Resultados de la Estrategia de Hospital Donante

En 2013 Santa Fe batió récord con 52 donantes de órganos

  • Pese al salto cuantitativo que pegó la provincia desde 2012, todavía existe una marcada brecha entre la cantidad de personas en lista de espera y los órganos donados. En Santa Fe, 540 pacientes aguardan un trasplante.
En 2013 Santa Fe batió récord  con 52 donantes de órganos
 

Agustina Mai

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Santa Fe cerró 2013 con un nuevo récord histórico de 52 donantes de órganos. Desde 2005 la provincia no superaba la tasa media nacional de donantes por millón de habitantes (Dpmh), cosa que sí logró el año pasado, con una tasa de 15,7 Dpmh cuando la media del país fue de 13,7 Dpmh.

Pese al salto cuantitativo que Santa Fe logró a partir de 2012, todavía hay un desfasaje muy marcado entre la cantidad de donantes y la de pacientes que integran la lista de espera: el año pasado hubo 52 donantes, mientras que 540 personas aguardan un órgano.

El panorama nacional es similar: los 569 donantes que hubo en 2013 están muy lejos de dar respuesta a los 7.543 pacientes en lista de espera. “En 2013, en el país se hizo un trasplante cada cuatro horas, pero entró un paciente en lista de espera cada dos. El trasplante siempre genera una posibilidad, pero la lista de espera no deja de crecer. Por eso tenemos que trabajar en la prevención para que no sigan ingresando pacientes a la lista de espera. De lo contrario, siempre vamos a ir por detrás”, advierte Pablo Maidana, director del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio), dependiente del Incucai, en una entrevista con El Litoral.

Con el objetivo de achicar esta brecha, desde el Incucai (a nivel nacional) y el Cudaio (en la provincia) se implementó la Estrategia de Hospital Donante. “Era necesario un cambio en el modelo: había que involucrar a todo el sistema sanitario porque la donación es un problema sanitario”, contextualizó Maidana.

Esto implicó capacitar a todos los recursos humanos de los hospitales —enfermeros, médicos, personal administrativo y de limpieza— para que la procuración, ablación y trasplante de órganos sea una actividad más dentro del hospital. “Antes, cuando había un potencial donante, se llamaba al Cudaio o al Incucai. Este organismo iba al hospital, hacía su tarea y se retiraba. El hospital sólo era un observador del proceso, pero no participaba”, relató el funcionario.

El gran desafío era que esa actividad “externa” se convirtiera en una “interna”, realizada por el propio personal del nosocomio. “Es un cambio significativo y muy difícil, que no se logra en un año, sino en mucho tiempo. Para eso se tiene que armar una unidad de procuración y trasplante como un servicio más del hospital. Eso es lo que nos permitió mejorar sustancialmente las tasas de donación”, señaló Maidana.

Por ese camino están transitando —hace ya dos años— tres hospitales provinciales de alta complejidad: el Cullen en la ciudad capital, y el Clemente Álvarez (Heca) y el Centenario de Rosario.

“Se seleccionaron estos tres hospitales porque, junto con los sanatorios privados, son los que pueden formar parte de la estrategia de hospital donante porque allí los pacientes neurocríticos reciben la mejor atención. Contrariamente a lo que se cree de que a uno lo van a dejar morir para sacarle los órganos, el potencial donante necesita recibir la mejor calidad de atención médica porque, si no, esos órganos se deterioran”, explicó el director del Cudaio.

De los 52 donantes que hubo en la provincia el año pasado, 20 se ablacionaron en el Heca y 14 en el Cullen, es decir que estos dos efectores públicos generaron el 65 % de los donantes santafesinos.

Desafíos 2014

El director del Cudaio insistió en que “el verdadero cambio fue en el sistema sanitario”, pero que “todavía a la sociedad le falta información”. Esta carencia podría explicar por qué en Santa Fe hay un 68 % de oposición a la donación, es decir que de 10 potenciales donantes se pierden casi 7 por la negativa de los familiares o porque antes de morir, la persona había expresado que no quería donar sus órganos. “Estamos perdiendo donantes”, afirmó Maidana.

¿Cómo puede revertirse esta situación? “Primero tenemos que involucrar al sistema sanitario; después podemos empezar a trabajar con la sociedad, a la que le falta conocimiento y entender el proceso”, respondió.

Según el director del Cudaio, en Argentina la Ley de Donación y Trasplante garantiza un proceso transparente, seguro, eficiente y eficaz. “No hay motivos para que hayan dudas. Sin embargo tenemos el 68 % de oposición a la donación. Ése es el desafío para el 2014: consolidar la estrategia del hospital donante dentro del sistema sanitario para mantener estas cifras, pero también trabajar con la oposición a la donación para potenciar las tasas”.

Para ello, es fundamental que todos los eslabones del sistema de salud den una respuesta acorde. “Es muy difícil plantear la donación cuando alguien se sintió desatendido en alguna parte de la cadena de atención. ¿Cómo vamos a hablar de donación si siente que la ambulancia se demoró cuando su familiar tuvo el accidente de moto? La donación es la última etapa y debe ser una continuidad del proceso: si la gente sintió que estuvo bien atendida, contenida e informada, va a terminar siendo solidaria”, concluyó.

La clave

Trasplantes en el Cullen

  • En 2012, el hospital J. M. Cullen implementó un programa a través del cual ya se concretaron 12 trasplantes. Mañana el efector inaugurará su Unidad de Trasplante Renal, una moderna instalación de 200 metros cuadrados, con tecnología de avanzada. Los doctores Arriola y Champeau estarán al frente de esta nueva dependencia.

Durante 2013, en el Cullen hubo 14 donantes, de los cuales se concretaron tres trasplantes en el mismo hospital. “De esta forma se da todo el proceso en un mismo lugar: ingresa el paciente, se hace todo lo posible por salvarlo, no se lo logra, sus órganos son donados y son trasplantados en el mismo hospital”, detalló Pablo Maidana, director del Cudaio.

 

Achicar la brecha

  • “En la provincia hay más de 1.900 pacientes en diálisis, de los cuales un 60 % va a entrar a la lista de espera de trasplante renal en el término de un año”, aseguró el director del Cudaio, Pablo Maidana.

A su vez, año tras año, aumenta la cantidad de pacientes en diálisis porque cada vez es mayor la incidencia de la enfermedad renal crónica. “Por ende, crecen las listas de espera de trasplante de órganos”, continuó Maidana.

En este sentido, la provincia se propuso abordar integralmente la enfermedad renal crónica. “Tenemos que trabajar en los programas de diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas no transmisibles porque son las que terminan destruyendo el riñón en forma silenciosa”, señaló.

Prevenir para evitar el incremento de pacientes en lista de espera es la clave para achicar la brecha entre la cantidad de donantes y la de personas que aguardan un órgano.

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Objetivo. Es fundamental prevenir enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión, que deterioran los riñones en forma silenciosa. Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

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"En 2013, en el país se hizo un trasplante cada cuatro horas, pero entró un paciente en lista de espera cada dos. El trasplante siempre genera una posibilidad, pero la lista de espera no deja de crecer”.

Pablo Maidana

Director del Cudaio