Norte violento

Un crimen y el salvaje ataque a una anciana conmueven a Vera

Un joven fue muerto a golpes y cuchilladas. Lo atacó una patota que no paró hasta verlo sin vida. En otro hecho, una abuela fue golpeada, quemada y torturada.

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La abuela Justina, de 86 años, estaba en su casa cuando fue sorprendida y torturada por un prófugo de la Alcaidía de Vera. Foto: Agencia Reconquista

 

Gustavo Capeletti

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Agencia Reconquista

El joven Joaquín Villasboas fue asesinado a estocadas de cuchillo y golpes de todo tipo en la noche del martes. Mientras estaba en un bar del peligroso barrio Santa Rosa de Lima, en el sureste verense, una patota lo atacó sorpresivamente sin que, a priori, obraren motivos.

Tras pelear entre ellos mismos, la furia asesina del grupo de irascibles se abatió contra el indefenso joven que en un primer momento intentó huir del local, pero fue alcanzado a los pocos metros y ultimado de manera atroz. Dejó de existir antes de que pudiera ser trasladado a un centro de salud, como consecuencia de mandobles propinados con garrotes en la zona de la cabeza y 11 cuchilladas recibidas en zonas vitales. “Tenía la nariz rebanada, estaba lleno de sangre”, describió un testigo ocular, horrorizado.

La policía de la ciudad informó que alrededor de las 19.55 del martes, la operadora de turno recibió un llamado telefónico con el que vecinos de las calles Mitre y J.V. Giménez avisaron que se había originado un incidente entre varios jóvenes (hombres y mujeres) que se agredían mutuamente con diferentes elementos contundentes.

Las patrullas acudieron al lugar y una vez allí los agentes del orden, al observar al malherido joven con lesiones de consideración, lo llevaron al hospital local donde ingresó ya sin vida.

Cuatro detenidos

Personal policial de criminalística junto al fiscal de turno trabajaron en el lugar del hecho realizando las pericias correspondientes, y más tarde, como resultado de diferentes allanamientos ordenados por órgano judicial, “se procedió al secuestro preventivo de elementos relacionados a la causa y a la aprehensión de varias personas”. Se trata de dos jóvenes mayores de edad y dos menores, entre ellos una mujer, de similar edad, que quedaron acusados del crimen en grado principal. La joven pasaba sus días con libertad restringida a la espera del juicio por estar imputada del robo a una panadería céntrica.

Vecinos del barrio confiaron que “estuvieron toda la tarde tomando en la vereda. A la tarde se desconocieron, pelearon entre ellos”, y supuestamente “la piba con otros dos le abrieron la panza a tal Villasboas”.

El fiscal Gustavo Latorre dijo este mediodía que “además de los cuatro detenidos se buscan a otros dos de los cuales sabemos el nombre de uno y sobrenombre del otro. El hecho fue calificado como homicidio triplemente calificado por alevosía, por ser más de dos personas los atacantes y por la participación de menores”.

Crueldad extrema

El mismo día, pero en horas de la tarde, la abuela Justina de Aguilar, de 86 años, padeció un calvario difícil de describir. Mientras estaba en su casa fue sorprendida por extraños, que una vez dentro de la vivienda la sometieron a tormentos indecibles.

Los atacantes llegaron al extremo de crueldad, la quemaron, golpearon, le cortaron el pelo, le ataron las manos y la metieron debajo de una cama; y luego siguieron torturándola al punto que quedó postrada y debió ser hospitalizada de urgencia.

Al punto que fue derivada al nosocomio nodal de Reconquista para la realización de una tomografía con el fin de evaluar golpes internos. Con todo el dolor a cuestas, vendada y magullada, Justina igual tomó fuerzas para decir a los suyos que fueron dos las personas que le dieron el trato brutal.

A las pocas horas de lo ocurrido, la principal hipótesis que seguían los investigadores apuntaba como sospechoso a un interno de la Alcaidía de la Unidad Regional XIX, evadido esa misma tarde.

Prófugo

Sobre la fuga, la departamental verense dio cuenta en un parte de prensa especial que en horas de la tarde “agentes policiales de la sección Comando Radioeléctrico junto a personal de la Policía de Investigaciones (PDI) y de la Comisaría Primera, realizaron diferentes operativos y patrullajes a los fines de dar con un joven de 18 años que momentos antes, por causas que se investigan, había fugado de la alcaldía local”.

El evadido, Maximiliano Núñez, horas más tarde fue recapturado en la zona sur de la cuadrícula urbana de Vera.

Familiares de la anciana tienen previsto una marcha por las calles de la ciudad con destino final en la sede del Ministerio.

También en este caso actúa el representante del Ministerio Público de la Acusación. “Es increíble lo que le hicieron a esta anciana; esta tarde vamos a intentar hablar con ella si es que está mejor, en la casa se encontró ropa que podría ser del preso evadido, que al parecer se bañó después de torturarla y se cambió de ropa, dejando la de él y poniéndose la de un nieto de la abuela”.