La argentinidad, al palo

Cuando el Estado plantea imponer una ley de abastecimiento, una ley antiterrorista y manejar el comercio de granos, algunos políticos adoptan una estrategia granítica. Total, Dios es argentino. ¿O no?

Federico Aguer

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“La calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del mundo...”. La cruel autocrítica de la Bersuit suena como telón de fondo a las recientes declaraciones del ex ministro de Agricultura devenido en candidato presidencial -y ahora presente en todas las muestras posibles del campo- Julián Domínguez.

El actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación dijo que hay que “argentinizar el comercio de granos”, al participar del acto central de la 40ta. Exposición Rural de Córdoba.

Por suerte, Domínguez admitió que se tienen “deudas pendientes” con el sector agropecuario, citando a continuación que “gran parte del comercio de granos” está en manos de unas pocas “empresas multinacionales”. De allí la idea de “argentinizar” su comercio.

Sostuvo que en lugar de que la Argentina sea el granero del mundo a lo que debe aspirar es a convertirse en “la góndola” del mundo: “una de las más importantes batallas que tiene dar la Argentina”. También abogó por “generar las condiciones necesarias” para que en el país se pueda “producir y exportar” más trigo y maíz.

Domínguez no sólo que habla como si se hubiera bajado de un OVNI. Lo hace -y esto es tal vez lo más preocupante- insistiendo con la quimera de “vivir con lo nuestro” como excusa para que el Estado termine de quedarse con lo que falta, y en un mundo donde los países que más se desarrollan son los que más exportan.

Finalmente, cerró la alocución diciendo que “siempre el diálogo es el camino que permite el razonablemente entendimiento”. En toda su gestión (2009-2011), el dialoguista Domínguez nunca recibió a la Mesa de Enlace, ni se hizo eco del reclamo de los productores.

“El dulce de leche, el gran colectivo, alpargatas, soda y alfajores...las huellas digitales, los dibujos animados, las jeringas descartables, la birome...la transfusión sanguínea, el seis a cero a Perú, y muchas otras cosas más...” Tal vez el pelado Cordera se quedó corto. Le faltó agregar a la clase política argentina, aunque ese tema da para varias canciones más.