Ajustar la cincha

Para la lechería, 2014 se presenta complicado en lo político, económico y en lo climático. Para la cadena triguera, las primeras señales oficiales fueron nefastas.

Federico Aguer

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“En lo político, no se alcanza a ver por dónde transitará el país en estos dos próximos años. Las regulaciones, las distorsiones, la incertidumbre, la falta de previsibilidad no despejan dudas sino que más bien las crea. En lo sectorial, por no existir una política de Estado con claro sesgo exportador”, manifestó esta semana la Mesa Nacional de Productores de Leche.

Para los tamberos, la alta inflación, los costos de la leche cruda de 2,50$/l en el mes de noviembre, ingresos que no alcanzan a cubrirlos y tampoco permiten recuperar las pérdidas de años anteriores suman preocupación a un sector muy endeudado. El cóctkail se agrava con impuestos “distorsivos y confiscatorios, insuficiente inversión en el sector industrial para hacer posible y competitiva la exportación” evitando que los excedentes se vuelquen al mercado interno con la conocida baja de precios a la producción, y un clima cada vez más volátil.

Finalmente, aconsejan tomarlo con mucha cautela, “estudiando muy bien las inversiones, monitoreando los costos y analizando detalladamente las medidas a tomar con el avance del año y sus circunstancias”.

Para aquellos que se ilusionaban con la llegada de Casamiquela a la cartera productiva, la revancha de Echegaray contra Nidera dejó ver quién manda (por un lado), y marcó la cancha respecto del escenario exportador de trigo para la próxima campaña. Para el maíz, la tendencia no es mucho mejor.

La soja, por otro año más, volverá a ser la gran protagonista de la producción (tanto de proteínas como de divisas), aunque cada vez más jaqueada por pérdida de calidad, malezas resistentes y plagas que se llevarán muchos recursos. Ante un panorama de recetas tan conocidas como fracasadas, todo parece indicar que este 2014 habrá que ajustar la cincha en materia de inversión productiva.