Esta madrugada

Finalizó la reconstrucción del accidente que protagonizó Pablo García Aliverti

La Justicia pudo concretar esta mañana la reconstrucción del accidente del vigilador que fuera atropellado por Pablo García Aliverti y cuyo cuerpo permaneció dentro del auto durante 17 kilómetros hasta que se detuvo en un peaje.

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Según informó Pablo García Aliverti, el auto iba a 70 kilómetros por hora porque el cuerpo de Rodas le impedía hacer los cambios. Foto: Archivo El Litoral

 

DyN

La Justicia terminó hoy la reconstrucción del accidente en el que el locutor Pablo García Aliverti atropelló y mató hace un año en la autopista Panamericana al vigilador privado Reinaldo Rodas, pese a que el hijo del periodista Eduardo Aliverti abandonó la recreación y la viuda de la víctima, Catalina Ramírez, lo atribuyó a su “cobardía”.

El imputado argumentó que se fue de la segunda etapa de la pericia, que comenzó pasadas a 6.09, “porque la citación” judicial “fue para las 5”.

Adujo que, una hora después, ya había “más tránsito” vehicular en el kilómetro 52 del ramal Pilar de la autovía, “además de que el hecho ocurrió un sábado” -en alusión al 17 de febrero de 2013-, cuando hay menor circulación en la autopista.

Por su parte, el abogado querellante, Roberto Damboriana, admitió que “no hace falta que esté presente” el imputado para la recreación del hecho, al sostener que García estaba “en su derecho de retirarse”.

A su turno, la fiscal María Inés Domínguez aseguró que el peritaje comprobó que el locutor tardó unos “15 minutos” en recorrer los 17 kilómetros que separan el lugar del accidente de la cabina del peaje de la localidad de Pablo Nogués, donde García había detenido la marcha del Peugeot 504 que conducía con la víctima en el capó del automóvil.

“Coincide, en principio, con el tiempo que dice García. Después, lo vamos a evaluar mejor”, manifestó Domínguez a la prensa.

Velocidad constante

El locutor, en su declaración ante la Justicia, había expresado que había mantenido siempre la misma velocidad a la que iba en el momento del impacto, unos 70 kilómetros por hora, porque la parte del cuerpo de Rodas dentro del habitáculo le impedía manipular la palanca de cambios.

El viernes último, la Justicia había suspendido la recreación del siniestro debido al tránsito intenso que se registraba en la Panamericana a casi dos horas del inicio de la reconstrucción, que finalizó esta mañana. “(García) se fue por cobardía”, respondió Ramírez cuando se le pidió por C5N una opinión sobre el abandono de la recreación por parte del imputado y añadió: “Él había dicho que se iba a hacer responsable de todo pero otra vez mintió”.

Además, volvió a pedir “cárcel” para el locutor, a la vez que dijo tener “dolor en el alma” y agregó: “Trato nuevamente de no llenarme de bronca”.

Por último, reiteró que el imputado hace un tiempo le “ofreció 270 mil pesos a cambio de la probation”.

García, al retirarse de la recreación a las 5.50 de esta madrugada, argumentó: “Resolvimos con mi abogado (Adrián Albor) irnos (de la reconstrucción) porque la citación fue para las 5 y, ahora, ya hay más tránsito (en la Panamericana), además el hecho ocurrió un sábado”.

Luego, en diálogo con la radio FM Rock and Pop, sostuvo: “(Con Ramírez) tenemos conversaciones muy frontales; una cosa es lo mediático y otra cosa es lo personal”. Pero reconoció el “ofrecimiento económico”, aunque argumentó: “Fue por la parte civil y para llegar a un arreglo en ese sentido, no para que se callara”.

Además, puso en duda el resultado del test de alcoholemia que figura en el expediente, según el cual una hora después del siniestro él tenía 1,45 gramos en sangre. “En la foja 44 de la causa, hay un ticket de pipeta que dice 1,45 que no tiene mi nombre, mi apellido ni mi número de documento (de identidad). Eso es algo que todos dan por probado y sobre lo que la Justicia todavía tiene que decidir”, sostuvo.

Sin embargo, consultado sobre si estaba alcoholizado al momento del accidente, respondió: “No es algo que pueda responder por sí o por no; es algo que tiene que determinar la Justicia pero me parece que se da por sentado algo que no está probado”.