Con un héroe desparejo

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Por Nilda Somer

“Las nieves del tiempo”, de Marcelo Birmajer. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2014.

Un escritor ya maduro, fracasado en la vida y en el oficio, recibe una inesperada oferta. Viajar a un paraje perdido del sur para reemplazar a un famoso escritor invitado que a último momento se ha excusado. Los honorarios son tentadores y le dicen que la conferencia que debe dar puede versar sobre cualquier cosa, incluso sobre su última novela (de la que nadie ha osado hablar, ni siquiera la propia editorial que la ha publicado). Acepta, pues, y llega al lejano poblado nevado. Es recibido como un rey, y tras la exitosa conferencia, le proponen suculentos contratos para quedarse. Hay sólo una condición que las autoridades le imponen, algo que tiene que ver con la lujuria, y ahí empiezan los problemas, ya que escritor es acosado -y a medias cae enamorado- de la única joven disponible en muchas leguas a la redonda.

Como buen porteño, el fracasado consumado devenido en un exitoso en ciernes supone que “todo sea cuestión de escenario: en Buenos Aires, ciudad infinita, soy un don nadie. En este paraje perdido de la mano de Dios, como el cuñado del jebe Abraracúrcix, soy el hombre más importante del pueblito”. Con un delicioso humor, que atañe sobre todo al personaje a medias ingenuo, a medias cobarde, a medias desprotegido a quien seguimos a lo largo de la novela (a excepción de una última parte, en la que el autor resbala en la nieve y termina sin mucho éxito en Brasil), Marcelo Birmajer vuelve al género policial tras Un crimen secundario. Una especial forma de ironía que ya cuenta con una rica tradición en la literatura argentina, y que de Güiraldes y Mateo Booz llega a Adolfo Bioy Casares.

A pesar de la resolución discutible a la que aludíamos antes, Las nieves del tiempo se destaca ampliamente en el panorama de la actual narrativa argentina, y se presenta como un buen entretenimiento.