Un mito viviente

Un casi irreconocible Duvall (izq.), Lucas Black (centro) y Bill Murray (der.) durante una escena de la película “Get Low”.

El jueves se estrena “El juez”, que protagoniza el legendario Robert Duvall junto a Robert Downey Jr. Un repaso por una filmografía que pocos actores pueden acreditar, que incluye “El padrino” y “Apocalypse Now”.

TEXTOS. JUAN IGNACIO NOVAK ([email protected]). FOTOS. EFE/AFP.

Si hay un actor al que se puede invocar como ejemplo de versatilidad, ese es Robert Duvall: hizo de cowboy, músico, soldado, mafioso, policía, beisbolista, especialista en autos de carrera, predicador, astronauta, científico, asesino a sueldo y juez. Todo eso con tal precisión y dominio de sus personajes, que le valieron el aplauso de la crítica y el amplio reconocimiento del público. Y hoy a los 83 años, su nombre constituye un sinónimo de calidad interpretativa.

El próximo 9 de octubre llegará a los cines argentinos su última película “El juez”, donde comparte cartelera nada menos que con Robert Downey Jr., Vera Farmiga y Billy Bob Thornton. Se trata de un drama judicial donde un prestigioso abogado retorna a su pueblo tras la muerte de su madre y se entera entonces de que su padre (Duvall), que es el juez del pueblo y de quien está distanciado, es sospechoso de haber cometido un crimen, frente a lo cual decidirá investigar el caso.

Auténtica reunión de talentos, esta novedad cinematográfica sirve de excusa para repasar la filmografía, vasta y notable, de uno de los grandes de una generación que preñó actores magníficos. Va una lista muy escueta, en la que se acepta el riesgo de dejar a muchos afuera, pero que puede ser representativa de la anterior aseveración: Gene Hackman, Michael Caine (es británico, pero nació en 1933), Alan Arkin (1934), Warren Beatty y Jack Nicholson (ambos nacieron en 1937).

El debut cinematográfico de Duvall, que se produjo hace más de medio siglo, reviste hoy una condición mítica, debido a que se trata de una de esas películas, en este caso “Matar a un ruiseñor” concebidas para ser perdurables. No fueron muchas las ocasiones en que confluyeron tantos talentos en una sola obra: Robert Mulligan como director, Horton Foote como guionista, basado en la novela de Harper Lee -ganadora del premio Pullitzer- y Gregory Peck como actor protagónico.

JAURÍAS Y FUTUROS DISTÓPICOS

Luego en pocos años aparecen trabajos notables, que lo “plantaron” como un actor de carácter capaz de aceptar un duelo con verdaderos monstruos del star system de la época y emerger con completa soltura de este, a menudo difícil, reto. En “La jauría humana” (The Chase, 1966, Arthur Penn), realiza un impecable papel de reparto de un apocado empleado bancario lleno de frustraciones y un permanente estado de degradación moral y psicológica. Comparte cartel con un reparto que impresiona: Marlon Brando, Robert Redford, Angie Dickinson y una hermosa Jane Fonda.

Después, con menos repercusión pero no menos presencia de estrellas, intervino en “El detective” (1968), con Frank Sinatra en lo alto de la cartelera, en la popular “Bullit” (1968) que protagoniza Steve McQueen en el mejor momento de su carrera y en “Valor de ley” (1969), film de Henry Hathaway que le valió a un ya veterano John Wayne el único Oscar de su legendaria (y controvertida) trayectoria cinematográfica.

Y Duvall siguió “aprendiendo”: intervino en el elenco de la magnífica “M.A.S.H.” (1970) bajo las órdenes de Robert Altman con Donald Sutherland, Elliott Gould y Tom Skerritt (a quien todavía le faltaba una década para “Alien”); protagonizó la futurista “THX 1138” (1971), debut como director de cine de George Lucas y secundó a Burt Lancaster, Robert Ryan y Lee J. Cobb en el western “En nombre de la ley” (1971).

EL “CONSIGLIERI”

Pero fue en 1972 cuando un guionista y director treintañero lo convocó para integrar el reparto de una película que iba a estar inspirada en una conocida novela de Mario Puzo, iba a versar sobre la mafia sin pronunciar nunca esa palabra, en la cual Marlon Brando, tras muchas idas y vueltas, iba a encabezar un elenco plagado de jóvenes promesas (Al Pacino, James Caan, Diane Keaton) y que se iba a trocar instantáneamente en uno de los más grandes hitos de la historia del cine mundial: el nombre del cineasta era Francis Ford Coppola y el título de la película (hoy un clásico insustituible), “El Padrino” (1972).

En esta piedra angular de la renovación del cine norteamericano de los años ‘70, Duvall interpreta a Tom Hagen, el “hijastro” irlandés de don Vito Corleone, que llega a convertirse en el consiglieri del “padrino” que interpreta un manierista e inagotable Brando. La actuación de Duvall, que mereció una nominación al Oscar, es en verdad relevante: contenida, eficaz y con una ambigua mezcla de emotividad y frialdad (atención a la escena en que debe comunicar a don Corleone la muerte de uno de sus hijos y a aquella en la que amenaza sutilmente a un poderoso magnate de Hollywood) que lo ubicó, ahora sí de lleno y con mucha fuerza, en la historia grande del cine.

ROLES INOLVIDABLES

Tras la consagración de “El padrino”, Duvall fue convocado para muchísimos proyectos, algunos tan notables que todavía hoy mantienen completa vigencia o se consideran obras de culto. Así, intervino en “La conversación” (1974), escrita y dirigida por Francis Ford Coppola junto a Gene Hackman, John Cazale y un joven Harrison Ford; “Ha llegado el águila” (1976) de John Sturges, con Michael Caine y Donald Sutherland y “Network” (1976), de Sidney Lumet, con Faye Dunaway, William Holden y Peter Finch.

En 1979, de nuevo Coppola le dio la oportunidad de mostrar a pleno sus camaleónicas cualidades interpretativas, que Duvall aprovechó en todo su potencial. Así, en “Apocalypse Now” (1979), donde comparte cartel con un gran reparto integrado por Martin Sheen, Marlon Brando, Laurence Fishburne, Dennis Hopper, interpreta a uno de los grandes personajes del cine de los ‘70 y de todos los tiempos: el enloquecido e histriónico Teniente Coronel Bill Kilgore, que en medio del caótico escenario de la guerra de Vietnam, pronuncia su mítica frase: “I love the smell of napalm in the morning” (“Amo el olor del napalm en la mañana”).

Con este precedente, llegó el Oscar al Mejor Actor por su actuación en “Gracias y favores” (1982), de Bruce Beresford, en la cual encarna a Mac Sledge, un alcohólico en otro tiempo cantante famoso. Luego intervino en “El mejor” (1984) de Barry Levinson; “Días de trueno” (1990) de Tony Scott; “Un día de furia” de Joel Schumacher, “La letra escarlata” (1995) de Roland Joffé; “Una acción civil” (1998) de Steven Zaillian; “Impacto profundo” (1998) de Mimi Leder; “El sexto día” (2000) de Roger Spottiswoode, “60 segundos” de Dominic Sena y “John Q.” (2002) de Nick Cassavetes.

Luego llegó un brillante papel de curtido y leal cowboy en esa gran obra titulada “Pacto de justicia” (2003) dirigida por Kevin Costner, “Gracias por fumar” (2005) de Jason Reitman, “Zodíaco” (2007), “La carretera” (2009) y “Jack Reacher” (2012). Ahora, con 83 años, se encuentra en plena forma, con sus capacidad interpretativa al ciento por ciento. Uno de los grandes referentes de una generación que incorporó nueva savia al cine norteamericano.

Junto a James Caan, con quien compartió cartel en la legendaria película “El padrino”, rodada por Francis Ford Coppola en 1972.

DIRECTOR

Dentro de su extensa carrera, Robert Duvall rodó dos filmes en los cuales fue director, productor, guionista y actor protagónico. El primero fue en 1997, bajo el título “El apóstol”, que le valió una nominación al Oscar. Farrah Fawcett, Miranda Richardson y Billy Bob Thornton coprotagonizan esta historia de un predicador que, al descubrir que su esposa tiene un romance con un joven y está por dejarlo, comete un crimen pasional que lo llevará a refugiarse en un pueblo. El segundo es “Assassination Tango”, rodado en 2002 en Buenos Aires. Aquí el actor compone a un asesino a sueldo contratado para matar a un general argentino, que se ve subyugado por el sensual mundo del tango.

El actor y su esposa Luciana Pedraza en enero de 2011, durante la entrega de los Annual Critics Choice Movies Awards en Hollywood.