Perdió 2 a 0 con Argentinos y se fue Osella

Se le cayó la estantería

  • Delante de su público, el elenco rojinegro no tuvo respuestas futbolísticas ni anímicas como para aprovecharse del debilitado equipo de La Paternal. Ahora hay que encontrar urgentemente un técnico que levante el ánimo.
Se le cayó la estantería
 

A levantar la cabeza

Ellos son los protagonistas

Más allá de que se sabe que el “fusible” es el técnico, los que pisan el campo de juego son los jugadores, y son los que tienen la posibilidad, mediante sus desempeños, de ser héroes o villanos.

Foto: Pablo Aguirre

Alberto Sánchez

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El fútbol tiene estas cosas y aunque sabemos que es así, no nos podemos acostumbrar. Luego de la octava fecha, tras el 4-0 en contra ante San Martín de San Juan en el Brigadier López, Diego Osella dijo sin prejuicios que ese era un resultado “saca técnico”. Claro que lo declaró a una altura del campeonato en la que a nadie se le hubiera ocurrido abandonar el barco.

Y ratificando esta afirmación, luego de esa goleada vinieron siete cotejos sin perder, con tres victorias y cuatro empates. Colón estaba peleando la punta de la Zona “A” y venía de producir una de las mejores actuaciones desde que Osella se hizo cargo del plantel sabalero, la tarde del 2-0 sobre Aldosivi en el Centenario.

¿Qué pasó desde ese 24 de octubre hasta la fecha para que Colón vea la clasificación entre los primeros cinco como algo que se ha complicado notoriamente? ¿Qué pasó desde la 15ta jornada hasta la 18va (en la 17 quedó libre) para que los dirigentes de Colón hoy estén desesperados buscando un director técnico, ya que entre Diego Osella y la misma dirigencia resolvieron la “dimisión” del entrenador?

¿Habrá que buscar la razón sólo en las dos derrotas consecutivas? ¿Habrán sido finalmente el 1-2 en Misiones contra Guaraní Antonio Franco y el 0-2 de anoche en el Brigadier frente a Argentinos los resultados “saca técnico”?

Tanto el ahora ex entrenador sabalero como el presidente Eduardo Vega y el vicepresidente, Víctor Godano, voceros anoche de la CD, manifestaron que el acuerdo en la “abdicación” fue para “descomprimir la situación”. ¿Entre quiénes?

Si tanto el ex técnico rojinegro, que expresó: “Tengo una tristeza muy grande por dejar el club”; como el “Lalo”, que manifestó: “Nunca pensé vivir este momento y lo lamento”; y el “Bicho”, que señaló: “Se va un amigo”; lamentan tanto la “cesantía” en el cargo, ¿adónde se encontraba la presión como para tomar esta decisión por el bien de Colón?

Osella habló de la posibilidad de que el Brigadier sea “un hervidero” si el equipo vuelve de San Juan con otro revés, algo lógico desde todo punto de vista si el hincha pudo observar los últimos rendimientos; pero también mencionó (sin “mandarlo al frente”) que ya no encontraba respuestas positivas de parte del plantel que dirigió hasta ayer.

Si son razones valederas o no se sabrá a través de los partidos. A última hora de anoche Vega y Godano no tenían siquiera un nombre que pueda ser tenido en cuenta para tomar el cargo (se hablaba de Javier López para dirigir la práctica de hoy). Quizás al cierre de nuestra edición ya tengan todo arreglado con algún entrenador para dar vuelta la página, la historia, el destino o como quiera llamarlo.

Lo único cierto e inamovible es que de esta “situación” sólo se sale ganando. ¿Adónde?, en San Juan. ¿Cuándo?, el lunes a las 21.30. ¿Quiénes?, los realmente responsables, los que pisan el campo de juego. ¿Por qué?, porque aunque Osella ya no esté, el Centenario igual será un “hervidero” contra Ferro en la fecha siguiente. ¿Para qué?, para realmente “descomprimir la situación”; ¿Cómo?, a esta altura, es lo que menos importa.

La solución debe llegar lo antes posible. Hay que acomodar todo rápidamente porque en Colón se cayó la estantería y no hay mucho tiempo para los pequeños detalles. Lo fundamental es, como dijeron Osella, Vega y Godano, “descomprimir la situación”. Ellos creen que ya dieron el primer paso para lograrlo, habrá que esperar la llegada del posible “salvador” para dar el segundo; y aguardar hasta el lunes para saber si se consigue disminuir la presión. 

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Así atacó Colón

Ni por arriba...

En el área de Argentinos, Yamil Garnier salta “rodeado de “Bichos colorados” todo alrededor... Así se hace casi imposible inquietar al rival. Foto: Manuel Alberto Fabatía

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Y así también

Ni por abajo...

Cristian Pavón intenta filtrarse en la defensa de Argentinos, pero es imposible. Ledesma, Torrent, Vázquez e Iñiguez le cierran los caminos. Foto: Pablo Aguirre

síntesis

Colón 0

Argentinos 2

Colón: Jorge Broun; Luis Castillo, Franco Lazzaroni, Lucas Landa y Mariano Bíttolo; Gustavo Villarruel, Yamil Garnier, Gerónimo Poblete y Lihué Prichoda; Fernando Telechea y Cristian Pavón. Completaron el banco: Andrés Bailo, Germán Conti, Cristian Ballini y Facundo Callejo.

D.T.: Diego Osella.

Argentinos: Adrián Gabbarini; Cristian Álvarez, Miguel Torrent, Matías Caruzzo y Ezequiel Garré; Gaspar Iñíguez, Cristian Ledesma y Fabio Vázquez; Juan Ramírez; Reinaldo Lenis y Lautaro Rinaldi.

D.T.: Néstor Gorosito.

Goles: en el primer tiempo, a los 25 min., Ramírez (A); en el segundo tiempo, a los 11 min., Rinaldi (A).

Cambios: en el primer tiempo, a los 41 min., Martín Zapata por Ledesma (A); en el segundo tiempo, al comenzar, Juan Sabia por Torrent (A); David Ramírez por Garnier (C) y Raúl Becerra por Telechea (C); a los 14 min., Facundo Curuchet por Villarruel (C); y a los 36 min., Gonzalo Castillejos por Rinaldi (A).

Amonestado: Becerra.

Cancha: Colón.

Árbitro: Darío Herrera.

BAJO LA LUPA

Broun (4):

No tuvo demasiado trabajo ya que Argentinos no produjo tanto en ofensiva, pero le cabe algo de responsabilidad en el primer gol.

Castillo (4):

Esta vez no se equivocó tanto en la marca porque la visita optó por atacar por el otro sector, pero tampoco fue productivo pasando al ataque.

Lazzaroni (4):

No brindó la seguridad que todo zaguero central debe mostrar. Tuvo la mala suerte de rozarle la pelota y descolocar a Broun en el segundo tanto.

Landa (5):

Lo más rescatable del equipo, no porque haya jugado bien, sino porque fue el que menos se equivocó. El tesón de siempre para ir a buscar al área de enfrente.

Bíttolo (4):

Argentinos buscó atacar por su lado y casi siempre perdió con Lenis, Rinaldi o Vázquez; esta situación no le permitió aportar en ofensiva.

Villarruel (4):

Totalmente desdibujado con respecto a aquel jugador que sorprendió con sus goles. Las pocas veces que recibió la pelota, la perdió por individualista.

Garnier (4):

Entre Ledesma, Iñiguez y Ramírez lo volvieron loco. Se quedó en el vestuario al terminar el primer tiempo para darle el lugar a Becerra.

Poblete (4):

Le pasó lo mismo que a Garnier. Junto a Broun, fue otro de los que se equivocó en el primer gol al dejarse ganar por Rinaldi.

Prichoda (4):

Casi nada para rescatar del jugador por el que se espera algo distinto. Lo poco que generó fue cuando se juntó con Pavón, pero sin profundidad.

Pavón (4):

Comenzó conectándose con Prichoda y ganando un par de veces en velocidad por izquierda, pero de a poco se fue apagando y terminó siendo intranscendente.

Telechea (4):

Otro de los futbolistas rojinegros que brilló por su ausencia. Fue fácilmente absorbido por la marca de los centrales visitantes y por eso lo reemplazó Ramírez.

Ramírez (4):

Su ingreso desde el inicio del complemento en lugar de Telechea no hizo cambiar en nada el funcionamiento del equipo.

Becerra (4):

El delantero también jugó todo el segundo período y entre las pocas pelotas que tocó, una rebotó en el travesaño y picó a centímetros de la línea de gol.

Curuchet (4):

Suplantó a Villarruel y jugó como su reemplazado; sobre el final se encontró de frente al arco y su remate de zurda se fue muy lejos del travesaño.

 

análisis

Escupieron el asado

Darío Pignata

Estos “quijotescos” dirigentes de Colón que decidieron tomar el club en el peor momento de la historia pensaron en la típica receta argentina de arreglar todo con un asado. Salieron ilusionados, el viernes, cuando lograron juntar a jugadores y cuerpo técnico para limar asperezas al calor de las brazas en el Hotel de Campo.

Sería fácil decir ahora que se veía venir la renuncia de Osella. Nada que ver. Porque —además— el de anoche, a diferencia del 0-4 con San Juan, no fue un resultado “saca técnico”.

Lo que sí estaba claro, sin ser Dinamarca, es que algo olía mal o podrido en Colón (vaya uno a saber cuál es la real traducción de la frase de “Hamlet” de William Shakespeare). No es habitual que en un grupo llegue un jugador y sea titular en un grupo armado con tres prácticas como pasó con Prichoda. Porque, además, es Prichoda y no Ronaldo. No es habitual que un jugador, como el “Mago” Ramírez, pase de estar lesionado a jugar un tiempo completo. Y tampoco es habitual que un entrenador trate a sus jugadores de “salames”, deje picando la idea de que “no querían jugar” y acuse a un jugador del plantel —Lucas Alario— de “hacerse expulsar”.

“Del ridículo no se vuelve”, dice siempre un amigo sabalero. A veces, por más que el fútbol actual tiene muchos paisajes de cabaret, hay lugares de los que no se vuelve. Y Colón, después de Posadas, ya no tuvo retorno de ese quiebre.

De todos modos, es como el empacho, cuando uno le echa la culpa a lo último que comió. Lo de Posadas fue el detonante de algo que hoy el “Huevo” Toresani reconoció por FM Sol 91.5 a la mañana: “La relación entre Diego y el plantel no daba para más”.

En lo futbolístico, aun con números de su ciclo que brillan en este año al frente de Colón, Osella no se dio cuenta de que la idea de correr, presionar, defender bien y tirarle pelotazos a un punta podía ser una receta exitosa para ese Colón “liberado” al que tomó casi descendido en Primera. Pero en la “B” debió armar un equipo con más juego, porque estaba claro que pocos lo iban a salir a atacar para que pudiera matar de contra.

No comparto la idea de “descomprimir” que usó Osella. Todo lo contrario. Porque ahora, en los cuatro partidos que quedan y más allá del técnico que asuma por estas horas, una sola cosa está clara: de ahora en más toda la presión en Colón cae y se focaliza sobre los hombros de estos jugadores. ¿Podrán soportarla?.

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