Funciona en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas

Un nuevo instituto investiga en informática y las TICs

Es el doceavo instituto de investigación del Conicet Santa Fe. Se creó en doble dependencia con la UNL. Trabajan 9 investigadores y 15 becarios doctorales.

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El sinc(i). Los investigadores Leandro Di Persia y Diego Milone, del nuevo Centro de Investigación en Señales e Inteligencia Computacional.

Foto: Gentileza Diego Milone

 

De la Redacción de El Litoral

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Conicet Santa Fe

El Instituto de Investigación en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional -sinc(i)- se creó por resolución conjunta del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en octubre del año pasado. El doceavo Instituto del Conicet Santa Fe -y número once de doble dependencia con la UNL- se conformó sobre la base del Grupo de Investigación en Señales e Inteligencia Computacional, que funciona desde 2004 en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich).

En ese centro, a cargo de Diego Milone, investigador independiente del Conicet, trabajan 9 investigadores de Conicet y 15 becarios doctorales dedicados a la generación de conocimientos y tecnologías en inteligencia artificial, procesamiento de señales e imágenes y control y análisis de sistemas complejos.

Las investigaciones que llevan adelante se proponen proveer soluciones para agricultura de precisión, bioinformática, equipamiento biomédico, sistemas autónomos e interfaces hombre-máquina, entre otros temas. También realizan transferencias al sector productivo y formación de recursos humanos de excelencia a nivel de grado y posgrado.

—¿Con qué otros institutos comparten la disciplina de trabajo?

—Hay pocos institutos en el país que tengan como materia de investigación la informática o las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Lo cierto es que todos usan las TICs, pero son pocos los que las investigan. Ése es un problema para la disciplina; necesitamos que la vean como científica y no cómo un apoyo técnico a otras disciplinas.

—¿Cuáles son los antecedentes de la creación de este instituto?

—Arrancamos alrededor del 2003. Éramos un becario doctoral, Leandro Di Persia, que fue mi compañero desde el inicio; cuatro alumnos de grado que hacían su proyecto final y yo. No era un grupo. Con el tiempo, estos alumnos se recibieron de informáticos, luego se doctoraron, y hace algunos años ingresaron a la carrera de investigador del Conicet. En esos años, se fueron sumando más investigadores formados, tales como Leonardo Rufiner y Leonardo Giovanini, entre otros.

—¿Qué significado tiene para el centro haberse convertido en un Instituto del Conicet?

—Es un reconocimiento a la calidad de las investigaciones, a la formación de recursos humanos, al crecimiento del grupo. Además, va a ser interesante poder participar más activamente en el Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet Santa Fe.

Objeto de investigación

—¿Cuáles son los ejes de investigación?

—Tenemos la investigación más disciplinar, más básica, y también están las aplicaciones. Lo disciplinar tiene que ver con procesamiento de señales, inteligencia computacional y sistemas complejos. La inteligencia computacional es una rama de la tradicional inteligencia artificial, pero en este caso la mayoría de las metodologías están bioinspiradas, es decir, inspiradas en cómo la naturaleza resuelve los problemas. Se trata de algoritmos que surgen de algún tipo de inspiración biológica, y que después se aplican a cualquier tipo de problema.

—¿Y en el caso del procesamiento de señales?

—Está más enraizado en las matemáticas, procesar una señal es analizarla o mostrarla desde una perspectiva desde la cual uno pueda ver lo que le interesa. Se trata de hacer que esa señal se convierta en información útil. Una señal puede ser una imagen, un electrocardiograma, una voz, pero la idea es verlas desde una perspectiva donde se ponga de manifiesto lo que queremos extraer de acuerdo con la aplicación. El estudio de los sistemas complejos se centra en el análisis y modelado de la interacción entre individuos en el contexto de grupos y sus efectos en el comportamiento global. Se trata de comprender la relación entre estos comportamientos a fin de desarrollar modelos y algoritmos para operar el sistema a partir de las partes que lo conforman.

—¿Y con respecto a las aplicaciones?

—Son varios los desarrollos, pero una aplicación que ya tiene muchos años en el grupo es la de ganadería de precisión. La idea original era a partir del sonido de las vacas, poder determinar qué pastura comió y cuánto. Colaboramos con gente del Inta y de Rosario -de la Facultad de Ciencias Agrarias-. Al principio, ellos le ponían el micrófono a la vaca y nos mandaban los DVD. Nosotros, a partir del sonido, hacíamos los algoritmos para poder predecir qué había comido y cuánto. Este proyecto tiene como objetivo optimizar los sistemas productivos de carne y de leche, porque si saben qué comió una vaca en pastoreo pueden detectar, por ejemplo, si está enferma o balancear su dieta para maximizar la producción. El año pasado ya salió la patente y se firmó una licencia para que puedan explotarlo comercialmente.

—¿Otros trabajos que puedan destacar?

—Hay varias aplicaciones de interés para el grupo: reconocimiento de emociones, detección de patologías en señales médicas, interfaces hombre-computadora, navegación de vehículos autónomos y bioinformática, entre otros.

En cifras

12

institutos

de investigación pertenecen al Conicet Santa Fe. Diez de ellos son de doble dependencia con la UNL: Cimec, Icivet Litoral, IAL, Ifis Litoral, Imal, Inali, Incape, Inlain, Intec, Isal y sinc(i). En tanto, un instituto, el Ingar, es de doble dependencia con la UTN.

La clave

sinc(i)

—¿Por qué sinc(i) en minúscula?

—Porque además de ser la “s” de señales y sistemas, “in” de inteligencia, “c” de computacional e “i” de investigación, es una función matemática, es el seno de x sobre x, y es uno de los pilares del procesamiento de señales. La función sinc se usa mucho, tiene un significado muy particular en el contexto de los temas que nosotros investigamos.

El dato

Diego Milone

 

El nuevo instituto está a cargo de Diego Milone, investigador independiente del Conicet. Se recibió de bioingeniero en la Universidad Nacional de Entre Ríos en 1998 y de doctor por la Universidad de Granada (España) en 2003. Es profesor titular ordinario de la UNL. En 2008, recibió el premio Estímulo Dan J. Beninson en Ingeniería Médica de la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales; en 2012 el premio Sadosky de Oro, y en 2014 el premio Houssay (área Ingenierías, Arquitectura, Informática).