Replanteo de políticas sociales

Germán de los Santos

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Corresponsalía Rosario

Una nueva trama social emergente de la violencia obligó a replantear políticas sociales, y se focalizó la mirada en los grupos de jóvenes que navegan en un horizonte incierto, sin estudios ni trabajo, plausibles de vincularse con los eslabones tentadores de las economías delictivas. Luego de analizar información de las víctimas con heridas de bala que llegan al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) en la Municipalidad de Rosario comenzaron a delinear a partir de esas historias un nuevo elemento que surgía en esa trama: grupos de jóvenes o “banditas” que se enfrentan por conflictos, cuyas raíces no siempre tienen que ver con el delito, sino con cuestiones más cercanas a identidades surgentes en medio de un clima violento.

La Municipalidad de Rosario empezó a poner en marcha en 2013 un plan llamado Nueva Oportunidad, con el que se capacitaron en oficios 320 jóvenes de entre 16 y 30 años que no tuvieron la posibilidad de terminar la escuela secundaria. Estos muchachos recibieron una beca de 750 pesos como estímulo. Este año el programa, que se ejecuta junto con el gobierno provincial, se amplió a un universo de mil jóvenes y la idea se centra en que el Estado pueda llegar con otras herramientas a los jóvenes que no poseen un horizonte muy nítido. Este plan se conjuga con la inversión en infraestructura en los barrios que están llevando adelante el municipio y la provincia, a través de lo que se denominó el Plan Abre, que está destinado a la “pacificación” territorial en zonas de Rosario y Villa Gobernador Gálvez.

Dos eslabones

El viernes se presentaron estos dos eslabones de intervención estatal que de acuerdo a la intendenta de Rosario Mónica Fein apuntan a lo mismo, “a generar mayor igualdad”. “Era necesario tomar contacto con los grupos que se forman en los barrios. Llegar con nuestros trabajadores, entablar una relación y poder persuadirlos para que a través de este plan de becas puedan iniciar un proceso de capacitación en oficios”, señaló la intendenta.

Fein sostuvo que es necesario generar nuevos sueños y oportunidades para todos, especialmente para los más jóvenes. “Queremos una ciudad más segura y con más convivencia, y tenemos que construir nuevos lazos entre los vecinos”, aseguró. La intendenta explicó que este programa cambia los paradigmas que se desarrollaron durante casi dos décadas en la Municipalidad de Rosario, que apuntaron siempre según Fein a la universalización de las políticas sociales. “Pero empezamos a ver que había que focalizar los programas para hacerlos más efectivos, algo que nos costó entender. Estamos frente a una realidad compleja que necesita otra mirada”, explicó Fein.

Ampliar la experiencia

El optimismo de la intendenta con este proceso que se elaboró en base a experiencias en el extranjero, con los Maras en Centroamérica se refleja por los resultados que tuvieron en 2013 con el inicio de Nueva Oportunidad. La deserción fue mínima y logró construir los cimientos para que se amplíe durante este año. Este nuevo proyecto se pone en marcha en un contexto complejo, marcado por las esquirlas de disputas territoriales, que muchas tienen su base de sustentación en el negocio de la droga, que provocaron un incremento en los homicidios dolosos. El año pasado 268 personas murieron en episodios violentos y en 2014 la estadística superó los 118 fallecidos en homicidios dolosos. Durante las últimas tres semanas se vio un descenso de los crímenes, un dato que lo suscriben en el Ministerio de la Acusación como en el Municipio de Rosario, donde remarcan que en dos semanas no ingresó ninguna persona con heridas de bala de gravedad a la sala de terapia intensiva del Hospital Clemente Álvarez (Heca). Los patrullajes de los dos mil efectivos de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal que se iniciaron el 9 de abril pasado empiezan a mostrar resultados, creen en el municipio. Unas 12 mil motos fueron enviadas al corralón municipal tras diversos controles en la vía pública. Ante este contexto, con una apariencia menos hostil, el Plan Nueva Oportunidad apunta a reformular lazos perdidos entre el Estado y los grupos en riesgo, que fueron muchos de ellos captados por las economías delictivas. El ejemplo más claro es el rol que cumplía el denominado “soldadito” en los búnkeres, donde vendía cocaína en condiciones muchas veces infrahumanas, sin baño y con alto riesgo de morir por los conflictos con las otras bandas.

Por su parte, el gobernador Antonio Bonfatti comenzó su mensaje haciendo mención a la Franja Joven del Río, a la que ponderó como un espacio de todos los rosarinos y también de todos aquellos que visitan la ciudad. “Así como está lindo este lugar, queremos que (los vecinos) digan qué lindo que está el barrio”, señaló. “Queremos la misma alegría en todos los lugares de la ciudad y la provincia, que todos sintamos lo mismo”, agregó.

Inversión en infraestructura

A la par del Programa Nueva Oportunidad, Fein y Bonfatti firmaron una serie de convenios para desarrollar acciones en el marco del Plan Abre, que beneficiarán a siete barrios de la ciudad (Industrial, Pineda, Fuerte Apache, Ludueña, La Palmera, El Eucaliptal y Las Flores Sur) a través de obras de infraestructura y mejoramiento del hábitat, que incluyen aperturas de calles, edificación de viviendas para reubicación de familias, construcción de plazas, desagües, pavimentos, cloacas y desagües pluviales. “Esta articulación público-público es un ejemplo claro de que el Estado está presente para decir que vamos todos juntos hacia adelante”, señaló la intendenta.

Luego, haciendo un repaso de los acuerdos firmados, sostuvo que las acciones a desarrollar mediante el Plan Abre apuntan a “garantizar los derechos de los ciudadanos al agua, a la luz y agua segura, a tener cloacas, a que haya igualdad de oportunidades”. “Este es un esfuerzo que tenemos que hacer entre todos para fortalecer la convivencia en la ciudad”, dijo.