Por el atentado a Bonfatti

La Justicia ordenó que vuelva a la cárcel el policía imputado

La Cámara Penal revocó la prisión domiciliaria del suboficial Pablo Espíndola, acusado de “encubrimiento agravado por ánimo de lucro y por su condición de funcionario policial”.

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Cuatro encapuchados en dos motos atacaron la casa de Darragueira y Gallo (con 13 disparos), la noche del 11 de octubre de 2013.

Foto: Agencia

 

Corresponsalía Rosario

La Justicia ordenó que uno de los policías imputados en el ataque contra el gobernador Antonio Bonfatti vuelve a la cárcel, una decisión que estaba pendiente desde hace un tiempo en una causa que no ha tenido avances importantes.

La Cámara Penal revocó la prisión domiciliaria del suboficial Pablo Espíndola, acusado de “encubrimiento agravado por ánimo de lucro y por su condición de funcionario policial”. A la par, ese mismo tribunal confirmó que el otro acusado, Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval, permanezca con prisión domiciliaria.

“En el caso de Espíndola, la detención domiciliaria es insuficiente por el extremadamente laxo control, la desproporcionada garantía (en comparación con las de Sandoval); y los graves elementos que lo involucran. Es mucho más fuerte el convencimiento del tribunal de que sea condenado (durante el juicio)”, expresó el camarista Alfredo Ivaldi Artacho al dar a conocer su resolución dividida, tras el planteo de la fiscalía para que ambos vuelvan a prisión efectiva, ya que están en arresto domiciliario desde diciembre pasado por decisión de la jueza Alejandra Rodenas.

Pablo Espíndola se desempeñaba en la seccional Nº 10 en el momento del atentado, en octubre de 2013. Este suboficial tiene dos causas sobre sus espaldas: una por el encubrimiento agravado del arma que se utilizó para atacar la casa de Darragueira y Gallo (con 13 disparos), la noche del 11 de octubre de 2013; y otra por la portación de la misma.

“Un preso político”

“Se le encontró el arma a usted, y fue peritada con resultados positivos sobre su utilización en la casa del gobernador”, le reprochó el magistrado. Por los delitos que le achacan, la pena va de los 3 a los 6 años de prisión. Ivaldi Artacho consideró que la acusación es por “un hecho muy grave”.

En la audiencia, el propio Espíndola pidió la palabra y lanzó duras acusaciones. Incluso, hasta se definió como “un preso político” como su colega Hugo Tognoli, procesado por narcotráfico. “Trabajé durante siete años en la policía, sin problemas. Todo esto es un capricho. Soy un preso político, porque no le hice caso a mi jefe Ronald Cuñé (entonces comisario de la seccional 10ª con jurisdicción en la casa del gobernador). Yo trabajaba en la brigada de la seccional y tuve varios ofrecimientos para pasar a cobrar a los búnker y me negué. Además, tenía órdenes de Cuñé de que cuando cruce a Sandoval lo detenga esté o no cometiendo un delito. Me rehusé porque no entendía el porqué. Así sucedió esto: se me plantó un arma. Y todas las personas a las que yo detuve por el mismo delito por el que estoy hoy acá, están en libertad”, relató el imputado; quien además dijo haber sido golpeado por tres personas que ingresaron a su casa la noche del 1º de marzo pasado. “Mi suposición es que fue de parte de Cuñé”, dijo.