La web y los peligros para los chicos

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¿Conviene ponerles ejemplos concretos a las niñas, niños y adolescentes para poder advertirlos sobre los peligros a los que están expuestos cuando utilizan la web? En esta nota se dan algunos consejos para los padres.

 

FUENTE. CIBERMAMÁ. ASESORÓ. OSVALDO CARNIVAL, CONSEJERO FAMILIAR Y CONFERENCISTA.

Los medios de comunicación brindan muy a menudo lamentablemente-, ejemplos más que ilustrativos de usos inadecuados de la tecnología que ponen en peligro a chicos y adolescentes. ¿Cómo retomar estos casos puntuales con los hijos?

Puede ser que los chicos se enteren de una noticia porque la vieron en la televisión o en la web o porque se la contaron en la escuela y la comenten en casa, pero también es posible que, aún si no saben nada de ella, los padres saquen el tema, porque lo importante es utilizar estas circunstancias como disparadores para poner en marcha uno de los recursos esenciales de la familia: el diálogo.

No aprovechar esta oportunidad pensando en “protegerlos” de las malas noticias es, sin duda, poco aconsejable porque no van a sacar ninguna enseñanza y van a enfrentarse a un mundo donde esas cosas pasan sin el apoyo de una buena conversación con sus padres. Por supuesto, la charla siempre tiene que adecuarse a la edad de los niños y evitar detalles truculentos, si los hubiera.

Lo que se entiende por “padre presente” o “padre ausente” se va transformando en la medida que va cambiando la sociedad, y hoy para ser un padre presente también hay que intervenir en las cuestiones del mundo virtual, para poder cuidar a los hijos también en ese ámbito. Así, los padres de hoy enfrentan el desafío de entrar a un mundo que no les resulta natural porque, a diferencia de sus hijos, no nacieron rodeados de pantallas táctiles.

LOS RIESGOS

Para cuidar a los chicos en ese mundo, entonces, es muy recomendable usar con un sentido pedagógico las cosas que, lamentablemente, suceden en el día a día por el mal uso de la tecnología y que salen en los medios: encuentros reales con desconocidos a quienes se trataba en las redes y que terminan mal (que pueden costarle a un chico desde una mala experiencia hasta la vida misma), uso indebido por parte de otras personas de imágenes de un usuario que termina siendo violentado por los comentarios o la difusión de esa foto o video, etc..

Ejemplos hay muchos y la idea no es asustar a los chicos sino reflexionar con ellos a partir de los hechos de la vida real: estas situaciones traumáticas que se difunden en los medios llaman la atención de los chicos y permiten que se pongan más “permeables” a escuchar y evaluar los peligros de la web, reconociendo que estas cosas “pueden pasar”.

Además, hablar sobre estas situaciones abre la posibilidad de que los chicos pregunten y esto es muy importante porque es muy difícil educar si no surgen preguntas que los padres puedan responder y crear, así, un verdadero diálogo en lugar de un monólogo en el que sólo sean los padres los que se expresen: es imposible sentar a un chico en un sillón y predicar y que de eso resulte algo bueno.

Alertas a Yik Yak y Omegle

A los chicos les divierte la emoción y el riesgo que supone el anonimato, pero como padres debemos saber que el riesgo es mucho mayor que la diversión y hacerles entender que deben borrarlas.

Las aplicaciones anónimas como Yik Yak y Omegle permiten a los chicos participar en conversaciones secretas y peligrosas en línea. Ambas aplicaciones son caldo de cultivo para el acoso, el racismo, el comportamiento depredador, el bullying y toda clase de agresiones.

Yik Yak: más allá de la advertencia que aparece en la aplicación y que señala que contiene material restringido para menores de 17 años, los chicos siguen adelante aunque sean menores.

Esta aplicación permite a los usuarios activar su GPS y chatear de manera anónima con gente que esté cerca, a sólo unos pocos kilómetros de distancia. Y aunque al comienzo los mensajes son anónimos, los usuarios que lo desean pueden dar sus nombres reales (y esto sucede rápidamente cuando entran en confianza).

Además, por estar cerca (a veces en la misma escuela), rápidamente pueden descubrir la identidad de otro usuario y revelar información personal. Aunque parece bastante inofensiva, con el dibujo de un simpático búfalo del Himalaya, esta aplicación es un desastre desde el punto de vista de la seguridad de la familia. Así que si encontramos al Sr. Yik Yak en el teléfono de un hijo hay que eliminarlo de inmediato.

Omegle: es un sitio web y una aplicación móvil que permite a los usuarios (de cualquier edad) simplemente conectarse de forma anónima y charlar con un extraño al azar. Los usuarios ni siquiera tienen que registrar una dirección de correo electrónico o nombre de usuario; alcanza con hacer click en un botón y empezar a chatear.

Cualquiera puede hacer la prueba y ver que, en pocos minutos, del otro lado la conversación toma un matiz sexual, con lo cual es claro que este sitio web (y aplicación) no es -y nunca será- apropiada para los niños.

Y Omegle puede volverse aún más riesgoso, ya que el video es también una opción. Cualquier usuario puede chatear con video con cualquier extraño en cualquier momento del día o de la noche, sin que la edad sea una barrera de protección alguna.

La verdad es que permitir que un niño use una aplicación anónima para conectarse con “amigos” sería como dejarlo de noche y solo en el medio de la ciudad de Nueva York. Ésa es la realidad en línea que los padres no pueden desconocer. Entonces, si descubre que su hijo ha instalado Omegle, la única opción es hacer que lo borre.