editorial

  • El sistema de internas abiertas y la boleta única ratificaron su buen funcionamiento, arrojando resultados que merecen consideración en distintos niveles.

El balance de las Paso

Con el desarrollo de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias de ayer, los santafesinos dispusieron las condiciones para llevar a cabo la renovación de autoridades provinciales y locales en todo el territorio, instancia que será definida en las urnas el próximo 14 de junio, para materializarse el 11 de diciembre.

Por estas horas, predomina el análisis político en orden a la cantidad de sufragios obtenidos por cada fuerza y candidato participante, y queda de manifiesto que las primarias funcionan en distintos niveles.

En primer lugar, en la selección de candidatos. Con los resultados conocidos anoche, algunos de los postulantes -los que dirimían su posición con otro contendiente dentro del partido o coalición que integran- quedaron fuera de carrera, y no figurarán en las boletas de las generales. Así será, por ejemplo, con las fórmulas para la gobernación del Frente Progresista Cívico y Social y del Frente Renovador de la Esperanza; y lo propio ocurrirá con aspirantes al Ejecutivo municipal o comunal, y a cargos legislativos.

En tanto, la instancia sirvió también como decantación: las nóminas que no alcanzaron el piso de votos prefijado, equivalente al 1,5 % del padrón, no adquirieron el derecho a participar en las elecciones generales. Por ello es que para ese día solamente habrá cuatro candidatos a gobernador.

En segundo término, las Paso significan también un gran “test”, el mejor sondeo posible de la intención de voto de la población en un momento determinado. Por ello merece especial atención el caudal de sufragios obtenido en todos los casos, incluso en aquellas listas que no tenían competencia interna. En tal sentido, los resultados merecieron especial atención a nivel nacional, en la medida en que permitieron efectuar proyecciones sobre lo que podrían ser los primeros datos de la reconfiguración del mapa electoral.

Finalmente, las primarias otorgan una herramienta de análisis a los ciudadanos y a los partidos políticos, fundamental para delinear sus próximos pasos. En el primer caso, muchos votantes verán que sus primeras opciones ya no subsisten como tales, y reorientarán el sufragio hacia las alternativas existentes. También podrán delinear un voto “útil”, orientado ya no tanto a beneficiar a su favorito, como a impedir que un candidato indeseado -pero con mayores posibilidades- acceda al cargo. En lo que hace a la dirigencia política, la experiencia recogida servirá para evaluar los aciertos y errores de las estrategias de campaña, y a buscar la manera de potenciar los primeros y minimizar los segundos, en orden a incrementar el caudal propio, absorber los correspondientes al rival interno perdidoso y captar a otros nuevos, originalmente ajenos o indecisos.

El correcto funcionamiento de la boleta única -más allá de algunos inconvenientes de orden físico- se suma también a la evaluación positiva de la jornada de ayer, y da cuenta de cómo los santafesinos han incorporado y tienden a naturalizar el mecanismo, encauzando a través de él su selección. Como dato negativo, en todo caso, queda -más allá del peso de los votos en blanco en determinadas categorías- el alto porcentaje de ausentismo que, sumado a la persistencia de muchos indecisos hasta pocas horas antes del comicio, es un indicador importante del nivel de información e interés de la sociedad, y debería ser un factor a tomar en cuenta de cara al 14 de junio.

Las primarias otorgan una herramienta de análisis a los ciudadanos y a los partidos políticos, fundamental para delinear sus próximos pasos.