Entrevista con Daniel DiSalvo, politólogo norteamericano

“Los partidos políticos son ahora más fuertes que nunca en EE.UU.”

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“El Congreso sigue teniendo más poder que el presidente”, dijo Daniel DiSalvo.

Foto: Pablo Aguirre

 

José Curiotto

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A pesar de los evidentes cambios que se producen en el mundo y del crecimiento de países emergentes como China; el politólogo norteamericano Daniel DiSalvo, considera que los Estados Unidos continuarán jugando un rol preponderante en el mundo al menos durante las próximas cinco décadas.

—¿Barack Obama es el hombre más poderoso del planeta?

—En Estados Unidos en estos momentos hay un debate sobre lo que vemos como “dos presidencias”.

Por un lado, lo que hace a la política internacional. De hecho, por ejemplo, el ejército de los Estados Unidos es el más poderoso del mundo. Pero en la política doméstica el presidente tiene mucho menos poder que otros mandatarios, como por ejemplo el premier de Gran Bretaña o la presidente de la Argentina. Barack Obama no tiene tanto poder en la política interna de los Estados Unidos. El Congreso en mi país sigue teniendo un rol clave.

Esto quedó evidenciado el año pasado frente a las discusiones por el plan de salud impulsado por Obama. Gran parte de la Cámara de Representantes no estuvo de acuerdo, y el diferendo desembocó en la paralización del gobierno federal.

La dificultad en estos momentos pasa por la brecha entre las expectativas del pueblo sobre el presidente y sus posibilidades reales. Barack Obama prometió mucho durante sus dos campañas para la presidencia. Obama es muy fuerte retóricamente. Pero en la práctica, el Congreso sigue teniendo más poder que el presidente.

—En la Argentina los partidos políticos han perdido preponderancia. El poder está en manos de líderes e incluso de políticos que controlan territorios determinados. ¿Cuál es la situación de los grandes partidos en Estados Unidos?

—Los partidos políticos en Estados Unidos son ahora más fuertes que nunca, sobre todo a nivel nacional.

En el Congreso, los legisladores son muy leales a la hora de votar. Lo hacen según las decisiones de su partido. Y los líderes de los partidos son mucho más fuertes que antes. También creció el nivel de competitividad dentro de cada uno de los partidos.

Hoy en día también existe un gran debate en los Estados Unidos sobre el rol de los partidos políticos. Algunos sectores están preocupados por la polarización, pues temen que esto desemboque en un bloqueo completo en el Congreso. Y también por las divisiones entre los ciudadanos: demócratas contra republicanos. Estas decisiones pueden traer consecuencias negativas.

De todos modos, para ganar, los dos partidos principales están obligados a captar el voto de ciudadanos independientes. Quien logra captar la atención de los independientes, se queda con el poder. Hay un 30% del electorado que se dice independiente. Sin embargo, actualmente se calcula que se trata apenas del 10 o el 15%, pues entre los que se dicen independientes existe un sector que siempre vota por los republicanos, y otro que siempre vota por los demócratas.

—¿Están dadas las circunstancias como para que los demócratas continúen en el poder luego de dos mandatos de Obama?

—Es muy difícil prever lo que pasará en dos años. Es una eternidad para la política norteamericana. Pero podemos decir que sólo una vez desde la Segunda Guerra Mundial un mismo partido logró ganar tres elecciones presidenciales seguidas: fueron los republicanos, con dos mandatos de Ronald Reagan y George Bush padre.

Para los demócratas, en estos momentos, es determinante el relanzamiento de la economía. Si pueden decir en dos años que Obama y su equipo lograron superar esta gran recesión, será un fuerte argumento como para continuar en el poder.

—Hablar de izquierda en Estados Unidos no es lo mismo que hablar de la izquierda latinoamericana o europea.

—Muchas personas en América Latina o en Europa piensan que los demócratas están demasiado al centro, en una suerte de capitalismo dulce. Pero creo que el Partido Demócrata está dividido entre un ala más conservadora, cercana a Wall Street; y otra que tiene un pensamiento más ligado a la izquierda. Este sector es el que aspira a lograr un estado de bienestar más amplio, distribuir la riqueza entre la gente de clase media-baja y los más pobres.

—¿Cómo ve la posición de los Estados Unidos a nivel mundial para los próximos años?

—Barack Obama acaba de pronunciar un discurso muy interesante en los últimos días sobre el rol del país en el largo plazo. Obviamente, en términos militares no hay competencia. En términos económicos, los Estados Unidos todavía tienen mucha ventaja. En China, por ejemplo, la mayoría de los habitantes llegará a viejo antes de ser rico. Creo que, al menos durante los próximos cincuenta años, Estados Unidos continuará jugando un papel fundamental en el mundo.

Una sociedad diversa

—El poder de los sectores más conservadores, ¿está generando un debate dentro de la sociedad norteamericana?

—Desde los años ochenta existe un gran debate sobre el movimiento conservador en los Estados Unidos. Aunque hoy en día podemos decir que los demócratas, en términos de voto popular, han ganado cinco de las últimas seis elecciones presidenciales. Sin embargo, todavía hay un sector conservador muy fuerte en los Estados Unidos y muy particular. Se trata de un sector conservador que no necesariamente tiene un equivalente en el resto de los países del mundo.

—¿Por qué se trata de un conservadorismo diferente al del resto del mundo?

—En Europa, los partidos conservadores son mucho más favorables al poder del Estado y a su autoridad. El movimiento conservador en los Estados Unidos, en cambio, es mucho más escéptico con respecto al poder que debe otorgarse al Estado. Lo que quieren es reducir su tamaño, bajar los impuestos. Pero, además, también existen fuertes vínculos con la religión, que juega un papel muy importante. En Gran Bretaña o en Francia, por ejemplo, la religión en los movimientos conservadores no juega un gran papel.

El entrevistado

Daniel DiSalvo es investigador principal en el Manhattan Institute's Center for State and Local Leadership y profesor de Ciencia Política en The City College of New York. Obtuvo su doctorado en Ciencia Política en la University of Virginia. Estuvo en la Argentina invitado por la Embajada de los Estados Unidos.