¿Una zona liberada?

Otro robo en una casa de Sargento Cabral

Increíble faena cumplió un ladrón en una vivienda de Gorostiaga al 1500 donde robó objetos de valor. Tras cargar las cosas en el auto de la víctima, se hizo llevar hasta el barrio Chaqueño donde finalmente se dio a la fuga.

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El malviviente ingresó a la vivienda por una ventana-claraboya ubicada en la planta alta. Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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En nuestra edición del domingo dimos cuenta de un violento asalto que sufrió una familia que vive en la cuadra de Gorostiaga al 1500. Pero a menos de 48 horas de aquel suceso una nueva incursión delictiva se concretó en la misma cuadra.

Ayer, minutos antes de las 6, Daniel Cuayatti (58) se despertó para iniciar una nueva jornada de trabajo. Estaba preparando sus cosas cuando de repente se topó cara a cara con un desconocido, el que se había ganado al interior de su vivienda, en Gorostiaga al 1500.

El intruso, un sujeto de unos 24 años, portaba entre sus manos un objeto filoso y cubría su rostro con un cuello polar levantado hasta los ojos y una capucha.

No le costó nada al malviviente tomar el control de la situación. En dicha circunstancia se hizo de dos televisores LED, teléfonos celulares, cámaras digitales y algo de dinero. Sin embargo faltaba algo más.

Antes de irse, el rufián cargó los objetos en el auto particular de la víctima y luego, ya decidido a batir el récord de impunidad, obligó al dueño de casa a que lo traslade hasta el barrio Chaqueño donde finalmente se dio a la fuga.

Por una ventana

“Yo a las 6 de la mañana me levanto para ir a trabajar. Abro la puerta del dormitorio y me encuentro cara a cara con un muchacho que estaba dentro de mi casa. Una persona de unos 24 años que entró por una ventana-claraboya que tengo en la planta alta”, comenzó diciendo Cuayatti quien nos recibió en el living de su casa.

“En eso veo que el tipo tenía algo en su mano, como un destornillador. Traté de mantener la calma y le dije ‘llevate todo lo que quieras. Acá cosas de valor no hay, más que lo que tenés a la vista’. Entonces se apoderó de dos televisores LED, cámaras de fotos, relojes, celulares y algo de dinero.

Después me dijo que cargáramos todo en mi auto (un Suzuki Fun) y me pidió que lo lleve hasta el barrio Chaqueño. Fuimos hasta la estación YPF de Gral. Paz y Pje. Koch, entramos unas cuadras hacia el oeste y paramos en una esquina donde lo estaban esperando dos más, estos últimos menores de edad. Durante el viaje el se sentó detrás mío y mantuvo el control mediante amenazas”.

Cambio de vida

“Creo que dentro de todo la saqué barata”, agregó. “Es más, pienso que si no me despertaba el tipo agarraba lo que podía y se iba. Vino el jefe de policía y me pidió disculpas por lo que ocurrió acá y en lo de Barberis”.

Acerca de cómo sigue la vida después de semejante vivencia, Cuayatti expresó que “uno queda con miedo después de algo así. Ya estuve hablando con amigos para asegurar mejor todas las puertas y ventanas.

Es inevitable pero estas cosas te cambian la vida. Durante ese rato estuvimos a merced de un tipo que no sabés cómo puede reaccionar. Si le puede hacer algo a tu esposa, a tu hijo. Es para volverse loco”, sentenció.

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Gorostiga al 1500. En menos de 48 horas los amigos de lo ajeno concretaron dos robos en la misma cuadra.

El dato

El caso anterior

  • La noche del sábado Hugo Barberis (62) y su esposa regresaban de cenar con amigos cuando tres delincuentes los atacaron al ingresar el auto a su casa de Gorostiaga al 1500. Los esposos fueron golpeados y despojados de dinero y objetos de valor. Los malvivientes hasta amenazaron con cortarles los dedos para quitarles las alianzas de casamiento.