Sólo lectores

Punto de vista sobre el subsidio a la Basílica

GILBERTO ROSSINI

“Quisiera opinar sobre el comentario publicado el día 3 del corriente, de ‘una lectora’, discrepando sobre la declaración del reverendo padre Panigo respecto de la donación realizada por el gobierno para la remodelación del frente de la Basílica. Desde ya le pido perdón a la lectora si en algo pueda llegar a ofenderla; ésa no es precisamente mi intención, pero quiero manifestarle lo siguiente: ella aduce ser católica, pero me atrevo a decir que lo quiere ser a su manera, desconociendo los principios de la creencia que afirma, ya que es obligación de todo bautizado ser partícipe del mantenimiento del culto tal como está explícito en la propia Biblia. Si el practicante no lo cumple estaría bien que el Estado lo haga. Además me gustaría que la ‘lectora’ envíe también sus quejas por razones más que perjudiciales para toda la sociedad, sobre todo para la clase pasiva, ya que se destinan los fondos de ellos para Fútbol para Todos o para subsidios a clubes cualquiera sea su lugar de origen. Si bien el deporte es una actividad muy saludable y cuando es amateur, cuando de por medio hay un comercio deja de ser positivo para ser parte de una especie de mafia legalizada, lucrando con los dineros de nuestros impuestos. Todo eso comenzando por la reina madre, que utiliza dichos fondos para publicitar su imaginario mundo de realidades, que sólo pueden estar en su mente y de sus súbditos aplaudidores, mantenidos también con sus aportes y los de todos. Gracias a El Litoral por permitirme expresar”.

Un cuento del tío frustrado

PRISCILLA FEREZ

“Les escribo para alertar a los lectores de un hecho que ocurrió el 30/6, en las inmediaciones del parque Garay. Siendo las 16, cuatro mujeres en dos motos sin patentes, acompañadas de una nena de aproximadamente 5 años, abordaron con intenciones de realizarle el famoso ‘cuento del tío’ a un vecino que se encontraba limpiando su auto en la vereda de su domicilio. Las mismas estacionaron, descendieron, dos de ellas saludaron al hombre muy animadamente, manifestando ser conocidas del mismo. A la vez, constantemente, le preguntaban si las recordaba, y el resto comenzó a registrar disimuladamente el auto de él. El hombre, desconcertado, decidió alertar a sus familiares que estaban en la casa, quienes inmediatamente salieron a la puerta. Al verse sorprendidas por ellos, las mujeres dijeron que en realidad estaban allí porque buscaban una determinada peluquería (por lo que resulta extraño que hayan estacionado las motos y bajado de ellas). Antes de que se les informara cuál era la peluquería más cercana, dos de ellas se retiraron a alta velocidad, mientras que las otras dos más la menor permanecieron con actitud amenazante y comenzaron a insultar sin sentido, ya que claramente fue frustrado su intento de robo”.