En barrio Libertad, de Santo Tomé

Un policía federal persiguió a ladrones y lo asesinaron

Tenía 37 años y cuatro hijos. Su esposa había sido blanco de un intento de asalto y él fue tras los pasos de los delincuentes. Lo mataron a golpes, puñaladas y un tiro. Hay cuatro personas detenidas.

24-01-FOTO 1.JPG

Gonzalo Pérez nació y se crió en las mismas calles en las que fue asesinado. Conocía a los criminales, que actuaron de manera salvaje. Foto: El Litoral

 

Joaquín Fidalgo

[email protected]

Gonzalo Andrés Pérez era suboficial de la Policía Federal desde hacía más de una década. Junto a su mujer y sus cuatro hijos, vivía en el barrio Libertad de Santo Tomé, donde además había nacido y se había criado. Sus vecinos lo respetaban y lo apreciaban, al igual que sus compañeros de la fuerza. Anoche, a pocas cuadras de su hogar, fue asesinado a golpes, puñaladas y un disparo de arma de fuego.

Todo comenzó poco antes de las 22. La esposa de Pérez salió de la casa, ubicada en la cuadra de calle Sarmiento al 3700 y caminó hasta un almacén cercano. Al regresar, ya a pocos metros de su vivienda, la mujer fue abordada por dos delincuentes armados y encapuchados. Los ladrones se percataron de que la víctima no tenía ningún objeto de valor y entonces se dieron a la fuga, pero antes la amenazaron: “Si nos seguís te matamos”.

La mujer ingresó al inmueble con la intención de no mencionarle el incidente a su marido, pero no pudo ocultar su estado de nerviosismo. Al enterarse de lo que acababa de ocurrir, el hombre tomó su arma reglamentaria, abordó su automóvil Renault Sandero y fue tras los pasos de los malvivientes, a quienes aparentemente conocía del barrio.

A unas cinco cuadras de allí, en inmediaciones del cruce entre las calles Santa Fe y Almaraz, el policía “desgraciadamente” les dio alcance. En ese punto, el uniformado comenzó a hacer recriminaciones a los presuntos asaltantes. Lo que siguió a continuación está siendo investigado, pero lo cierto es que Pérez fue atacado por varias personas que lo golpearon, le dispararon con un arma de fuego y lo apuñalaron por la espalda. Los violentos sujetos también destrozaron por completo el vehículo de la víctima.

Agonizante, el cabo fue trasladado por una ambulancia hasta el hospital José María Cullen, donde fue asistido por traumatismo de cráneo, una herida de arma de fuego que ingresó por el pecho y salió por la espalda y múltiples heridas de arma blanca en el tórax posterior. Pérez dejó de existir poco después, a pesar del esfuerzo de los médicos.

Unos minutos más tarde, también ingresó a ese mismo centro de salud un muchacho de 18 años, quien había sido alcanzado por una bala en el lado izquierdo del hemitórax que le provocó una fractura en la quinta vértebra. Los investigadores estiman que este herido estuvo involucrado en el crimen del policía, por lo que quedó alojado en la Sala 3, detenido y a disposición de la Justicia.

También fueron aprehendidas otras tres personas que habían acompañado al herido hasta el hospital: un joven de 22 años, una muchacha de 21 y un menor de 17. Todos ellos podrían haber participado de la agresión.