editorial

El cambio de relación entre la Nación y Santa Fe

  • La visita de la procuradora general, Gils Carbó, y la reunión de Bonfatti con De Vido parecen marcar el inicio de una etapa de diálogo entre el Estado federal y la provincia, algo que no ocurría desde hace varios años.

La reciente reunión entre el gobernador Antonio Bonfatti y tres de sus colaboradores directos con el ministro de Infraestructura y Planificación Federal, Julio De Vido, y gran parte de su equipo, parece poner fin a la absurda discriminación política y económica que ha sufrido en los últimos años la provincia de Santa Fe, producto de que la ciudadanía eligió un color político diferente al nacional para guiar sus destinos institucionales.

Esta reunión, cuyos resultados se deberán comenzar a plasmar con el correr de las semanas, fue precedida por otra, que tuvo como partícipe principal a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, quien concurrió a la provincia a cerrar un curso destinado a funcionarios provinciales y federales para dotarlos de mejores herramientas, para enfrentar delitos complejos que afectan hoy a gran parte del país y donde se necesita la tarea conjunta de diferentes esferas del Estado.

Habrá que señalar que la situación de intento de ahogo político y económico padecida por Santa Fe se replicó en otras provincias, donde el color político de turno era diferente al del gobierno nacional. Como contraste, los Estados alineados con el kirchnerismo recibieron fondos y obras públicas de manera abrumadora.

La discriminación hacia las provincias llegó además en una etapa institucional donde los recursos coparticipables se encuentran en sus porcentajes históricos más bajos, producto de la centralización de fondos de tributos, como retenciones o el llamado Impuesto al Cheque, que no son enteramente coparticipables para las provincias. Esta situación ha obligado a profundizar la política tributaria de los Estados subnacionales para hacer frente al pago de salarios, al funcionamiento de los servicios esenciales transferidos en la década del 90 y a encarar algo de obra pública.

Desde estas páginas hemos insistido en la necesidad del diálogo entre Nación y Provincia, principio básico de un sistema republicano de gobierno, así como la necesidad de que la Nación también contribuya al desarrollo de Santa Fe, teniendo en cuenta el cuantioso aporte que desde la provincia surge para el sostenimiento de las cuentas públicas.

De la reunión entre De Vido y Bonfatti surgieron algunos anuncios como la financiación de 5.000 viviendas para las 6 principales ciudades de la provincia y la próxima licitación del gasoducto noreste, que llegará a los departamentos del norte santafesino. Sobre lo primero habrá que recordar que desde 2006, no llegaron más programas de vivienda y el Estado provincial se hizo cargo de finalizar algunos programas en marcha para evitar el abandono de esas construcciones. En tanto, la extensión del gasoducto viene anunciándose desde 2003, pero sin que se haya colocado un metro de caño.

El tiempo dará su veredicto sobre los anuncios prometidos, mientras tanto habrá que celebrar la apuesta al diálogo maduro, donde las partes mantengan sus posiciones, pero sabiendo que la provincia está habitada por ciudadanos argentinos con los mismos derechos y obligaciones que los que habitan la Patagonia, Cuyo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o cualquier otro lugar del país.

El paso del tiempo permitirá comprobar si los anuncios fueron meros compromisos o definiciones políticas concretas.