirigencial clave, que supo apoyar el trabajo serio y de bajo perfil del técnico Juan Antonio Pizzi.
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El título es cuervo

San Lorenzo se quedó con la corona de un mediocre Torneo Inicial 2013, sumando apenas 33 puntos y empatando los tres últimos encuentros. Sin embargo, quién le puede cuestionar la alegría a los jugadores y todos los hinchas azulgranas. Foto: DyN

 

Redacción de El Litoral

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Télam

Dos semanas después de salvar la categoría en una promoción con Instituto de Córdoba, el 16 de julio del año pasado, un asambleista de San Lorenzo suspendió a los gritos una reunión de Comisión Directiva para reclamar la renuncia de toda la dirigencia encabezada por Carlos Abdo.

El ex presidente, aislado en el poder y encerrado en un laberinto de reveses deportivos e institucionales, dimitió a los siete días, en otro capítulo de una crisis multifacética que se agravó desde su asunción en diciembre de 2010.

El receso invernal de 2012 encontraba al club sin dirigentes, con sus empleados en huelga, con una pretemporada suspendida por el DT Ricardo Caruso Lombardi ante la falta de profesionales y con un promedio que auguraba otra temporada angustiante.

Matías Lammens, un joven empresario respaldado por Marcelo Tinelli, se hizo cargo de la presidencia interina el 1 de agosto y un mes después ganó las elecciones anticipadas junto a la estrella televisiva con el 80 por ciento de los votos.

Las primeras medidas de los nuevos directivos fueron destinadas a normalizar el funcionamiento de un club devastado. Pagaron los sueldos, atacaron la deuda, el déficit operativo mensual, los compromisos económicos con vencimiento inmediato y rearmaron el plantel con la incorporación de Denis Stracqualursi, Franco Jara, Juan Mercier, Ignacio Piatti, Luis Aguiar y Alan Ruiz, entre otros.

En segundo término, la dirigencia designó un nuevo coordinador de divisiones menores (Osvaldo Coloccini), trabajó sobre el marketing con una expansiva campaña de socios y reforzó la cuestión identitaria con un fuerte respaldo a la causa Boedo, una utopía perseguida por la Subcomisión del Hincha (SCH).

Pese al rápido cambio que implementaron, especialmente a partir de la confianza generada por la figura de Tinelli, los primeros meses no fueron sencillos. Con un equipo armado de apuro, la irregular campaña en el Inicial 2012 amenazaba otra vez la permanencia en Primera, por lo que el nuevo binomio dirigencial determinó el traumático despido de Caruso Lombardi, un DT con perfil indeseado para la nueva etapa.

Entonces llegó Juan Antonio Pizzi, la antítesis del estridente y polémico entrenador formado en el ascenso. Sedujo su discreción, su larga experiencia como jugador en Europa y una propuesta futbolística ofensiva que contrastaba con el fundamentalismo conservador de su antecesor.

Llegó con un incipiente curriculum de técnico, que mezclaba antecedentes positivos (un título local con Universidad Católica de Chile) y otros negativos, como el increíble ascenso perdido con Rosario Central en la recta final de la temporada 2011/12.

Pizzi impuso rápidamente un estilo de conducción. Cultor de un discurso medido, distante en el trato con los jugadores, mostró personalidad desde el inicio de su ciclo para separar con intransigencia al uruguayo Luis Aguiar, que desafió las nuevas pautas de convivencia. En lo futbolístico, logró desde el cuarto partido una racha de resultados positivos que oxigenó al equipo en la pelea por el evitar el descenso durante fines del año pasado. A esa altura, el club ya vivía un clima diferente a nivel institucional por la unidad política que produjo la Ley de Restitución Histórica, aprobada por la Legislatura porteña la jornada del 15 de noviembre, inmortalizada como el “15-N” por el pueblo azulgrana.

Con un promisorio final de 2012, San Lorenzo terminó de olvidarse de los promedios en el primer semestre del año siguiente cuando Pizzi terminó de imprimirle su sello al equipo con una propuesta netamente ofensiva. Sin embargo, antes debió soportar un inconveniente inesperado como la detención del arquero Pablo Migliore, el 31 de marzo, mes en el que San Lorenzo experimentó un nuevo espaldarazo simbólico con la elección del Papa Francisco, cuyo fanatismo puso al club en la escena mundial.

Dos semanas después del encarcelamiento del arquero, un cimbronazo deportivo dejó a Pizzi debilitado en el cargo, luego de perder con Racing 4-1, en el Nuevo Gasómetro. El siguiente partido con Arsenal en Sarandí significaba un punto de inflexión porque, en caso de perderlo, San Lorenzo volvía a complicarse en la tabla del descenso. Lo ganó 3-1 y desde entonces se mantuvo invicto por el resto de la temporada.

Los pibes Angel Correa, Héctor Villalba y Gonzalo Verón más Leandro Navarro, en menor medida, marcaron el nuevo camino. Concientes de ese potencial, la dirigencia y Pizzi armaron un plantel con refuerzos de proyección y buena actualidad en el fútbol argentino para la nueva temporada que proponía el desafío de jugar el torneo Inicial, la Copa Argentina y la Copa Sudamericana.

En el ámbito internacional, San Lorenzo quedó enseguida eliminado ante River, pese a demostrar una clara superioridad en el juego a lo largo de la serie. Ya sin el goleador uruguayo Martín Cauteruccio, relegado por una lesión ligamentaria, el equipo se mantenía en el lote de arriba en el torneo mientras apostaba sus fichas a la Copa Argentina que, con un cuadro allanado, brindaba la chance de acceder a la Libertadores 2014.

La final perdida claramente con Arsenal en Catamarca representó un durísimo golpe para San Lorenzo y provocó que Pizzi pusiera a disposición su renuncia. Pero la dirigencia lo mantuvo y el equipo mostró una notable recuperación desde el clásico ganado ante Boca (1-0), por la 14ta. fecha.

Con Newell’s en baja y pese a perder también por lesión a otro delantero titular como Verón, San Lorenzo se lanzó definitivamente a la conquista del título, montado en la jerarquía de Piatti, la habilidad de Correa y el pulso de Mercier.

Los resultados ajenos en un torneo de nivel futbolístico mediocre lo favorecieron en la recta final y el equipo, en definitiva, acumuló suficientes méritos para abrazar la duodécima estrella en la era profesional, acaso totalmente impensada hace un año antes.

El mejor final para  un año histórico

“¡Qué alegría!”, dijo Francisco

  • El papa Francisco exclamó hoy “¡qué alegría!”, al enterarse del nuevo campeonato de San Lorenzo, el club de sus amores, logrado ayer en Liniers, por la última fecha del torneo Inicial.

El Sumo Pontífice, que no vio la definición del torneo por televisión, recibió la noticia de parte de su segundo secretario, el argentino Fabián Pedacchio Leaniz, según reportó la agencia italiana Ansa.

Después de la consagración ante Vélez, el presidente del club, Matías Lammens, confirmó que una delegación viajará al Vaticano en las próximas horas para ofrecerle a Su Santidad la Copa Nietos Recuperados.

La delegación, que viajará en un vuelo privado, estará compuesta en principio por el vicepresidente primero Marcelo Tinelli; el DT Juan Antonio Pizzi y los principales referentes del plantel.

La clave

A la Libertadores

  • San Lorenzo, flamante campeón del torneo Inicial 2013, regresará a la Copa Libertadores de América tras cinco años e integrará el Grupo 2 junto con Unión Española de Chile, Independiente de José Terán (Ecuador) y el ganador del cruce de fase preliminar entre Deportivo Quito y Botafogo de Brasil. Los otros representantes argentinos en la Copa de 2014 serán Newell’s, Vélez Sarsfield, Lanús y Arsenal.
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Torrico fue el gran héroe

  • San Lorenzo se consagró ayer campeón del torneo Inicial tras empatar hoy sin goles, de visitante, ante Vélez Sarsfield, en un partido por la 19na. y última fecha. El equipo de Juan Antonio Pizzi finalizó primero con 33 puntos, dos más que Vélez, Newell’s y Lanús, que terminaron con 31 unidades.

El “Ciclón”, que logró un título local después de seis temporadas, sacó provecho de la igualdad 2-2 que cosecharon en Rosario los equipos de Newell’s y Lanús.

El primer tiempo, un poco por el calor y otro tanto por lo que se jugaban los dos equipos, tuvo un desarrollo mediocre, donde no hubo fútbol y se crearon escasas situaciones de gol. Vélez, más allá de tener la obligación de ganar, trató de imponer su juego, pero no generó nada en ataque.

El desarrollo del segundo tiempo no varió demasiado respecto del primero, ya que se jugó mal, aunque sí hubo más emociones. Vélez en los últimos 10 minutos estuvo cerca de la victoria, pero Torrico, la figura de la cancha, le ahogó los gritos a sendos remates de Pratto (36m.) y Allione (41m.). Así, San Lorenzo volvió a ganar un título tras seis años, sin poder ganar en los tres últimos partidos, pero fue campeón al fin.

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El dato

Por Twitter

  • El conductor Marcelo Tinelli, a través de su cuenta de la red social @cuervotinelli, escribió con un “Gracias San Lorenzo de mi vida, estas lágrimas son por vos. Gracias viejo, gracias Abuelo por hacerme del Cuervo”, tras la consagración de su equipo, donde es vicepresidente, en el torneo Inicial. Otro hincha famoso, el ex senador del Frente para la Victoria Daniel Filmus, por medio de @FilmusDaniel, destacó: “Felicitaciones a Pizzi, a los jugadores, a los directivos. Grande la hinchada. Vamos los cuervos”.

análisis

por fEnrique Cruz (h)

Un santafesino profeta en Boedo

Nació en Santa Fe aunque es casi un santafesino por adopción. Idolo en Rosario Central, de extensa campaña como jugador en Europa y hasta participante de un Mundial (el de Francia) jugando para España. Su papá, el doctor Antonio Pizzi, tenía un gran futuro como dirigente en Colón pero se fue muy joven de esta vida. Fue médico del club entre 1970 y 1975 y se candidateó a presidente en 1979. Le inculcó a Juanchi los valores lasallanos y ahí, en su querida e inolvidable cancha de Cabaña Leiva, comenzó a transformarse en un “killer” del área.

Amigo de Guardiola y admirador de Valdano como entrenador, Juanchi quiso desafiar a aquél lema que indica que nadie es profeta en su tierra. Y en 2005 llegó para dirigir a Colón —club del que es hincha pero en el que nunca jugó— junto a su amigo el Chemo Del Solar. Duró apenas tres partidos y se tuvo que ir en medio de una situación confusa e inexplicable, más allá del mal inicio del torneo (tres derrotas seguidas ante River, San Lorenzo y Arsenal).

Pizzi tuvo que reinventar su carrera. Recuerdo una entrevista en San Martín y La Rioja, cuando tenía una remota posibilidad de dirigir en Rafaela. No quería quedar librado a la suerte del destino y salió a pelearla. Primero tuvo la chance en el ignoto San Martín de Porres, en Perú; luego llegó un ofrecimiento que a muchos sorprendió: el de la U Católica. Y lo sacó campeón. Regresó al país para dirigir a Rosario Central y estuvo a punto de ascenderlo. Muchos pensaron ayer que si no sacaba campeón a San Lorenzo le iba a quedar alguno de esos motes con los que el fútbol acostumbra a rotular a los que salen segundos. Sin embargo, nadie se puso a pensar en todo lo que Pizzi hizo desde el momento en que se fue de Colón y, como dije más arriba, reinventó su carrera.

Al César lo que es del César y a Pizzi lo que es de Pizzi. Por eso se entienden esas lágrimas del final, que fueron un desahogo para tanta presión. Es el campeón con menos puntos en la historia de los torneos cortos y es el campeón aún habiendo empatado los últimos tres partidos. Pero es el campeón y a la gloria nadie se la quita.

Pizzi (y su amigo Roly Carlen) tuvieron en Boedo la alegría que no pudieron cosechar en su tierra y en su club. Juanchi sumó su nombre a la larga lista (Martino, Basile, Gareca, Mohamed, etcétera) de los que pasan por Colón y luego salen campeones... ¡Y pensar que hace un año y medio, San Lorenzo necesitaba de Colón y de los goles del Bichi ante Banfield para salvarse del descenso!