Pulsos de la política provincial

Los “buitres” condicionan los tiempos políticos

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Candidatos. A nivel nacional, el probable ballotage presidencial del año próximo podría ser disputado por dos de estas tres figuras: Scioli, Massa, Macri. En la provincia, Liftschitz se perfila como futuro gobernador.

Darío H. Schueri

La inesperada (no para la presidente Cristina Fernández de Kirchner) decisión de la Justicia norteamericana de adelantar los tiempos judiciales respecto de los fondos de inversión denominados “buitres”, y la quita de una cláusula que le hubiera permitido a nuestro país comprar un valiosísimo tiempo -no sólo financiero-, nos colocó en una situación muy incómoda que es motivo de análisis político por parte de los principales actores nacionales del peronismo y la oposición.

Sea cual fuere el acuerdo al que se arribe con los bonistas (sean éstos “amigables” u “hostiles”), el caso requerirá de una precisa ingeniería financiera que en sus efectos comprometerá de lleno al sucesor de Cristina. De movida, quien ocupe a fines del año próximo el sillón de Balcarse 50 se encontrará con una libreta de almacenero que tiene en el “debe” 17 mil millones de dólares (Repsol, Club de París); monto al que se le puede sumar una cifra similar tras el arreglo con los holdouts, llamados “buitres”.

A esa lista, habría que agregar los compromisos energéticos que demandan unos 15 mil millones de dólares anuales, y los pagos sociales y previsionales (éstos en pesos).

Demasiada plata y sin más fiado a la vista como para no acordar los pasos a seguir -como sugiere Massa- con los posibles pagadores, llámense Scioli, Macri, el candidato que surja del Faunen, o él mismo.

Es así como en las últimas horas, los políticos dejaron de lado el interés por los resultados de los partidos del mundial de Fútbol y se abocaron con razonable preocupación a indagar cómo terminará la película con los holdouts y la celosa decisión de la Justicia norteamericana que dejó a nuestro país al borde de una profunda zanja. Los perturba el temor a que la “desconfianza” hacia nuestros gobernantes, puesta de manifiesto por el longevo juez Griesa, sea en realidad el reflejo de un sentimiento de mayor espectro. Si así fuere, y no se revierte en el corto plazo, es muy probable que lleve a la política nacional a adelantar algunos tiempos. Tanto es así que en cenáculos políticos nacionales - y más aún en el peronismo- la idea de apresurar el calendario electoral es un rumor que ya se escucha tras las paredes. No obstante, hasta el momento de escribir estas líneas la fantasía no había traspuesto el Arroyo del Medio.

Por ahora, el peronismo vernáculo sigue a la deriva en busca, ya no del candidato salvífico, sino de quien pueda garantizarle una elección decorosa. El elefante blanco para algunos sigue siendo Miguel del Sel (que no volverá a rearmar el Midachi como anunciara un periodista de la farándula televisiva porteña). En su entorno, se refieren a quienes impulsan esta instancia como “los necesitados” del PJ.

Entre tanto, en el Partido Justicialista invierten esa desesperada ecuación. Y dicen: “Del Sel jamás llegará a ser gobernador sin nosotros”. Al respecto, Scioli advirtió que no se puede avanzar con Del Sel si no hay acuerdo dentro del peronismo. “Primero arreglen las cosas en casa”, recomendó.

Las desinteligencias -rayanas en el papelón político- fueron evidenciadas por los senadores peronistas, quienes el último jueves y en ocasión del tratamiento de la ley de Financiamiento Educativo, dejaron al desnudo el fracaso de la encomiable gestión que, orientada al logro de la cohesión política y parlamentaria, iniciara el presidente de Diputados, Luis Rubeo, entre parlamentarios de uno y otro cuerpo. El intento comenzó con dos cenas y se diluyó en el nunca alumbrado documento de unidad gestado en la última reunión celebrada en el bloque de senadores.

La idea de Rubeo y de otros parlamentarios se apoyaba en conseguir un avance orgánico en los proyectos legislativos hasta tanto se pueda arribar a ciertos consensos políticos básicos para encarar dignamente las elecciones primarias de agosto del 2015. Pero todo parece indicar que los apresuramientos de algunos, consecuencia de razonables temores electorales que activan el instinto de supervivencia personal, hará fracasar esa iniciativa.

La perspectiva actual de que dos peronistas (Scioli y Massa) y Macri sean potenciales partícipes del ballotage del año que viene desencadena un efecto dominó sobre las estructuras locales del peronismo y el PRO, movimiento que derriba cualquier posibilidad de escindir las estrategias locales de las nacionales.

Eso diferencia al PJ de la construcción del FPCyS, que se mantiene unido en la provincia (como en el 2011) porque a nivel nacional las chances de que un candidato del Faunen llegue a la segunda vuelta son pocas.

Para peor (para el peronismo), según algunas encuestas que jamás saldrán a la luz, el nominado candidato del PS Miguel Lifschitz se encaminaría firme hacia el señorial edificio de la calle Tres de Febrero de esta capital, primarias mediante en caso de que las hubiere.

En este sentido, el radicalismo debate soterradamente la necesidad de ir a las Paso con candidato propio. La idea no disgusta desde la estrategia política interna; hasta el mismísimo vicegobernador Jorge Henn abona esa teoría. El dilema es el candidato: a priori, Mario Barletta no contaría, como en el 2011, con el unánime consentimiento para serlo. Y una alianza con Giustiniani es poco probable; no pocos piensan que “Pechito” ante la posibilidad cierta de perderlo todo (en 2011, cuando enfrentó a Bonfatti y Barletta le quedaban cuatro años más de senador nacional que culminan el año que viene) negociará dentro de su partido.

Precisamente el sector político de Jorge Henn, Cauce Progresista, pasará a integrar -con la presencia del intendente de Santo Tomé Fabián Palo Oliver- la mesa chica de radicales y socialistas (socios mayoritarios en el FPCyS) junto a Escarapela de Barletta y el MAR de Mascheroni y Galdeano.

Henn le confesó a sus allegados que encabezará lista de candidatos a diputados provinciales el año que viene; sea en la lista del precandidato radical a gobernador que dispute las primarias, o con lista propia si no hubiere acuerdo interno o si un convenio entre radicales y socialistas lo excluyera de esa posibilidad.

Por ahora, toda especulación electoral queda supeditada a lo que ocurra en los próximos tiempos en la lejana capital del mundo financiero: Nueva York, entre los negociadores argentinos y la bandada de “buitres”, así como quienes podrían llegar a serlo llegado el caso (entre los cuales hay argentinos tenedores de esos bonos renegociados). Es que no son poco los individuos que esperaron pacientemente a lo largo de los años este momento para abalanzarse sobre la presa. Y no van a desperdiciar la oportunidad de sacar su mejor tajada, máxime cuando la Justicia norteamericana les da la oportunidad.

En las últimas horas, los políticos dejaron de lado el interés por los resultados del mundial de Fútbol y se abocaron con razonable preocupación a indagar cómo terminará la película con los holdouts.

Según algunas encuestas que jamás saldrán a la luz, el nominado candidato del PS Miguel Lifschitz se encaminaría firme hacia el señorial edificio de la calle Tres de Febrero de esta capital.