Habló el presidente Obama

El asesinato de dos policías en Nueva York sacude a los EE.UU.

La sociedad estadounidense se ha visto sacudida por el crimen de dos policías en Nueva York, a los que un hombre afroamericano disparó a la cabeza la noche del sábado antes de suicidarse, sin que todavía se hayan esclarecido los motivos del ataque.

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La violencia racial se desató en los Estados Unidos a partir de la muerte de un afroamericano en Ferguson, foco de hechos violentos.

Foto: Archivo El Litoral

 

dpa

El atacante, de 28 años, apareció repentinamente por el lado derecho del coche patrulla en el que se encontraban los agentes y sin previo aviso les disparó varias veces a través de la ventanilla, informó el jefe de policía William Bratton.

Los policías no tuvieron tiempo de sacar sus armas y murieron en el hospital a causa de las heridas. Uno de ellos, Wenjian Liu, era de origen asiático y el otro, Rafael Ramos, de origen latino.

Tras el ataque, el agresor huyó hacia una estación de metro cercana, donde poco después murió tras pegarse un tiro en la cabeza.

El atacante, Ismayyil Brinsley, había disparado y herido gravemente horas antes a una ex novia en la ciudad de Baltimore, ubicada a más de 320 kilómetros de distancia, dijo Bratton. La policía de Baltimore alertó a sus colegas de Nueva York de que el hombre podría estar dirigiéndose a Brooklyn, pero el aviso llegó demasiado tarde.

Brinsley publicó varios comentarios ‘antipoliciales‘ en la red social Instagram, apuntó el jefe de la policía, quien dijo que se estaba llevando a cabo una investigación para determinar el motivo.

Según “The New York Times”, en uno de esos comentarios Brinsley afirmaba que el ataque era un castigo por las muertes de Eric Garner y Michael Brown, dos afroamericanos que murieron en los últimos meses a manos de la policía. Bajo una fotografía de un arma de fuego, el post decía: “Ellos se llevan a uno de los nuestros... llevémonos a dos de los suyos”. El comentario ya no puede leerse puesto que el perfil desde el que fue escrito fue cerrado.

Condena de Obama

El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó hoy el asesinato a tiros de los dos policías.

“Dos hombres valientes no volverán esta noche a casa junto a sus seres queridos”, dijo Obama, según un comunicado de la Casa Blanca. “Los oficiales que sirven y protegen a nuestras comunidades ponen en riesgo su seguridad a diario” y por ello merecen respecto y gratitud, afirmó el presidente. “Pido a la gente que condene la violencia y las palabras que hieren”, agregó.

Previamente también el secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, había condenado en duros términos lo ocurrido. Se trata de un “acto de barbarie atroz, un ataque cobarde”, dijo Holder. “Fueron simplemente asesinados, por su uniforme, por la responsabilidad que asumieron para mantener esta ciudad segura”, añadió.

Para el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, los dos agentes fueron “fusilados, al estilo de una ejecución”.

En las últimas semanas varias ciudades de Estados Unidos fueron escenario de protestas contra la violencia policial, tras la polémica suscitada por las muertes en los últimos meses de varios afroamericanos desarmados a manos de las fuerzas de seguridad.

Las protestas se intensificaron este verano tras la muerte de Michael Brown por disparos de un agente blanco en Ferguson, estado de Missouri. La muerte del adolescente, que iba desarmado, provocó fuertes disturbios raciales en todo el país y reabrió el debate sobre la brutalidad policial. Un jurado decidió el mes pasado que el policía que lo mató no sería imputado, lo que desató una fuerte ola de protestas.

También generó indignación la decisión de otro jurado de no imputar al policía que mató a Eric Garner, al que ahogó mientras intentaba reducirlo.

La familia de Brown condenó hoy los asesinatos de los agentes de Nueva York. “Rechazamos cualquier tipo de violencia contra los policías”, afirmaron los abogados de la familia la noche del sábado. “No puede tolerarse. Debemos trabajar juntos para que en nuestras comunidades reine la paz”, añadieron.

La última vez que un policía murió tiroteado en Nueva York durante su servicio fue en 2011.