al margen de la crónica

Por los emigrantes

Miles de personas acudieron hoy al Santuario de Fátima en Portugal en el último día de la peregrinación de los emigrantes, unas ceremonias de oración que evocan el sacrificio de aquellos que salen de su país por falta de medios.

Los actos representan la tercera mayor peregrinación internacional al santuario portugués después de las realizadas los días 13 de mayo y 13 de octubre, cuando se conmemoran las supuestas apariciones de la virgen.

Las ceremonias que empezaron el martes terminaron con una misa en el templo, la bendición a los enfermos y la procesión del adiós, que da por concluida la conocida como “Semana Nacional de las Migraciones” en Portugal.

El obispo de la Diócesis de Oporto, Antonio Francisco dos Santos, presidió durante la pasada noche una homilía en la que defendió que el futuro de la Humanidad no puede conformarse en contra del emigrante.

El religioso instó a los peregrinos a apoyar y acoger “a quien viaja o está lejos de casa”, y recordó a los miles de portugueses que han salido del país por causa de la crisis.

El director de la Obra Católica Portuguesa de Migraciones, Francisco Sales Diniz, señaló que el país vive una “sangría de la población” por causa de la emigración.

Esas personan atraviesan “grandes dificultades” y situaciones “dramáticas” fuera del país, por lo que este año la peregrinación se dedica a los portugueses, explicó en rueda de prensa.

En estas conmemoraciones, los asistentes ofrecen trigo y harina al templo como parte de una tradición iniciada el 13 de agosto de 1940 por un grupo de jóvenes de la Juventud Agraria Católica de Portugal. Según el santuario mariano, en 2013 se recogieron 11.213 kilos de trigo y 404 kilos de harina que fueron utilizados para la elaboración de hostias en las misas.

El año pasado, unas 40.000 personas llegaron hasta el templo a pie, 250.000 estuvieron presentes en la eucaristía y 300.000 asistieron a las ceremonias del domingo, de mayor afluencia por ser día festivo.