Cuando no todo lo resuelve el crecimiento económico

Salvia: “La Argentina necesita políticas sociales de inclusión”

  • El sociólogo de la UCA expuso ante Bonfatti y su equipo de gobierno. Advirtió que más de la mitad de la población económicamente activa tiene problemas laborales.
5-IMG_0469.JPG

“Sea del 18,5% como reconoce Yasky o del 27% como dicen algunos estudios, la pobreza es un problema serio en la Argentina”, sostiene Salvia.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Mario Cáffaro

[email protected]

Agustín Salvia es sociólogo y ejerce como coordinador general e investigador en jefe del Observatorio de la Deuda Social Argentina que funciona en la Pontificia Universidad Católica Argentina, cuyos trabajos sobre pobreza son reconocidos por gran parte de la sociedad, especialmente ante la decisión del gobierno nacional de manipular las cifras del Indec e incluso dejar de publicar los datos sobre pobreza. Ayer, Salvia expuso ante el gobernador Antonio Bonfatti y la llamada reunión interministerial, grupo que incluye a funcionarios de diferentes áreas del gabinete ante una colmada Sala Garay del Colegio Inmaculada.

Un rato antes, Salvia, planteó el diagnóstico y ensayó una serie de posibles salidas ante periodistas, acompañado por el secretario de Regiones, Municipios y Comunas, Horacio Ghirardi.

El experto toma como referencia lo ocurrido en la última década, donde pese al crecimiento económico, no se pudieron perforar algunos indicadores sociales y laborales y propone la discusión entre los campos políticos, académicos, sociales y el sector privado para llegar a definir políticas de Estado a largo plazo que permitan revertir este déficit.

La exposición se basa en la década iniciada en 2003 tras la severa crisis de 2001 y presenta un balance del desarrollo social con los cambios cualitativos que se produjeron tanto en términos económicos como laborales y sociales sin dejar de mencionar los altibajos que hubo en esos 10 años. “Más allá de la coyuntura, aparecen dos rasgos importantes: la fuerte recuperación que experimentaron tanto las condiciones de vida como las oportunidades de empleo y el clima social hasta el 2007/08 y este actual amesetamiento, más allá de los vaivenes. Hemos llegado a un piso donde no hemos podido bajar el déficit estructural social. Este piso no se fractura por más que recuperemos la economía, ni siquiera porque haya mayor demanda de empleo”, afirma. Enseguida grafica que uno de cuatro argentinos de la Población Económicamente Activa (PEA) “está en situación de marginalidad laboral y esto no lo ha podido resolver el crecimiento económico”. Advierte que “está faltando una correa de transmisión entre ese sector más dinámico de la economía y el sector más retrasado de la economía de subsistencia. Hay un sector intermedio que es capaz de escalar por empleos productivos o sociales a jóvenes, mujeres, personas mayores de baja calificación que tampoco hoy los ocupa ni la construcción ni el servicio doméstico y se sumergen en actividades de mayor marginalidad como prostitución, servicios personales, vendedor ambulante. Falta cómo impulsar actividades productivas y actividades sociales (empleos de cercanía) que permitan incorporar a estos sectores que están ubicados en la marginalidad laboral”.

Salvia suma el 7% de desocupación más un 13% de subocupados y que prefiere definir como empleo sumamente precario más el 33% de empleo en negro y afirma que “más de la mitad de la PEA está con problemas de empleo. Este problema es estructural”.

Reconoce la mejora si se mira 2002 pero advierte que el problema se asocia a la segregación residencial. “Hay una fuerte concentración de la población con problemas de empleo alrededor de espacios marginados en su hábitat (baja calidad educativa, baja calidad de salud, falta de servicios, falta de transporte, etc). Esta población va concentrándose en espacios de mucha marginalidad y es atravesada por la delincuencia, por el narcotráfico. Aparece para los jóvenes la posibilidad de tener inserción social a través de actividad ilegales. Las mafias organizadas operan en esos espacios donde el Estado está poco presente y produce un cóctel explosivo”.

Agrega que “desde 2007, en la Argentina se vive el amesetamiento y la condición de marginalidad estructural se está reproduciendo”.

Cuatro ejes

Salvia propone cuatro ejes para superar esta situación pero admite que exige políticas de Estado a largo plazo con fuertes acuerdos políticos. “El que la pone en práctica debe saber que tal vez no coseche frutos inmediatos”, aclara.

Los puntos los resume de la siguiente manera:

- Política de inversión económica y social apuntando a que el sector informal haga un puente con el sector formal de la economía. Requiere una fuerte inversión pública en empleos sociales de cercanía, políticas comerciales y de servicios que vinculen.

- La inclusión de espacios segregados a las ciudades, el derecho a la ciudad. Villas y barrios en los cordones deben ser incorporados a la ciudad y eso requiere importante inversión pública y privada. Apertura de calles, alumbrados, todos los servicios públicos, comunicación dentro de los barrios. La recomendación es llevar a esos barrios la mejor escuela, el mejor centro de salud.

- Pensar una educación especial, de formación técnico profesional, distinta al bachillerato histórico.

- Política de seguridad: incluir a los barrios marginados de las ciudades y a los enclaves marginados con pleno derecho significa una política de inteligencia y de seguridad que desarme a las bandas delictivas y el narcotráfico que están destruyendo a los niños, jóvenes y familias. Son un Estado paralelo con mayor posibilidad económica que el Estado mismo. “Esto no se resuelve con más policías y con más penas, implica una política de seguridad con decisiones profundas de desarmar las bandas y ocupar el espacio”, concluye.

La crudeza de los números

7% de desempleo, según el Indec

13 % de subocupación (limpiaparabrisas, vendedores ambulantes, etc)

33 % de empleo en negro y no declarados ante Afip y Anses

47% de jóvenes no termina la escuela media

20% de pobreza es un indicador promedio

7% de población vive en villas o asentamientos precarios

10% de la población reside en casas o terrenos sin títulos de propiedad

El dato

5-B-DSC_0768.JPG

Agustín Salvia

Foto: Luis Cetraro

Pobreza

El Observatorio de la Deuda Social informó que el 20% de la población argentina es pobre y Salvia admitió que utilizan una medición diferente a la del Indec. “Lo que decía el Indec fue una franca mentira por errores técnicos y manipulación política”. No obstante advierte que el nivel está entre el 20 y el 27% y recuerda que Hugo Yasky (CTA- oficialista) ubicó el indicador en el 18,5%. “En cualquier caso es un problema serio. Cómo es posible que con tantos años de crecimiento tengamos este nivel de pobreza”, se enoja.