“Fin de la tormenta”

Kicillof confía en una recuperación

  • Aseguró que en el segundo semestre el país vivirá “condiciones muy favorables” en materia económica.
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El titular del Palacio de Hacienda abordó varios temas. “No hay terreno fértil” para desestabilizar la economía, destacó.

Foto: DyN

 

De la redacción de El Litoral

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DPA

El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, afirmó que el país vivirá condiciones “muy favorables” en el mercado interno durante “el segundo semestre” del año y “también en 2015”.

“Veo muchas señales positivas que hacen pensar en un segundo semestre, pero también en un 2015 muy favorables”, expresó Kicillof en una entrevista publicada por el diario Página/12.

El ministro aseguró que el país superó “la tormenta” que provocaron “los intentos” por “desestabilizar las variables macroeconómicas” registrados a principios del año, cuando la moneda se devaluó más del 25 por ciento y subieron los precios de los productos de la canasta básica de alimentos.

“Este primer trimestre fue muy intenso en operaciones mediáticas y movimientos financieros, pero al final todos los pronósticos catastróficos, que decían que en marzo detonaba una bomba, ya están superados”, evaluó el funcionario.

Kicillof sostuvo que si bien “existen intenciones” de desestabilizar la economía, “no hay terreno fértil para intentarlo” nuevamente.

“Estos procesos le arruinan la vida a la gente porque cortan sus planes, terminan con sus sueños, sus perspectivas de crecimiento personal y familiar”, indicó.

En tanto, Kicillof reconoció como un “problema real” la crisis en el sector automotor, que provocó una caída en las ventas y, especialmente, puso en riesgo la estabilidad laboral de unos 170.000 trabajadores del rubro.

Al respecto, señaló que el gobierno “está trabajando para reencauzar los planes productivos” y “apuntalar a las empresas con dificultades para reavivar la demanda”.

Acerca del reciente acuerdo alcanzado con el Club de París para el pago de su deuda en cesación de pagos desde fines de 2001, Kicillof dijo que se trató de un “proceso prolongado” que tuvo un resultado “tremendamente exitoso” y “positivo”.

“Ese acuerdo implica que la Argentina se presenta a renegociar sin el tutelaje de ningún organismo internacional. La última vez que se renegoció una deuda de la Argentina, por ejemplo con el FMI, los que fueron para allá volvieron con un recorte del 13 por ciento para los (salarios de los) empleados públicos y las jubilaciones” durante el gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa, en 2000.

¿Peligran los “precios cuidados”?

“Si hay conflicto, habrá problemas con el abastecimiento y las empresas no podrán cumplir con el Programa Precios Cuidados”. En esos términos, se refirió Marcelo Ceretti, director ejecutivo de la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios (Cipa) sobre el impacto que tendría una medida de fuerza llevada adelante por los empleados del sector en reclamo de aumentos salariales.

Ayer, el gobierno prorrogó la conciliación obligatoria en la paritaria que protagoniza la Federación de Trabajadores de la Alimentación y la cámara empresaria de la actividad.

El dictamen pretende sortear lo que hoy ya parece un paro inevitable por parte del sindicato, que rechazó el ofrecimiento empresario de un incremento del 30% en tres cuotas junto al pago de una cifra no remunerativa. Por ahora, la distancia sigue siendo grande entre lo que plantea cada una de las partes, ya que los trabajadores exigen que el básico suba de $ 6.200 a $ 9.000, es decir, un aumento del 45% por ciento.

El secretario gremial de la entidad sindical, Héctor Morcillo, aclaró que es “falso” y “extorsivo” el planteo de que una huelga de los trabajadores de la actividad vaya a obstaculizar la ejecución del Programa Precios Cuidados. “Una medida nuestra no produce desabastecimiento. El grueso de nuestra producción es de golosinas y envasados. Nosotros no elaboramos ni harina, ni aceite, tampoco pan, lácteos y fideos; todos esos alimentos son fabricados por trabajadores de otros gremios”, dijo Morcillo al diario Clarín.

Para el dirigente sindical, el argumento patronal es una amenaza que tiene la intención de que gobierno “intervenga y ponga en caja al gremio, algo que no va a ocurrir”.