Como la historia del semental italiano personificado por Stallone...

Colón parece Rocky

Se banca todo lo que le tiran, que no es poco. Y cuando “mete una mano”, no perdona. Tiene un corazón enorme, mucha garra y coraje. Con eso, hace hablar al país.

Colón parece Rocky

El festejo gigante de los pibes

Luque festeja con Castillo, Alario y los suplentes. Osella no pierde tiempo y conversa con Meli, mientras que Graciani (participó “guapeando”” en la jugada del gol), se reincorpora. Foto: Agencia Rosario

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rosario)

Hace lo que puede y como debe. Se mete atrás y corre, presiona al rival en todos los sectores, le achica los espacios y lo “mata” aprovechando lo poco que puede generar en ofensiva. Es un equipo que tiene alma, que luce con orgullo un corazón enorme, que termina los partidos arengándose y sabiendo que hoy se han transformado en una sorpresa. ¿Cuánto puede durar esto?, nadie lo sabe. ¿Cómo va a terminar esto?, tampoco nadie lo sabe. Pero este Colón humilde y sacrificado, salió a la calle a ganarse la vida y le está yendo mejor de lo que todos pensaban. Con un cuerpo técnico sabedor de las limitaciones, adaptado a las circunstancias e inteligente en la manera de ver las cosas. Y un puñado de futbolistas que se quedaron en el club a pelearla, sabiendo que no tienen término medio en esta lucha: se hunden definitivamente pero quedándose arriba del barco hasta el final, o se diploman de héroes salvando una situación casi terminal.

Colón le jugó a Rosario Central, en Arroyito, ante su gente que llenó el estadio de bote a bote, con la misma receta de River. Le dio la pelota todo el partido. También el terreno. Lo esperó del medio para atrás. El primer “defensor” fue su centrodelantero. Alario corrió a los dos volantes centrales a partir del momento en que ingresaban al círculo central. Hasta ese lugar, Central podía darse el lujo de hacer lo que quisiese. Pero a partir de ese lugar, Colón lo apretó, lo “comió”, le achicó los espacios y aguantó con un trabajo a destajo —y muy bueno— de la defensa y de Montoya, pilar clave de la gran victoria.

La marca de Castillo sobre Carrizo resultó también fundamental. Russo lo abrió y lo puso como wing. Sin embargo, el pibe sabalero estuvo siempre muy atento. Y por si fallaba aparecía Alcoba a sus espaldas (otro de gran nivel) para complicarle la existencia a un jugador habilidoso, agresivo y que, con espacios, puede ser letal para el rival.

Igual que frente a River, el otro gran mérito que tuvo Colón fue el de contar con la eficacia ofensiva. Este equipo no va a atacar demasiado. Primero porque no tiene muchos argumentos para hacerlo (necesita de la potencia de Graciani y de lo que pueda aportar este Luque que ahora le ha sumado gol a su enorme velocidad). Segundo, porque la idea es esperar más que atacar. Y tercero, porque si el rival no se regala para la contra (como pasó con Quilmes hace un par de fechas o con el mismo River), no encuentra muchos caminos para complicarlo defensivamente. Pero si atacando poco y teniendo muchísimo menos la pelota que el rival, termina ganando, es porque algo hace bien. Y lo que Colón muestra hoy, del medio hacia arriba, es eficacia. Viene marcando goles a partir del mismo momento en que por fin le puso punto final a una racha poco creíble de 540 minutos sin convertir y de más de 1.400 minutos que un delantero no la metía. Con cuestiones tan increíbles como la campaña misma. ¿Ejemplo?, que tenga un “9” que no hizo un solo gol en los cinco partidos pero que nadie discute. En otras circunstancias, todos estarían pidiendo por la salida de Alario o por la necesidad de encontrar un “9” que la meta. Pero el trabajo a destajo, la solidaridad y la entrega del juvenil sabalero es tan encomiable y conmovedora, que le alcanza para tapar sus deficiencias y su escasez de posibilidades para hacer lo que a cualquier centrodelantero se le debe pedir: goles.

El sector izquierdo de la defensa fue el mejor ejemplo de lo que fue el partido, de cómo lo planificó Osella y de lo que hicieron los jugadores para mantener el resultado. Hacía mucho tiempo que no se veía a un equipo que juegue con tres “3”. Sí, así como acaba de leerlo, no se crea que es un error. Colón jugó con tres “3” durante todo el segundo tiempo. Luque se paró en tres cuartos de cancha para tapar la subida de Ferrari, que fue un “8” más que un “4”. Mansilla fue unos metros más atrás para tapar a Medina, que entró para abrir la cancha por ese sector (antes lo había hecho con el Sapito Encina). Y Saín quedó unos metros más atrás, para ejercer el 2-1 en la marca y que ninguno juegue mano a mano. Algo parecido pasó del otro lado, con la salvedad de que por allí el tándem fue Graciani-Castillo, este último ocupado —eficazmente— en la marca de Carrizo.

Si uno mira la posesión de la pelota (no sé qué fue lo que indicó la TV), Central la tuvo en una proporción de 80 a 20 por ciento, por lo menos. Si se mira la cantida de córner ejecutados por uno y otro, Central pateó 11 y Colón ninguno. Si se contemplan la cantidad de situaciones de gol, Colón tuvo sólo dos (la de Luque y una de Curuchet sobre el final), mientras que Central tuvo 7 u 8, la mayoría de ellas frustradas por un Montoya de gran nivel. Estos elementos plantean una eterna discusión futbolera: ¿fue justo el resultado?. Y quizás la respuesta sea que no, que Central pudo haberlo empatado, que hizo más que River por ejemplo, que Colón se dedicó a aguantar y más allá de que fue muy sólido en ese aspecto, se convirtió en el único atributo (más la gran jugada de Luque en su gol) para ganar el partido.

Pero así como la discusión futbolera está planteada y probablemente no sea contundente la respuesta, también habrá que convenir que los goles no se merecen, los goles se hacen. Y este Colón del sacrificio eterno, del corazón que estalla, de la humildad que conmueve y de la eficacia que por fin pudo encontrar a la hora de aprovechar las oportunidades, se está encargando de hacer hablar al país futbolero. Impensadamente.

síntesis

Rosario Central 0

Colón 1

Cancha: Rosario Central.

Arbitro: Mariano González.

Rosario Central: Caranta; Ferrari, Berra, Donati y Delgado; Encina, Domínguez, Méndez y Carrizo; Acuña y Luna. A.S.: García. Estuvieron en el banco: Dutari, Gómez y Ballini. D.T.: Miguel Angel Russo.

Colón: Montoya; Castillo, Alcoba, Landa y Saín; Graciani, Meli, Videla y Mansilla; Luque y Alario. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Fernández, Sosa y Villarruel. D.T.: Diego Osella.

Gol: en el primer tiempo, a los 32 m Luque (C).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 17 m Niel (RC) por Delgado; a los 22 m Medina (RC) por Encina; a los 27 m Poblete (C) por Meli; a los 33 m Castillejos (RC) por Luna; a los 42 m Curuchet (C) por Alario y a los 49 m Conti (C) por Luque.

Amonestados: en Colón, Graciani y Castillo.

Colón parece Rocky

Arranca la jugada de Luque...

El delantero recibió por derecha y empezó a enganchar para adentro, dejando en el camino a Donati y a Berra, buscando el momento exacto para pegarle con su mejor perfil. Foto: Agencia Rosario

Colón parece Rocky

... Se palpita el gran grito sabalero

Ya Luque le pegó con fuerza, a rastrón y esquinado, junto al palo izquierdo de un Caranta que se tiró y no llegó. El gesto de los dos jugadores es elocuente. Berra se desmorona y Luque empieza a gritarlo. Foto: Agencia Rosario

Bajo la lupa

MONTOYA (8).- Una de las figuras de Colón. En el segundo tiempo sacó tres o cuatro pelotas de gol, algunas de ellas muy complicadas y con gran reacción.

CASTILLO (7).- Su mejor partido. Marcó con mucha concentración y firmeza a Carrizo, que no lo pasó casi nunca.

ALCOBA (8).- La otra figura que tuvo el equipo. No falló nunca, relevó a sus compañeros y fue una verdadera muralla.

LANDA (6).- Buen apoyo para Alcoba. Han llegado a un nivel de concentración y entendimiento muy bueno.

SAÍN (5).- Su sector fue muy proclive a ser utilizado por Rosario Central en los dos tiempos. Debió ser ayudado por sus compañeros.

GRACIANI (5).- Un par de arranques tremendos en el primer tiempo y buena participación en el gol de Luque. Luego fue un apoyo para Castillo.

MELI (5).- Corrió mucho pero esta vez no tuvo tanta incidencia en el juego. Entró más en contacto con la pelota en el primer tiempo.

VIDELA (6).- Tuvo la virtud de pararse bien, de apretar sobre los volantes rivales y de estar atento para los relevos.

MANSILLA (5).- Más preocupado por la marca y por darle una mano a Saín, que por jugar. La presencia de Encina, Medina y las subidas de Ferrari obligaron a que esté siempre atento para ayudar en la contención.

LUQUE (7).- A esa velocidad natural que siempre se le destacó, está sumando contundencia, lo cual no es poco para un jugador de sus características. Arrancó de derecha hacia el medio y definió muy bien.

ALARIO (5).- Es cierto que no hace goles y que tampoco tiene chances de convertirlos, pero también es verdad que se “mata” por el equipo, que es solidario y los corre a todos.

POBLETE (5).- Entró a darle aire a un mediocampo agobiado por el adelantamiento masivo y el “machacar” constante del rival.

CURUCHET.- Tuvo una oportunidad clara, entrando por el medio, pero remató en forma desviada. Necesita urgente recuperar confianza.

CONTI.- Entró para hacer tiempo y “frenar” a Central. El partido estaba terminado.