editorial

  • En 2015 Santa Fe recibirá $ 349,61 por habitante; Entre Ríos, $ 874,93; y Santa Cruz, $ 7.517,42 por cada habitante.

Agravio de la Nación a Santa Fe

En 2015, los montos asignados a obras que ya estaban incorporadas al Presupuesto nacional en años anteriores, traspasan el concepto de discriminación para hacer blanco en la noción del agravio.

Es preferible la dureza lisa y llana de la marginación por explícitas (aunque injustificadas) razones políticas, que el manoseo constante y repugnante de los compromisos incumplidos.

Santa Fe -la provincia, y muy en particular el departamento La Capital-, han sufrido desde la llegada de la familia Kirchner al poder un maltrato inexplicable. No se trata sólo de la pertinaz cuenta negativa en el intercambio de recursos entre la provincia y la Nación, sino de la vesanía con la que el gobierno de Cristina Kirchner ha tratado a nuestra provincia, conducida desde 2007 por fuerzas políticas de otros signos. Y eso que el Frente Progresista ha cohabitado con un bajo perfil opositor y contados gestos críticos de bajas calorías políticas. Pero ni así fueron “perdonados”.

Durante siete años -y algunos más si se suman las “penitencias” a las que fue sometido el desaparecido ex gobernador Jorge Obeid- Santa Fe recibió un trato institucionalmente humillante, lesivo en lo económico y violatorio de los derechos humanos de más de tres millones de habitantes en el plano sociopolítico.

Alambrada con regulaciones nacionales que obstaculizan la producción y la circulación de riqueza, la segunda provincia del país tiene maniatadas sus principales actividades económicas por falta de rentabilidad. y por si fuera poco, importantes obras de infraestructura, sobre todo en el centro-norte, han visto borrar con el codo lo que la mano del legislador había escrito en los últimos presupuestos nacionales.

Así, en el de 2015, aprobado días atrás, desaparece el puente Avellaneda (o Reconquista-Goya), mientras sigue en espera la no objeción para tomar el crédito internacional de bajo costo para financiar el acueducto cañero.

Por otra parte, el puente Santa Fe-Santo Tomé, prometido en 2007 por el ex presidente Néstor Kirchner como compensación de la inversión realizada por nuestra provincia para convertir en autovía la Ruta Nacional 19, sigue en la ya amarga espera. Peor aún, de los 500 millones de pesos estimados como aporte nacional, en 2015 se prevé el desembolso de un millón de pesos. Y el mismo monto está previsto para el futuro puente Paraná-Santa Fe, cuya estimación presupuestaria era de 1.100 millones de pesos. La frutilla del postre, en tanto, es la asignación de diez mil pesos prevista para el puente sobre el canal de derivación sur -estimado en 130 millones de pesos en el presupuesto plurianual-, estructura que unirá nuestra ciudad con los muelles de la extensión portuaria sobre la margen del río Paraná. Y eso que el subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación enfatizó varias veces el interés de la Nación por un proyecto que considera estratégico.

En este escenario, que condena a nuevos sufrimientos a la población santafesina, impresiona la anemia del conjunto de legisladores que representa al pueblo y el territorio de Santa Fe, y la conducta entre desinteresada y cobarde de los legisladores justicialistas ante las decisiones del Ejecutivo.

Podrán mencionarse a título de descargo los recientes aportes para el tren urbano, la UNL o la ejecución del ferrocarril Buenos Aires-Rosario, pero estos hechos puntuales no alcanzan a disimular la cuestión de fondo. Valga ilustrar el aserto con cifras puras y duras: mientras en el trienio 2013-2015 las partidas para obras y equipamientos tienen una evolución del 66 por ciento (solo en 2014 la inflación es de 40 por ciento); las asignaciones para Entre Ríos suben el 116 por ciento, y las de Santa Cruz, la provincia presidencial, trepan 204 por ciento. O si se prefiere, el próximo año Santa Fe recibirá $ 349,61 por habitante; Entre Ríos, $ 874,93; y Santa Cruz, $ 7.517,42 por cada habitante. Los números expresan por sí solos el tamaño del agravio.

El puente Santa Fe-Santo Tomé, prometido en 2007 por el ex presidente Néstor Kirchner sigue en la amarga espera.