Seguidilla preocupante
Seguidilla preocupante
Asaltaron otros dos supermercados
Se trata de El Túnel, de Santo Tomé y El Buen Gusto de barrio María Selva. Ya suman cinco los comercios del rubro víctimas de robo, en los últimos días.
El Buen Gusto, de Av. A. del Valle y J. P. López. Tres delincuentes asaltaron a las cajeras y a los clientes. Foto: Guillermo Di Salvatore
Danilo Chiapello
Ayer a media tarde, cerca de las 18, tres sujetos irrumpieron en la sucursal del supermercado El Buen Gusto, ubicada en Av. Aristóbulo del Valle y J. P. López.
Ni bien se produjo el arribo de estos individuos, los empleados más antiguos cayeron en la cuenta de que algo muy feo estaba por suceder. Y no se equivocaron.
De los recién llegados se supo que eran hombres de entre 25 a 30 años, los que tenían sus rostros semicubiertos con gorras.
Dos de estos hombres dieron algunos pasos entre las góndolas, como simulando buscar precios, mientras que el tercero se ubicó próximo a la puerta.
Segundos después, los rufianes sacaron a relucir armas de fuego y dieron a conocer el verdadero motivo de su presencia.
A punta de pistola y bajo amenazas, los malvivientes encañonaron a las cajeras y las despojaron de su recaudación.
Igual suerte corrieron algunos clientes que tuvieron la mala fortuna de encontrarse en el lugar al momento del atraco. A estos también les robaron dinero y sus teléfonos celulares.
Finalmente los cacos se retiraron velozmente en dirección hacia el oeste, donde se cree que los estaban esperando con algún vehículo.
Sobre llovido...
“Una vez que se fueron los delincuentes, llamamos al 911 para pedir auxilio. Eran las 18 cuando les pasamos los datos. ¿Pero saben a qué hora vino un patrullero?, a las 18.35. Se tomaron 35 minutos para acudir a la emergencia”, dijo Carlos Yossen, encargado del comercio.
En diálogo con este diario, el comerciante explicó su lógico enojo: “Les dije que cómo iban a demorar tanto. Que en ese tiempo los ladrones ya habían dado dos veces la vuelta a la ciudad”. La respuesta que dieron los uniformados, lejos estuvo de calmar los ánimos. “Es que estábamos cargando combustible”, se justificaron los policías.
Más adelante, Yossen señaló su preocupación debido a que “cada vez se está haciendo más complicado trabajar. Vivimos con los nervios al límite, pensando que en cualquier momento nos puede tocar. Está en juego la seguridad de los empleados, la nuestra y la de la propia gente”.
Por último el comerciante indicó que “creo que la solución pasa por el Estado. Por los encargados de darnos seguridad. Por los que hacen las leyes”, sentenció.
Al cierre
Otra que no la pasó nada bien fue la encargada del supermerado El Túnel, de Santo Tomé.
Cerca de las 21, la mujer estaba cerrando las puertas de esta sucursal ubicada en Avellaneda y Belgrano, cuando se vio sorprendida por dos sujetos que arribaron a bordo de una moto.
Bajo amenazas, la empleada fue encañonada y obligada a reabrir el local. Una vez en el interior del inmueble, los delincuentes se hicieron del dinero de las cajas, para luego darse a la fuga.
El Túnel, de Avellaneda y Belgrano, en Santo Tomé. Una empleada fue sorprendida por motochorros cuando cerraba el local. Foto: Agencia Santo Tomé
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