Los problemas de la economía interna

El gobierno nacional y el Banco Central de la República Argentina respiran con algo de alivio. Gracias a la primera gran liquidación de exportaciones de la cosecha gruesa y merced a los dólares que ingresaron a partir de un bono emitido por YPF, las reservas del país crecieron en los últimos días luego de meses de sangría constante y de incertidumbre creciente.

De esta manera, las reservas oscilan en alrededor de 27.200 millones de dólares y se espera que en las próximas semanas continúen creciendo, ya que el campo seguirá liquidando exportaciones.

Además, el gobierno acaba de confirmar que el ministro de Economía, Axel Kicillof, participará de la Asamblea General del Fondo Monetario Internacional que se celebrará en Washington esta semana. Es que, frente a las complicaciones de la economía interna, existen esfuerzos manifiestos por acercar posiciones que permitan a la Argentina facilitar su acceso a los mercados internacionales de crédito.

En ese contexto, se enmarca el sinceramiento de las estadísticas oficiales relacionadas con la inflación. Se sabe que un acuerdo contribuiría a negociar el pago de la deuda con el Club de París y que esto implicaría, inexorablemente, que las cuentas públicas del país sean monitoreadas por el FMI.

Mientras tanto, el déficit de las cuentas del Estado nacional continúa en crecimiento. Según datos del Ministerio de Economía, en febrero el déficit financiero fue de 7.761,6 millones de pesos; 14,7 veces más que en igual mes de 2013.

El deterioro de las cuentas públicas se explica por un fuerte aumento de los subsidios (indicados como transferencias corrientes) que alcanzaron a 20.290,5 millones de pesos, contra 13.479 millones de pesos de febrero de 2013, lo que representa un alza de 60,2 por ciento.

Es cierto que el gobierno anunció un reducción progresiva de subsidios en materia de agua potable y gas natural que afectarán, sobre todo, a sectores de Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Sin embargo, existen otros rubros que continúan representando un millonario drenaje de dinero para las cuentas públicas.

Según datos del Ministerio del Interior y Transporte, en los dos primeros meses del año se transfirieron, en promedio, $ 60 millones por día a los empresarios del sector, a pesar de que se produjeron aumentos en las tarifas. El incremento de los costos, generados por la inflación, termina absorbiendo rápidamente el aumento en el precio del boleto.

Durante los dos primeros meses de 2013, los subsidios para el transporte habían sido de 56 millones de pesos por día; mientras que en 2012 alcanzaron 45,6 millones de pesos diarios. La tendencia refleja claramente un agravamiento del problema.

Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, el crecimiento del PBI argentino estará por debajo del promedio del 3% que alcanzará la mayoría de los países del subcontinente. Brasil también crecerá poco, lo que representaría un impacto negativo sobre la economía argentina.

En definitiva, el ingreso de dólares provenientes de la cosecha gruesa o un eventual acercamiento a los organismos internacionales de crédito, servirán de relativo alivio mientras la Argentina no encare soluciones de fondo a sus verdaderos problemas económicos.

Según datos del Ministerio de Economía, en febrero el déficit financiero fue de 7.761,6 millones de pesos.