Presentación en Agrishow 2014

Drones: una nueva herramienta para el campo

La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) desarrolló programas informáticos para procesar datos agrícolas captados desde el aire con vehículos aéreos no tripulados. Pueden medir stand de plantas, detectar falta de nutrientes o estrés hídrico en los cultivos.

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Chiche. La demostración para la prensa se realizó con un “cuadricóptero” eléctrico con autonomía de 15 minutos y 2.000 metros de vuelo.

Foto: Juan Manuel Fernández

 

Juan Manuel Fernández

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Enviado Especial

Lucio André de Castro Jorge extiende su brazo y abre la palma de la mano hacia el cielo. A su alrededor los periodistas escuchan el zumbido y ven cómo tras un breve revoloteo la nave-miniatura de cuatro hélices se posa como si fuera un ave amaestrada. El especialista de Embrapa (sigla en portugués de Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria) explica entonces las características del VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado) adaptado como herramienta para la agricultura de precisión. “Se puede usar en un establecimiento para la observación común, medir stand de plantas o con visión infrarroja detectar falta de nutrientes o estrés hídrico en los cultivos”, sintetizó el ingeniero electrónico y miembro del “Cuerpo Técnico Científico” de la empresa vinculada al Ministerio de Agricultura brasileño.

La escena ocurrió el viernes 2 de mayo en Ribeirao Preto (San Pablo), durante la reciente 21º edición de Agrishow, la muestra de tecnología agrícola más importante de Latinoamérica. Allí se exhibieron dos modelos de “drones” (abejorro, en inglés), como se los conoce popularmente en todo el mundo, equipados con cámaras y dotados de diferentes softwares desarrollados por la empresa para brindar servicios agrícolas. “Hay firmas montando drones en Brasil; Embrapa asesora a los interesados en la compra y en la configuración; además del entrenamiento en el uso”, precisó de Castro Jorge.

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Su criatura. Lucio André de Castro Jorge, director del programa de investigación y desarrollo, detalló las prestaciones de los aparatos a control remoto. Foto: Juan Manuel Fernández

Nueva era

El ingeniero está trabajando desde 1998 con vehículos no tripulados en programas de Investigación y Desarrollo que llevan más de R$5 millones de inversión. Fruto de esa tarea, hoy Embrapa ofrece 5 softwares gratuitos de libre descarga (ya se hicieron más de 30.000 “downloads”, aunque “muchos de ellos están experimentando con fotos sacadas desde aviones”). Estos son los más simples, por ejemplo para medición de stand de plantas.

Y también cuentan con otros 10 a 12 programas pagos -pueden valer hasta R$10.000- más específicos, por ejemplo para determinar índice foliar. Todos “están disponibles al productor desde el año pasado” y se calcula que actualmente en Brasil hay 200 drones trabajando en plantaciones de cítricos, caña de azúcar (la mayoría), eucalipto y algodón, cultivo “en el que es muy importante, porque es una agricultura muy cara con muchas plagas”.

Lo que no hace mucho podría haber parecido una ilusión o una fantasía propia de las películas de ficción, hoy es una posibilidad concreta gracias al abaratamiento y la miniaturización de la tecnología. “Se trabaja con todos los tipos existentes de drones, desde los pequeños (cuadricópteros, hexacópteros y hasta con 8 hélices, según la capacidad de carga y autonomía) hasta los grandes”, indicó el ingeniero.

El drone que sobrevoló el stand de Embrapa funciona con una batería eléctrica que le da apenas 15 minutos de autonomía con una capacidad de volar hasta 2.000 metros de distancia, aunque lo normal es usarlo hasta 300 metros. Según de Castro Jorge vale alrededor de R$5.000 (unos u$s2.200).

En otro sector, la empresa también exhibió un modelo más grande, más parecido a un helicóptero tradicional -aunque a una escala menor-, con motor a explosión (nafta) que puede volar hasta 2 horas y cubrir un radio de 80km. Tiene un costo de R$120.000 (u$s54.000) y puede cargar hasta 15kg en equipamiento, como un piloto automático y GPS para mayor precisión.

“La elección del tipo o tamaño, depende de la cámara a usar”, indicó el referente de Embrapa. Y explicó que los dispositivos chicos usan las más simples (normal o infrarrojo) y los grandes toleran “hiperespectrales” con hasta 300 bandas con las que “es muy fácil detectar malezas”.

 

 
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Más grandes. También se utilizan vehículos de mayor porte, con motor a explosión y autonomía de 80km para estudios más complejos.

Foto: Gentileza Embrapa

Adaptación legal

Los drones pueden usarse también para realizar relevamientos topográficos, confeccionar mapas detallados de labores agrícolas, identificar zonas del terreno susceptibles de erosión y hasta detectar plagas.

El dato curioso es que aún o hay una legislación específica en Brasil para la regulación de su uso y la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) los prohibe, aunque al ser comandados a control remoto se consideran como “aeromodelo” y por lo tanto los usurarios se valen de esta categoría para operarlos dentro del establecimiento. “En Brasil -se sinceró de Castro Jorge- nadie va a conseguir monitorear lo que alguien hace en su propiedad, por lo tanto se está haciendo una ‘vista gorda’ hasta que se reglamente”. Mientras tanto se están realizando gestiones a nivel gubernamental para solucionar el aspecto legal.

En cuanto al uso que se les está dando, las empresas que los usan por ahora “tienen personas entrenadas” para esa tarea. Sin embargo, el especialista consideró que “la nueva generación, los hijos de los actuales dueños, ya están preparados para la tecnología y manejan con facilidad los equipos”.

El próximo paso de Embrapa sobre los drones será “cambiar las baterías para aumentar los tiempos de operación”, así como desarrollar otros softwares para el análisis de variables más complejas, como el monitoreo de algunas malezas.