Pesimismo de Juan Jorrat
“La economía se estanca y va a entrar en una nueva recesión”
- El economista tucumano señala la falta de financiamiento externo, la alta emisión y la caída de inversión como elementos centrales. Defendió la necesidad de tener indicadores confiables.
Jorrat es un especialista en la construcción y uso de indicadores compuestos para el análisis de coyuntura económica. Foto: Luis Cetraro
Mario Cáffaro
Juan Mario Jorrat es doctor en Economía, profesor titular de Economía en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), donde también es docente investigador. Integró el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento de los diversos programas de trabajo que elabora el Indec, creado por el Poder Ejecutivo de la Nación y formado por cinco universidades nacionales. Días atrás visitó la Bolsa de Comercio de Santa Fe para trabajar en la actualización y renovación de los programas utilizados en la construcción de Icasfe, el indicador de actividad económica que desde 2007 elabora el Centro de Estudios y Servicios de esa entidad. Precisamente en el 2006, se firmó el convenio de transferencia tecnológica entre la Bolsa de Comercio y la UNT, a los efectos de consolidar un proyecto de estudio de los ciclos económicos de la provincia de Santa Fe. En la UNT, Jorrat elabora dos indicadores nacionales.
—¿Sus indicadores hablan de estancamiento de la economía?
—Me gusta analizarlo desde el punto de vista estadístico y trataré de ser claro. La variación interanual está tocando la banda inferior. La tasa de crecimiento a largo plazo de la Argentina, desde 1970 a la fecha, es de 2,1% y puede llegar hasta 2,8 hacia arriba y 1,7 hacia abajo. Ahora está tocando la banda inferior, o sea, está en un crecimiento muy pobre. Las perspectivas que me da el indicador Líder es que la situación a futuro se va a poner más embromada. Va a dejar de crecer Argentina, se va a estancar y eventualmente va a entrar en una nueva recesión.
—¿De qué plazo estamos hablando?
—Del próximo año.
—O sea que para usted, ¿en el 2014 habrá recesión?
—Sí, porque los problemas siguen. Se rompe el termómetro para no medir la fiebre y no se ataca la infección que está generando la fiebre. Tenemos un problema de inflación que es consecuencia de la enorme emisión que se hace a efectos de financiar parte del gasto público; un tipo de cambio manejado demasiado bajo, comparado con los más bajos en la historia argentina de 40 años. Si hacemos un promedio ajustando por la inflación de Estados Unidos y la Argentina, el promedio de 40 años me daría 9,2 pesos; o sea el dólar “blue” no está demasiado por arriba de ese promedio. La cotización oficial está bien por debajo, tan comparable como el 1 a 1 del final de la convertibilidad, nada más que en esa ocasión la Argentina tenía financiamiento externo. En estos momentos no tiene financiamiento, salvo el interno y se han acotado estas fuentes de financiamiento. Emiten para financiar y por ello tenemos inflación y poca inversión. Si no resolvemos el problema de la inversión estamos poniendo un corset a la oferta. Le hemos puesto un cepo a la oferta de bienes y si no resolvemos el cuello de botella en la oferta de bienes, vamos a seguir con una demanda creciente, una oferta con restricciones y una inflación creciente.
—Usted trabaja con indicadores económicos y el Estado nacional ha roto el termómetro con lo realizado en el Indec.
—Exactamente, para curar la fiebre ha roto el termómetro o ha cerrado los ojos. La situación es muy grave. Tener estadísticas confiables es un bien que goza de naturaleza de bien público y tiene que ser provisto por el Estado, tiene que proveerlo el gobierno y pagarlo de rentas generales. Una de las funciones del Estado es tener estadísticas para tomar decisiones.
—En febrero habría un nuevo indicador avalado por el FMI. Lo creé posible, ¿se está en condiciones técnicas de tener un índice respetado?
—Una de las cosas más difíciles es reconstruir la confianza perdida. El Indec era una institución pionera en sus aspectos técnicos, tenía prestigio; si lo dilapidó, es muy difícil reconstruirlo. Tendría que haber un cambio muy profundo, darle independencia total a Indec; volver a la idea original donde sus cargos eran técnicos, provistos por concursos -la propuesta era que los de nivel, sean por concurso público y los superiores por un sistema similar a las cátedras universitarias. La estadística es un trabajo que hace a la esencia de la república, tener los datos para juzgar dónde estamos, qué debemos y cómo debemos hacerlo, hacia dónde vamos. Sin eso, no se puede tomar ninguna decisión de gobierno atinada.
—La mayoría de las provincias también dejaron de publicar datos.
—La idea del consejo académica que integré fue que cada una de las 24 jurisdicciones tuviera la capacidad y el presupuesto suficiente como para tener una encuesta de gastos de hogares parecida, llegar a una estructura de combinaciones y a un índice de precios al consumidor por provincias, incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Debemos tener en cuenta que la canasta del consumidor de Tucumán es diferente a la de Patagonia, etc. Si queremos hablar de un IPC nacional tenemos que tener en cuenta la enorme diversidad de consumo. El objetivo era que cada provincia iba a recopilar datos y procesar la información llegando al índice de precios para cada jurisdicción y el Indec sacaría el nacional. En el fondo era federalizar el índice de precios al consumidor. En Tucumán calculan el índice de precios y no se publica, es sólo para conocimiento de las autoridades. Estamos ante una situación poco clara desde el punto de vista ético ya que están usando dineros públicos para conocimiento de algunos, la República se caracteriza por la publicidad de los actos de gobierno y el generar estadística es parte de los actos de gobierno. Es la única manera por la cual el sector privado puede tomar decisiones importantes. Por qué cree que la inversión ha estado decayendo, el empleo privado está sin crecer o ya contrayéndose si no es porque faltan reglas de juego claras y faltan decisiones para retomar proyectos de inversión o hacer emprendimiento de largo plazo.