Historia de vida

La transformación del barrio en el tiempo

El vecino José Luis “Cacho” Fournell recordó cómo era este sector hace más de cincuenta años. “Había gran cantidad de quintas, se sembraba toda clase de verduras y se trabajaba mucho en el campo”, expresó.

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José Luis Fournell tiene 66 años. Nació, creció y vivió toda su vida en la zona de Santo Tomás de Aquino.

 

José Luis Fournell, más conocido como “Cacho”, es un antiguo vecino de esta jurisdicción, que vive en el barrio desde que nació, hace 66 años. Su casa está ubicada en República de Chile e Hilario Zabroso. Se dedica a la mecánica en general (arregla tractores y autos), aunque también hace chapa y pintura. “Acá nací, acá me crié y acá me voy a morir”, manifestó “Cacho” a este medio, orgulloso de sus raíces. “En los primeros tiempos había muy poca gente; todos tenían sus labores y se trabajaba mucho realmente. Se sembraba, se criaban animales, había tambos en toda la zona de calle República de Chile al norte, era así”, aclaró posteriormente.

“Como es lógico, la zona se fue poblando lentamente, de a poco, porque el crecimiento acelerado se daba en el sur de la ciudad, acá no tanto; después sí empezó a llegar otra gente, que tenía parientes aquí, así que comenzaron a hacerse sus viviendas. Con el paso del tiempo, fue necesario empezar a pedir las mejoras que hacían falta”, completó Fournell, sin dejar de remarcar que hasta hace unos cincuenta años era muy distinto, porque había pocos pobladores y todos trabajaban en las quintas. “Ahora es otra cosa, porque se pobló todo, aunque algunos rastros de lo que era antes persisten, como que todavía se puede escuchar que cante algún gallo”, describió.

Inmigrantes quinteros

“Yo también trabajé en las tareas rurales; teníamos el campo a la altura de Juan José Paso y República de Chile”, añadió “Cacho”, que hizo la primaria en la Escuela Nº 1110 Simón de Iriondo (otras familias de quinteros mandaron sus hijos a la Escuela Nº 15 Juan de Garay). “Esto era todo campo y era muy común que cada familia tuviera su chacrita o su quinta de verduras; se labraba la tierra y se vivía de eso”, siguió recordando. “Por lo general se sembraba todo tipo de verduras, porque Santo Tomé vivía como una verdadera primavera, para mí era hermosa”, acotó. “En la zona había muy poquitas casas, la gran mayoría de familias de inmigrantes, especialmente españoles, que vinieron acá a poblar y a trabajar decentemente el lugar junto con sus hijos”, describió luego.

“Todavía hay algunos caballos, pequeñas quintas y gallineros, pero no es como era antes, que estaba todo sembrado”, insistió Fournell. “La gente no necesitaba irse lejos para conseguir las cosas que necesitaba para trabajar, ya que en el barrio Iriondo, acá cerca, había almacenes de ramos generales y entonces iban a comprar allí”, resaltó en otro pasaje de su relato. “Recuerdo que eran negocios grandes; el de Hércules Centa y el de la familia Kieffer, por ejemplo; el primero en la esquina de Roque Sáenz Peña y Juan José Paso, y el otro en Corrientes y República de Chile”, continuó. “El de Centa tenía de todo, máquinas agrícolas, pintura, comestibles”, añadió el vecino.

La vida en las chacras

  • Entre los pobladores que habitaron la zona que actualmente cubre la jurisdicción de Santo Tomás de Aquino, puede nombrarse a las familias Farrioll, Martorell, Cladera, Ferrer (Juan), García, Chaffer, Imhoff, Mastromarino, Gatti y Bardus, por citar algunas de ellas. Los Cladera, por ejemplo, vivían en el lugar conocido como Barranca Colorada, ahora convertida en el barrio Costa Dorada, también llamado Costa de Oro.

Los Cladera son de origen mallorquí y su quinta era una granja con huerta, alguna que otra vaquita para ordeñe y varias gallinas. Sembraban zanahorias, zapallos, remolachas, chauchas y melones (eran “famosos” por estos últimos). Después de la cosecha, con una jardinera, el padre se venía para el centro de la localidad con esos productos, para poder venderlos y así ganar el sustento para los suyos.

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Una solución. La canchita de fútbol, en realidad, es el único espacio verde y recreativo real que tiene Santo Tomás de Aquino. Tratan de tenerla en condiciones para que los chicos del lugar puedan entretenerse.
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Un problema. Los días de lluvia, algunas de las calles transversales del barrio se llenan de pozos, lo que dificulta su transitabilidad. La de la imagen es Pellegrini, que cruza República de Chile de norte a sur

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Escena cotidiana. A lo largo de República de Chile es muy común ver situaciones como éstas. En varios sectores no tiene veredas, por eso la gente que va a la escuela y/o al trabajo se ve obligada a ir por la calle.

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Desagües nuevos. Muchos de los inconvenientes que el barrio tenía en materia de escurrimiento de aguas pluviales, fueron superados con la canalización de calle Juan José Paso, obra complementaria de la autovía.