“El stand up no es ir y contar un chiste”

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Fernanda Milman

Esta contadora santafesina radicada en Buenos Aires decidió, hace un año, aprender stand up, disciplina relacionada con el género teatral que aborda temas contemporáneos y comunes a nuestra sociedad desde una mirada personal y cómica. Nunca pensó que iba a estar presentando su espectáculo (incluso en su ciudad natal) ni que se iba a divertir tanto con este género.

TEXTOS. MARIANA RIVERA.

FOTO. GENTILEZA PRODUCCIÓN.

 

CONTADORA DE PROFESIÓN. “Lo mío en el stand up es muy incipiente, muy amateur. Estoy dando misprimeros pasos. Yo soy contadora, tengo un posgrado en Dirección de Empresas, y vivo de eso. Hace 10 años me fui a Buenos Aires por una cuestión familiar/laboral y siempre trabajé allá de mi profesión. Tengo dos hijos: Tobi, de 5 años y medio, y Noah, de un año y medio. La maternidad es otro laburo tiempo completo. Mi familia y mis amigos no pueden creer que esté haciendo stand up. Siempre tenía una imagen de seriedad. Para mí también todo fue muy de casualidad, nunca me hubiera imaginado que me iba a enganchar, a presentarme en un escenario y que lo iba a disfrutar. Además, disfruto mucho escribiendo; me divierte armar el monólogo y presentarlo. Mientras me siga divirtiendo la idea es seguir haciéndolo. Cuando la presión sea mayor que el disfrute será el momento en que largue todo (risas). La verdad, ahora lo estoy disfrutando mucho”.

UNA HERRAMIENTA. “Me encontré con el stand up hace un año, cuando empecé un curso nivel inicial. En Buenos Aires hay mucha oferta de éstos y tuve mucha suerte con el que me tocó: ¡muy buenos profes y un muy lindo grupo! En realidad, lo hice como para tener una herramienta para desenvolverme, para hablar adelante de gente, no por el stand up en sí, y me enganché mucho con la actividad, la gente y el ambiente. Hay muchas escuelas de stand up en Buenos Aires y hay mucha gente que lo hace: algunas para desarrollarse en el espectáculo, mientras que otras lo hacen porque se lo recomendó su psicólogo por ejemplo, otros para divertirse. Hay de todo. Me pareció muy divertido y me enganché con la actividad sin querer, casi de casualidad. Después seguí estudiando y haciendo otros cursos. La idea es seguir desarrollándome, encontrando mi estilo, dónde uno se siente más cómodo”.

LAS COSAS, CON HUMOR. “Hay distintos estilos: el stand up no es ir y contar un chiste. En general, tenés que tratar de que algo te pase a vos con lo que estás diciendo y cuanto más se identifica la gente con lo que decís es más gracioso, hay más feedback con el público. Cuando a la gente le pasa lo que contaste se acuerda de vos que lo dijiste en un monólogo. Los textos los escribe cada uno, para que te pasen cosas con lo que escribís, y tratás de transmitirlo de una forma humorística. En realidad, el stand up consiste en encontrarle el humor a las cosas que, en principio, pueden no ser tan divertidas, pero que se pueden ver con un poco de humor, reirse con uno mismo y de las cosas cotidianas que pasan. El stand up es un trabajo de ida y vuelta; no es que lo escribís y ahí queda, lo tenés que ir probando, puliendo. A medida que lo vas presentando lo vas mejorando o descartando, según el caso. También podés presentarte en algún show, incluso armarlo, pero eso será seguramente más adelante. En los cursos de stand up ves de todo: la mitad de la gente viene del teatro, la otra mitad nunca jamás hizo nada. Las personas se acercan por distintos motivos: hacer algo diferente (dicen ‘Probé bricolage y ahora pruebo stand up’); otros para superar alguna cosa que les pasó y se plantean que si le encuentran la veta graciosa y lo cuentan les va a pasar; gente que es muy graciosa en el asado, en el escenario no se luce; o gente que quizás no es tan histriónica labura su monólogo, lo ensaya y va a un escenario y la rompe. Otros tienen una predisposición especial, vos los ves y te preguntás cómo les sale todo tan fácil. Me parece que es cuestión de encontrar tu estilo y disfrutarlo”.

SHOWS Y OPEN MIC. “Hice presentaciones en Buenos Aires y, por lo general, en los talleres se hacen muestras en distintos teatros y hay shows rotativos de comediantes en donde uno se puede presentar. Además, se organizan los denominados Open Mic, que son lugares donde te permiten presentar para probar el material que escribís. Ahí, probás con la gente este feedback y vas puliendo el material, lo vas trabajando. Por ejemplo, tuve la suerte de estar en el Paseo La Plaza, en estos shows rotativos, y la experiencia es buenísima”.

NADA IMPROVISADO. “Hay mucho de memoria en el stand up y algo de improvisación, pero sobre la base de algo armado. Hay que aclarar esto porque la gente se confunde stand up con los shows de improvisación. En la medida que podés interactuar con el público, cada presentación es un poco diferente, pero no vas y la armás en el momento. Tenés que saberlo y lo vas adaptando a la gente que hay o a alguna respuesta. En general, hablo un poco de ser mamá y hago una especie de caricatura de un grupo de amigas, además de tocar distintos temas que uno va cambiando y probando. Los monólogos se repiten bastante. No es que en cada presentación escribís algo nuevo porque hay que trabajarlo, pulirlo. En la medida que uno pueda ir teniendo más material también podés ir jugando con el público: si son chicos más jóvenes, decido hablar de un tema y no de otro. el hecho de tener más material te da más herramientas para elegir en el momento y, si no está funcionando, lo cambiás por otra cosa. Hay lugares donde tenés que hacer cinco minutos de monólogo u otros, 20; tenés los unipersonales que son de entre 50 minutos y una hora.Pero para hacer éste último tenés que tener una cantidad grande de material, probado, y que te dé margen de maniobra para poder llevarlo”.

así soy yo

EN UH LALá El sábado pasado, Fernanda Milman (mail: [email protected]) presentó su espectáculo de stand up y humor -junto a Solange Vetcher y Sharon Ibalo, como invitadas especiales- en Uh lalá Café Concert, La Rioja 2945. La comediante se presentó por primera vez en su ciudad natal. Milman ofreció sus monólogos en el Teatro Bambalinas, el Paseo La Plaza en el show “Un puente al humor”, en “Flor de Muestra” y en otros escenarios en bares y pubs en aquella ciudad.

SU PÚBLICO “Tengo 38 años y en Santa Fe vivía en San Jerónimo y Junín. Fui a la Escuela Bialik e hice mi carrera universitaria acá. Después de recibida me fui a Buenos Aires y ahí hice la especialización. Es la primera vez que me voy a presentar en Santa Fe. Acá me da cosa: en Buenos Aires tenés el anonimato que te da la cantidad de gente, van a verte algunos amigos pero -en general- es el público que convoca el lugar o que uno mismo convoca. Acá es diferente”. Sin embargo, luego comentó por mail: “Me fue muy bien en Santa Fe y la presentación salió ¡muy buena! Estaba totalmente lleno el lugar y tuve muy lindos comentarios”.

BUENA EXPERIENCIA “Es notable que alguien -con un curso de cuatro meses de stand up- se pueda subir a un escenario y vencer esa barrera. Pero, a partir de ahí, vos podés elegir seguir perfeccionándote, estudiando, probando el material que escribís, ir trabajándolo. Buenos Aires te da esta posibilidad de ir probando tus monólogos: hay una movida muy grande. A veces, en estos Open Mic te encontrás compartiendo micrófono con alguien que hace mucho tiempo está en el stand up, que es súper referente del género, que está probando un material al lado mucho. Esto es algo muy raro en otro lado. Este género es algo especial, además de divertido. La cuestión es no creértela cuando te va bien ni bajonearte si no te salió como esperabas, sino seguir trabajando, y disfrutarlo”.