SEÑAL DE AJUSTE

Si no es Wesen ni Kehrseite, ¿será Grausen?

Si no es Wesen ni Kehrseite, ¿será Grausen?

“Grimm” es el título del programa que emite Universal, los lunes a las 23.

Foto: Gentileza producción

 

Roberto Maurer

—¿Qué pasa si un padre es un Wesen y el otro no? ¿El niño qué sería?

—¿Quieres decir un Wesen o un Kehrseite?

—Sí.

—Si ambos padres son Wesen, entonces el niño lo sería también.

—O si uno de los padres es Wesen y el otro es un Kehrseite, entonces hay un 50 por ciento de que el niño sea Wesen. A menos que sea un Kehrseite-Gentrager, entonces definitivamente será un Wesen.

—¿Qué pasa si los padres son Wesen pero de diferente tipo?

—¿Quieres decir una situación Grnderverschiedenc, como la nuestra?

—Bueno, ¿entonces estamos buscando a un Voherrscherr?

—Mientras esté sano, no importa.

Es una conversación del capítulo 6 de la temporada 3, de “Grimm” (Universal, lunes a las 23), entre los protagonistas y la pareja a la cual suelen consultar, que son Wesen pero buenos. El galimatías puede alejar a quien quiera acercarse tardíamente a “Grimm”, en su tercer año, o lo contrario, ya que existe un público al cual le fascinan los misterios indescifrables cuando vienen de un pasado remoto y nos llegan como sabidurías secretas. Si existe una secta y una emocionante vida paralela a nuestro alrededor que no percibimos cuando estamos esperando el 15 bis o cumpliendo con otra rutina de nuestra incolora existencia, ese público se rinde y de rodillas. Y “Grimm” tiene todo eso.

UNA FICCIÓN ILUMINISTA

“Grimm” es una apuesta por el racionalismo y filosofa acerca de las dificultades en creer en algo que cuente con el respaldo de la verdad y la ciencia en una civilización asustada donde el miedo nos impulsa a adoptar falsos saberes.

La trama consiste en variaciones modernas de los cuentos de los hermanos Grimm, que los recopilaron de la tradición oral alemana en versiones que la sociedad de su época obligó a suavizar hasta llegar a Walt Disney. En su origen fueron cuentos populares medievales de cruda brutalidad, que también incluyeron el ocultismo. Una de las hermanastras de Cenicienta se amputó parte del pie para que entrara en el zapatito de cristal, y Rapunzel no era virgen cuando se casó ya que tenía mellizos de un encuentro sexual con el príncipe anterior a la boda.

Los Wesen, “seres de pecado”, son criaturas malvadas de las leyendas que recopilaron los Grimm, y responden a un doble ADN que les da acceso a una apariencia normal para pasar desapercibidos, facilitando sus fechorías. Contado así tiene la simplicidad de “V, invasión extraterrestre”, pero la complejidad del mundo de los Wesen requiere una especialización fina. Casi todos son fieles a la autoridad de Verrat, aunque existe una pequeña fracción disidente, los Laufer. Cada especie tiene su característica, el Blutbaden es vengativo así como el Klaustreich se define como hábil y oportunista, y forman parte de una lista interminable de Wesen ya identificados, pudiéndose citar a los Bauerchswein, Jagerbar, Eisbiber, Ziegevolk, Gefriebengebere entre los incontables nombres de raíces germanas -nunca un García-, que parecen copiados de la guía telefónica de una de nuestras nobles colonias suizo-alemanas.

EL ÚLTIMO GRIMM

En Portland, Oregon, época actual, contra estos demonios luchan los Grimm, un clan que desde tiempos remotos protege a la humanidad de los depravados Wesen. El detective Nick Buckhardt es el último del linaje Grimm y combate al enemigo ancestral con ayuda de su amigo Monroe, un Wesen arrepentido que los conoce bien y posee libros antiguos de una tía con los secretos necesarios para luchar contra la estirpe maldita del lobo que se comió a Caperucita, las odiosas hermanastras de Cenicienta y otros personajes siniestros que se siguen reencarnando.

En el último episodio, los cambios en la conducta de un niño no encuentran un diagnóstico preciso, salvo gripe, y de la gripe se pasa a la hipótesis de una posesión diabólica que terminará en un exorcismo desastroso en el cual muere el cura.

Es un misterio, porque los padres no son Wesen, y se sospecha que el niño es un Grausen, lo que resulta muy alarmante, ya que son mutaciones que cuando maduran lo convierten en un psicópata que hace estragos a escala mundial. El caso provoca una reunión del Consejo Wesen en Viena que, siguiendo las reglas, sentencia a muerte al chico. Finalmente el pibe no tiene gripe, no es Grausen ni fue poseído por el Diablo, es un caso de parásitos.

En el desenlace, el detective Nick dialoga con el sicario enviado para matar al chico, al cual va a dejar en libertad para que vuelva a Viena y entregue el informe médico al Consejo.

—Me gusta creer que vivimos en una época ilustrada donde el miedo no conduce a la creencia -le dice Nick poniendo el informe médico sobre la la mesa.

—Ésta es la verdad detrás del miedo.

—El miedo no es tan fácil de cambiar -responde el enviado del Consejo.

—Pruebe -dice Nick, saliendo de la habitación.