La salud pública desbordada

Hospital Iturraspe: hay sólo una cama disponible para internación

Debido a la alta demanda de atención, ayer sólo quedaba un lugar disponible entre las 250 camas que tiene el efector. La falta de plazas de internación complica el trabajo del área de cirugía y la asistencia a los pacientes.

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Paliativo. Al costado de la rampa de ingreso de las ambulancias ubicaron dos baños químicos. Los del interior de la planta baja no dan a basto y colapsan frecuentemente.

Foto: Flavio Raina

 

Salomé Crespo

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Solamente una cama disponible para internación y los baños de los consultorios externos colapsados. Las dos situaciones reflejan, y describen, el estado de la infraestructura del centenario hospital J.B. Iturraspe y el nivel de demanda de atención —en permanente crecimiento— de la salud pública en la ciudad.

Debido a la faltante de camas, actualmente en el hospital se están realizando solamente las cirugías de urgencia, mientras que las programadas llegan a tener demoras de hasta cuatro meses. “No es que no se quiera operar, es que no tenemos camas para la internación. En total, hay 250 camas en el hospital y actualmente, tenemos sólo una disponible para todo el Iturraspe”, indicó el director del nosocomio, Francisco Villano.

De hecho, para no interrumpir el servicio tuvieron que habilitar camas en otros sectores que habitualmente se destinan a otro fin. “Bajé la orden de que si lo necesitábamos, se ocupen para internación las tres camas para observación que están en la guardia, para no mandar a la gente a la casa”, contó Villano.

El servicio de cirugía hace dos meses que trabaja a “cama caliente”. “Sale un paciente y ponen otro, la limitación no está en el quirófano sino en la cantidad de camas”, afirmó el director.

En tanto, los baños de la planta baja, en el área de los consultorios externos, colapsaron. Diariamente concurren alrededor de 200 personas para ser atendidos por los especialistas de los consultorios externos. Y obviamente, utilizan los baños “porque las necesidades fisiológicas son impostergables”, remarcó Villano, como si hubiera algo que explicar. Para esa población, el hospital cuenta con un baño para hombres, con un inodoro y dos mingitorios, y uno para mujeres, con dos inodoros.

Tanto las instalaciones y las cañerías ya no dan a basto a pesar de las sucesivas reparaciones, por lo que hace un mes la dirección del hospital ordenó colocar dos baños químicos al costado de la rampa de ingreso de las ambulancias. “Los baños fueron reparados en dos o tres oportunidades el año pasado, pero no se solucionó el problema. Se vuelven a tapar, no tienen el drenaje adecuado. Eso se debe al uso que se le da y a que la gente no los cuida debidamente”, manifestó Villano.

Salud pública en crisis

La demanda de atención en el hospital público es cada vez mayor pero con la misma infraestructura, que se resiente ante cada modificación o ampliación y que, incluso, en algunos casos, se hacen al límite de la exigencias que impone la legislación en materia de salud. Al límite de la legalidad.

—¿Cómo se llegaría a cubrir la creciente demanda del hospital Iturraspe?

— Con un hospital nuevo. Hoy no podemos hacer más baños en lugares que no tengo -reconoció Villano.

Para el director del Iturraspe, la conjunción entre la inestable situación económica, la falta de trabajo o el empleo en “negro” —con la consecuente carencia de cobertura de una obra social—, empuja a la población a hacer atender su salud en el sistema público. A eso, se suma la limitación en la capacidad de atención en los centros de salud de los barrios.

“El hospital está desbordado. No podemos seguir dividiendo los espacios que tenemos porque estaríamos violando normas de seguridad y salud. Son espacios técnicos, deben estar ventilados y si vamos creando espacios dentro de espacios, terminamos hacinados. Y eso afecta el trabajo de los profesionales y la atención de los pacientes”, precisó Villano.

En tal sentido, el director del Iturraspe espera que con el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias que construye la provincia en Mendoza y 27 de Febrero, se descomprima la demanda de atención en el Iturraspe. Aunque es una obra que aún no tiene fecha de inauguración prevista.

“Hoy, las camas que están se usan. Actualmente, ya no llamamos camas críticas a las de la terapia intensiva o neonatología, aquéllas abocadas al intensivismo. Nos referimos a camas críticas, por la gran demanda, al índice de ocupación que ahora tiene el hospital”, concluyó Villano.

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"Debemos resaltar que la voluntad de los profesionales y del personal de mantenimiento es dar lo mejor, aunque a veces no sea posible. En ocasiones, la gente se queja, con razón, pero hacemos lo que podemos”.

Dr. Francisco Villano

Director del hospital Iturraspe