Visita al corazón productivo de Estados Unidos

Una pared verde en el midwest

Estados Unidos tendrá una cosecha de maíz “de película”: la más importante de los últimos años. También grandes rindes en soja. Y los mercados anticipan precios pesimistas. Campolitoral recorrió campos y espió la tecnología que se viene, especialmente las plataformas con eventos apilados que incluyen varios modos de acción superadores del modelo instaurado por el glifosato.

Una pared verde en el midwest

Un muro. El “modelo” que está sopesando el maíz del medio oeste estadounidense mide 1,87. Así se ven todos los campos del cinturón maicero.

Foto: Campolitoral

 

Néstor Fenoglio

[email protected]

Indianapolis, (Enviado especial).

Todos hemos visto muchas películas: en algunas de ellas los malos persiguen a los buenos en maíces de dos metros, en esas granjas donde todavía sobreviven algunos viejos graneros de madera. Pero por estos días no hay nada de ficción. Todo el cinturón maicero (el corn belt, selecta zona flexible dentro del midwest -el medio oeste- estadounidense), todas los estados productores de granos, especialmente Indiana, Illinois e Iowa tienen literalmente “una pared verde” de maíz y se espera una cosecha récord sin disimulos.

Vienen de uno de los inviernos más crudos que se recuerden y luego tuvieron lluvias exactas y “de diseño”, como para perfilar lo que ya viene confirmando el USDA informe tras informe: habrá maíz en todas partes y con grandes rindes.

Por lo que en esta campaña, con condiciones climáticas ideales (que sólo podrían ser minimizadas un poco con tempranas heladas, no previstas hasta el momento) y con cultivos “con toda la música” (el farmer no ahorra costos: pone todo el paquete sin discutir y los resultados están a la vista), la consecuencia lógica será una inundación de granos amarillos que potenciarán la fórmula genérica de que a mayor éxito de la cosecha, menor precio en el mercado. Parece, en consecuencia, que el triunfo de los farmers pisará precios por un rato largo.

No es sólo maíz: todo anda en el medio oeste. También las sojas y por eso, aunque duela, habrá que despedirse de los precios altos: el final de gobierno de Cristina no tendrá una lluvia de dólares. Más bien al contrario.

Con un selecto grupo de periodistas, compartimos un viaje por Indiana e Illinois, invitados por Dow Agrosciences, una de las firmas (con sede en Indianápolis) que le da sustento a la región y que tiene un sólido negocio global, allí donde exista “agro”. Y allí pudimos ver y palpar los alcances de esta cosecha, así como los desarrollos tecnológicos que caracterizan los próximos años del negocio agrícola en el mundo, y que desde el año próximo (campaña 2015-2016 para nuestro país) incluirán nuevas plataformas superadoras del esquema simple y monódico (y también, hasta aquí, efectivo) impuestas por el glifosato.

Pero hablamos de la campaña norteña: condiciones climáticas casi ideales y paquetes tecnológicos aplicados prolijamente (el farmer pasó de invertir 40 dólares a 150 dólares en híbridos de nueva generación), acercarán los rindes a lo que prometen las grandes firmas del campo. En maíz anticipan varios sectores con rindes por encima de los 200 quintales por hectárea y un estimado global promedio de más de 10.000 kilos en las 34 millones de hectáreas implantadas. Ahí van por todo, en serio: todo el maíz, en toda la superficie, con todo el potencial expresándose.

En soja, se espera una cosecha cercana a los 120 millones de toneladas. Según Larry Stenberg, especialista en mercados, no habrá grandes precios para el poroto no sólo en la próxima campaña sino en los próximos cinco años. Y si bien su planteo es el escenario más pesimista (es la estimación de un piso) planta la soja en 360 dólares la tonelada y al maíz lo ubica en 140 dólares la tonelada.

En Chicago, charlando con Luis León, un broker independiente de la Bolsa más importante del mundo, especializado en soja, no fue tan terminante con la estimación...pero tampoco arriesgó nada por encima de 400 dólares para el poroto. Pensar que la soja se venderá en esa franja, encorsetada entre 360 y 400, son noticias “dolorosas” para nuestro país: para el gobierno que depende casi excluyentemente de lo que le aporta el ex yuyo; y para los muchos que arriendan (bastante más que la mitad de la superficie cultivada), porque con esos márgenes todos deberán redefinir números.

El negocio de la semilla

Dow Agrosciences tiene hoy dirigiendo en sus dos principales negocios, semillas y agroquímicos, a dos latinoamericanos: el argentino Rolando Meninato y el colombiano Ramiro de la Cruz, respectivamente. Meninato, correntino de origen, comanda el negocio global de semillas, el que tuvo además el más impactante crecimiento, a partir de una agresiva política que tanto incluye la compra de otras semilleras como la incorporación de científicos y especialistas de varias disciplinas (genetistas, ingenieros, químicos, entre otros). Casado, con cuatro hijos, instalado hace tiempo en Indianápolis (a diez minutos de la sede de Dow) y coronando una brillante carrera que arrancó hace tiempo en la empresa, Meninato comanda un calificado grupo en el que trabajan otros argentinos.

“Cuando entré en Dow, la parte de agro todavía era un departamento de Dow Chemical, la empresa madre, ubicada en Michigan. Hace 25 años exactamente se hace una sociedad con Elanco y se crea Dow-Elanco y después de unos quince años Dow compra la parte a ese socio y queda como Dow Agrosciences. Dow hace setenta años que hace productos químicos pero Dow Agrosciences es relativamente reciente, aunque de mucho crecimiento.

respecto de la participación de extranjeros en el máximo nivel de conducción de la empresa, Meninato sostiene que ha habido una evolución en Dow a nivel de gerencias. “Si preguntabas hace quince años, la mayoría era estadounidense. Pero eso comenzó a cambiar con un ceo franco-argentino, luego un español. Y si bien ahora es estadounidense, los vicepresidentes como en mi caso son de otras nacionalidades. En el caso de Latinoamérica, Dow tiene presencia hace muchos años en el territorio y ello ha permitido que muchos cuadros puedan desarrollarse y crecer y que sean aceptados”.

Dow Agrosciences tiene además creciente participación de todo el negocio global de Dow. “Movemos la aguja cada vez más, no sólo porque vendemos más, sino porque además Dow nos respalda con inversiones. Una parte significativa del presupuesto de Dow en investigación y desarrollo recae en la parte de agro. Hay una intención real de la casa matriz de crecer en esta dirección y por eso hoy tenemos el potencial de llegar a nuevas tecnologías y de alcanzar nuevos mercados. Todavía tenemos importantes posibilidades de crecimiento”. En ese contexto, claramente América Latina tiene mucha participación en esta época, es un mercado muy grande e importante. Todo el cono sur es un mercado tremendamente gravitante para el mundo pero más aún para quienes estamos dedicados a maíz y soja. Argentina y Brasil exportan el setenta por ciento de soja del mundo”.

D-CAMPO8-9DSCN5536.jpg

El correntino Rolando Meninato, líder global del negocio de semillas de Dow. Foto: Campolitoral

Los desafíos que vienen

También Meninato se refirió a la complejidad y dinamismo del negocio de las semillas, un sector dentro de Agrosciences que tuvo el mayor porcentaje del crecimiento. “Siempre es una carrera contra reloj tanto para desarrollar eventos que nos aportarán negocios a futuro, como para vender semillas campaña tras campaña. Estamos ya produciendo la semilla que venderemos el año próximo y ello tiene que estar en tiempo y forma. Ahora estamos sembrando lo que queremos vender el año que viene. Al mismo tiempo hay que prever o entrever los híbridos que el agricultor quiere, en el volumen que quiere y todo eso además con los riesgos propios de una actividad a cielo abierto. Tratamos de minimizar todo lo que se puede, por ejemplo con riego. Pero si te toca una piedra...”

El líder argentino cree que la semilla es un desafío en ese sentido superior al agroquímico, que se produce en una planta. “Si necesito veinte toneladas de agroquímico, me mandan veinte toneladas. Su producción es más previsible y homogénea, mientras que en semilla a lo mejor producís este año cien, el que viene ochenta y el otro ciento treinta. Hay que acomodarse a todo eso. Y ello requiere una gimnasia y conocimiento del mercado importantes. Tener buena gente en cada región es clave. El nuestro es un trabajo en equipo, realmente. Sin equipo no hacés nada. Mi rol es apoyar esos equipos.

Por último, el líder global del negocio de semillas de Dow, admitió sentir orgullo por el alto rol que hoy cumple en la compañía, a la que ingresó cuando tenía veintidós años. “Para mí, venir a Indianápolis representó una mezcla de sentimientos, pues debía dejar mi país, mi familia. Pero por otra parte, estar en este momento dentro de esta compañía con las posibilidades de avanzar y de hacer cosas, y ver que algunas de esas cosas se concretan, para mí es un orgullo enorme. Y es también una tarea de conjunto, porque si elegiste bien a tu gente eso genera un círculo virtuoso pues ellos te ayudan a vos. Hoy hay un grupo de argentinos trabajando aquí y son excelentes. Hoy estoy en un lugar en el que jamás creí poder estar cuando empecé. Y eso te hace sentir orgulloso, sí, claro”.

A-CAMPO8-9.jpg

Soja del norte. El campo experimental de Dow está al norte de Indianápolis, camino a Chicago. Aquí se testean los nuevos eventos. Foto: Campolitoral

Enlist, la apuesta fuerte de Dow

Enlist es la apuesta más fuerte de Dow Agrosciences, y en la que intervienen y confluyen todas las áreas de la empresa, desde la semilla hasta la protección integral del cultivo. No es un producto, no en el sentido tradicional en que lo entendemos, sino una plataforma completa y compleja que incluye semillas transgénicas con eventos apilados (una manipulación genética de altísima y sofisticada tecnología que permite maíces y sojas no sólo resistentes al glifosato), los agroquímicos superadores del glifosato (que hoy, después de casi veinte años de aplicación sistemática, muestra debilidades) e incluso cuestiones de manejo y buenas prácticas. Todo constituye un paquete completo, en plena etapa de pruebas y aprobaciones, que estará disponible probablemente a partir del año próximo y en nuestro país para la campaña 2016-2017.

En eso están las grandes empresas del campo: en buscar el producto o los productos que cubran “la larga siesta del glifosato”. Tanto en Estados Unidos como en América del Sur, se han venido consolidando malezas que ya son tolerantes al glifosato, cuyo principal problema hoy -opinan los especialistas- radica en que hay una creciente resistencia de malezas (un ejemplo “nuestro” es la conyza bonariensis, conocida como “rama negra”) y por lo mismo se requiere de una nueva herramienta de control.

Los desafíos pasan por encontrar la fórmula superadora. Y si bien hay pelea por destronar el reinado absoluto del glifosato, hay por ahora al menos dos empresas en condiciones de presentar nueva tecnología: la propia Monsanto con su Dicamba y Dow con Enlist. Es más: en Dow están convencidos de que Enlist será la primera opción real al glifosato.

Como los eventos tecnológicos no salen de la nada y requieren años de paciente investigación, experimentación, pruebas, aprobaciones hasta su comercialización, en Dow saben que el año próximo la competencia será “mano a mano” con Monsanto, que es la firma líder.

En un contexto de alta competencia (además de Monsanto, tallan Pioneer-Dupont, Syngenta, Bayer, Basf: jugadores sobran), Dow apostó fuerte a la investigación, que es el área de la empresa que tuvo más incorporaciones. Hoy dispone la empresa de un plantel global (donde abundan jóvenes investigadores indios y chinos) que viene trabajando consistentemente en armar la larga rueda de un evento. El Enlist, por ejemplo, comienza a entreverse en 2000, cuando aún era difícil pensar en otra cosa que no fuera glifosato.

Pero el glifosato tiene un solo modo de acción (hay cinco conocidos y las nuevas formulaciones tratan de “apilarlos”) y ello a la larga pronuncia debilidades. Enlist incluye el herbicida glifosato más glufosinato y un remozado 2,4D, un agroquímico con más de sesenta años de vida y generalizada utilización. Es decir que contra el “mono” glifosato, Enlist se plantea como un evento con 3 genes apilados para los herbicidas glifosato, glufosinato y 2,4 D. Y se prevé lanzar luego ese mismo Enlist con un apilado de dos 2 genes Bt, que esperan en Dow, será por mucho tiempo una solución única en el mercado.

Parte del éxito de Enlist depende de minimizar (con una fórmula mejorada) los efectos no deseables del 2,4D y por ello formularon Colex-D que reduce sensiblemente los niveles de volatilidad a casi cero, minimiza el potencial de deriva física de la gota, mejora la compatibilidad en mezcla de tanque y, por último, hasta se minimizaron los olores característicos de los fenoles del producto tradicional.

La otra pata del Enlist, de manejo, tiene que ver con un programa de buenas prácticas que incluye recomendaciones y manejo de recursos, educación y capacitación y avances tecnológicos.


C-CAMPO8-9DSCN5523.jpg

Las instalaciones de Dow Agrosciences, en las afueras de Indianápolis. Foto: Campolitoral