Caso Ciccone

Boudou en la línea

De la redacción de El Litoral

El juez Ariel Lijo tendría en su despacho nuevas evidencias que complican a Amado Boudou. Son cruces de llamadas entre una línea Eduardo Romano -secretario privado del vicepresidente- con José María Nuñez Carmona y las oficinas de The Old Fun, la firma que compró Ciccone.

Según revela hoy Clarín, las comunicaciones entre The Old Fund y Romano, que constan en los registros de las telefónicas, comprometen el argumento de Boudou respecto de no haberse involucrado en el caso de la imprenta a la que se le levantó la quiebra por su recomendación, y que terminó con millonarios contratos con el gobierno nacional antes de ser estatizada en agosto de 2012 por orden de la Casa Rosada y sin que se sepa quién es el dueño real.

En el expediente, consta además que otro amigo de Boudou, Sergio Martínez, fue accionista de Tierras International Investiments, una sociedad controlante de The Old Fund.

Los cruces de llamada revelaron que Núñez Carmona, socio de Boudou, hablaba con el ex director de Ciccone, Alejandro Vandenbroele, de manera habitual. Eso se suma a los testimonios de varios miembros de la familia Ciccone sobre reuniones con “naringa” y el por entonces ministro de Economía.

Siete llamadas hubo de la línea de Boudou al teléfono de Nuñez Carmona el día en que la Afip levantó la quiebra de Ciccone, el 14 de octubre de 2010. Las comunicaciones con funcionarios de la Afip también están bajo la lupa de los investigadores.

Boudou ya no forma parte de la mesa del Consejo Nacional del PJ. El “elegido” de Cristina pone en jaque al kicrhnerismo ante su eventual procesamiento. La jefa de Estado llegó a aceptar en 2012 la renuncia de Esteban Righi a la Procuración, cuando Boudou lo denunció como parte de su defensa por el caso Ciccone.

Ya en el cargo, Alejandra Gils Carbó -la nueva procuradora- le inició sumario administrativo al fiscal Carlos Rívolo, por investigaciones al vicepresidente. Pero los tiempos han cambiado; el expediente judicial avanza y la presidente le sugirió a su segundo que se defienda públicamente... en “6, 7, 8”.

Sólo Hebe de Bonafini salió en las últimas horas a defender al vice. “Yo ya no aguanto más, es una vergüenza, hace dos años que lo están atacando, lo quieren hacer pedazos pero no van a poder porque es un tipo muy serio”, dijo la titular de Madres, victimizada en el caso de las viviendas con fondos públicos manejados por los Shocklender a su nombre, y mientras espera que prospere la “estatización” de la universidad que maneja y que está acosada por millonarias deudas.

La Cámara de Casación Penal denegó a mediados de mes el sobreseimiento del vicepresidente; los abogados de Boudou aspiran a que el caso mude de juzgado para ganar tiempo y evitar mayores consecuencias, al menos en lo inmediato.

El dato

¿Procesamiento?

Amado Boudou negó días atrás que vaya a pedir licencia en el cargo. El vicepresidente argumenta su inocencia pero puertas adentro del oficialismo evalúan el costo político que podría tener para la presidente el eventual procesamiento de quien fuera su “elegido”. En ámbitos judiciales, se especula con la posibilidad de que el juez Ariel Lijo lo llame a indagatoria en las primeras semanas de agosto; sería un condimento muy ruidoso para la estrategia oficialista, que por ahora frena los pedidos de juicio político reclamados por la oposición.