Una negociación complicada

El acercamiento a EE.UU divide a la disidencia cubana

  • Los distintos grupos opositores tienen diferentes visiones sobre el deshielo de la relaciones entre ambos países después de medio siglo de sordas hostilidades. Algunos apoyan la actitud de Washington y otros quieren la exclusividad en la lucha contra el castrismo
El acercamiento a EE.UU divide a la disidencia cubana

La secretaria del Departamento de Estado de EE.UU. para América Latina, Roberta Jacobson, conversa con el disidente cubano Guillermo Fariñas , durante un desayuno de trabajo con opositores. Jacobson expresó el compromiso de su país con los derechos humanos en la isla Foto: Agencia EFE

 

Isaac Risco

Agencia DPA

El histórico acercamiento entre los gobiernos de Washington y La Habana también sorprendió a la disidencia cubana, que se encuentra dividida respecto a la nueva postura de Estados Unidos.

La actual visita a la isla de la secretaria adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Roberta Jacobson, dejó patente esas diferencias.

La jefa negociadora norteamericana invitó a varios disidentes a un “desayuno de trabajo” para conocer las opiniones de los activistas respecto al histórico anuncio de diciembre de que Estados Unidos y Cuba retomarán sus relaciones diplomáticas tras más de 50 años.

“Fue una oportunidad de intercambiar puntos de vista de manera franca”, señaló una fuente del Departamento de Estado norteamericano.

Entre las convocadas estaba la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, que rechazó asistir al encuentro. “No hubo un equilibrio” en la seleción de invitados, explicó Soler, que cree que la delegación estadounidense no tuvo en cuanta a los opositores que se oponen al deshielo.

“Ese desbalance no puede ser”, lamentó la líder del grupo de ex esposas de presos políticos.

José Daniel Ferrer, líder del ilegal movimiento Unión Patriótica de Cuba, sí asistió en cambio a la cita. “Nos pareció muy positivo”, comentó Ferrer a la agencia DPA sobre el encuentro. Los estadounidenses les aseguraron que “mantienen su compromiso con la defensa de los derechos humanos en Cuba”, explicó.

Ferrer, un ex preso político del llamado Grupo de los 75 detenidos en la llamada “primavera negra” de 2003, explicó también en qué consisten los principales desencuentros en la disidencia.

“Hay quien opina que es un error, que no debían haberse dado estos pasos”, dijo sobre el acercamiento político de Cuba y Estados Unidos, en el marco del cual Washington también flexilibizó considerablemente el embargo que impone a la isla desde hace más de medio siglo.

“Otros creemos que son positivos dichos pasos”, agregó.

El divorcio entre los numerosos grupos de la disidencia quedó patente también después del desayuno de Jacobson con siete opositores.

Ferrer, el disidente Héctor Maseda y el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez convocaron a los medios para explicar sus posiciones y lo conversado en ese encuentro con la delegación norteamericana.

“El compromiso de los Estados Unidos con la democracia, los derechos humanos y la sociedad civil es serio, total y apreciable”, valoró Maceda.

Casi al mismo tiempo, una hora después, otro grupo de disidentes, entre ellos Soler, el activista Antonio Rodiles y el psicólogo opositor Guillermo Fariñas, presentaban una “hoja de ruta” con exigencias al gobierno de Raúl Castro. Todos mostraron dudas con la reconciliación diplomática.

“Estamos sumamente preocupados con la ingenuidad” del gobierno de Estados Unidos por hacer concesiones frente al castrismo, dijo el ex preso político Ángel Moya, esposo de Berta Soler.

“Por un lado salen presos y por otro entran”, protestó por su parte Rodiles. “Incluso durante la supuesta negociación (la que condujo al anuncio del restablecimiento de vínculos diplomáticos en diciembre) seguían entrando cubanos a la cárcel”, dijo el activista, que suele moderar “Estado de Sats”, un espacio de debates crítico con el castrismo.

El encuentro en la casa de Rodiles estuvo también marcado por diferencias respecto al papel que debe cumplir la oposición cubana en la isla en las nuevas circuntancias.

Entre los activistas, sin embargo, hay una coincidencia en sus “principales objetivos” frente al gobierno socialista cubano, cree Ferrer.

“Lo que parece que está faltando es sentarse” a aunar criterios, agregó. “Pienso que podemos lograrlo. En los próximos días puede haber algo”, dijo el opositor a DPA, confiando en que la disidencia logre definir pronto su posición.

“Nuestro único adversario político es el castrismo”, reconoció por su parte en la sede de “Estado de Sats” Fariñas, que se dio a conocer por reclamar con una veintena de huelgas de hambre la liberación de presos. “Si andamos dispersos, el gobierno es quien gana”, lo secundó el ex preso político Félix Navarro.

Raúl Castro y el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciaron el pasado 17 de diciembre un histórico vuelco en sus relaciones bilaterales. Después de pactar un intercambio de prisioneros, ambos países anunciaron que reanudarán en breve sus relaciones diplomáticas.

 

UN PROCESO COMPLEJO

  • Estados Unidos reiteró que el proceso de normalización de relaciones con Cuba será “muy complejo” y pidió que no se saquen conclusiones apresuradas tras la primera ronda de diálogos con la isla socialista.

“En diplomacia he aprendido, de los años que llevo implicada, que nunca es bueno sacar conclusiones de las primeras conversaciones”, dijo la jefa de la delegación estadounidense, Roberta Jacobson, un día después de que Washington y La Habana negociaran por primera vez de forma directa sobre la próxima reapertura de embajadas.

“El camino hacia la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos será muy complejo”, consideró. “Pero todo camino empieza con un primer paso, que es lo que hicimos”.

La secretaria adjunta del Departamento de Estado para América Latina abrió el jueves oficialmente en La Habana las negociaciones para retomar relaciones diplomáticas con Cuba, después del histórico anuncio hecho en diciembre por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro.

Aunque fueron descritos como “productivos” y “constructivos” por ambas partes, los diálogos en La Habana estuvieron marcados también por discrepancias en materia de derechos humanos.

En las conversaciones “nosotros también nos referimos a áreas con profundas diferencias” entre los dos países, dijo Jacobson, que apuntó a la falta de libertad de expresión o reunión en la isla.

“Tuvimos un intercambio en el que cada parte confirmó y afirmó las posiciones y las visiones y concepciones que tiene sobre el tema y el ejercicio de los derechos humanos”, confirmó por su parte la jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal.

Jacobson, la más alta representante del gobierno de Estados Unidos que visita La Habana en más de 30 años, también aseguró que su gobierno seguirá apoyando a la sociedad civil cubana, entre los que se suele contar a los activistas de la oposición.

“Seguimos altamente comprometidos a continuar el compromiso con el pueblo cubano”, aseguró hoy.

La diplomática norteamericana se reunió esta mañana también con un grupo de siete opositores políticos cubanos.

Jacobson mostró el apoyo de su gobierno a la disidencia y su compromiso “con el respeto de los derechos humanos en Cuba”, contó a la agencia DPA la activista opositora Miriam Leiva. Estuvo “muy abierta a escuchar lo que expresaba cada cual”, agregó.

Ambos países hablaron el jueves entre otras cosas sobre mecanismos técnicos para restablecer las relaciones diplomáticas rotas en 1961. Las conversaciones empezaron el miércoles con temas migratorios.

Las partes celebrarán al menos una nueva ronda de diálogos, dijo el jueves también Vidal. La fecha la deben acordar sin embargo aún en las próximas semanas