Preparados para la elección decisiva

Por Rogelio Alaniz

Si bien es verdad que recién el 14 de junio a la noche los santafesinos sabremos quién será el nuevo gobernador de la provincia de Santa Fe, nada impide elaborar algunas especulaciones acerca de los posibles comportamientos del electorado. En principio, Torres del Sel y Lifschitz arrancan desde una visible paridad de fuerzas y hay motivos para suponer que al final del trayecto las diferencias entre uno y otro serán mínimas, lo cual obligará a los protagonistas asegurar que el escrutinio sea limpio.

Lifschitz deberá asegurar, en primer lugar, los votos frentistas, ya que las recientes internas han dejado moretones y llagas en un radicalismo que no se resigna a ser el crónico segundón del socialismo. La otra clave del triunfo residirá en convencer a quienes votaron por Bonfatti para que ahora lo hagan por Lifschitz. La tarea no es sencilla, pero tampoco imposible. Es más, debería ser lo previsible. Los socialistas no son todos iguales, pero en lo fundamental se parecen. En este sentido, votar por Bonfatti debería ser votar por Lifschitz. Si esto ocurriera, la victoria del Frente Progresista estaría asegurada. En esa línea, habría que señalar con la prudencia del caso que -se admita o no- la disponibilidad de los recursos del Estado suelen ser un inestimable aliado de los oficialismos de turno. Lo que vale en general, vale también para el Frente Progresista, que además de controlar la provincia, controla las dos grandes ciudades: Santa Fe y Rosario.

Por su parte, Torres del Sel deberá seducir al electorado peronista y esa franja de votantes que desde su condición de independientes votaron en su momento por Reutemann. Esa alianza de peronistas e independientes resultó ser muy eficaz en su momento y no hay motivos para pensar que no lo siga siendo, siempre y cuando, claro está, lo logre, algo que está por verse.

El candidato peronista Omar Perotti ha dicho que ese veinte y tanto por ciento de votantes que obtuvo en estas PASO es un piso y no un techo. La frase es interesante, pero hay que confirmarla en el terreno de los hechos. Es verdad que Perotti no es Rossi. Su identidad con el kirchnerismo es más táctica que estratégica y todos sus esfuerzos se han orientado a tomar discreta distancia de los talibanes del oficialismo. ¿Podrá convencer a los votantes? Habrá que verlo. Por lo pronto, la presentación territorial del peronismo es muy fuerte y si logra ponerla en actividad, es decir, si logra garantizar que los peronistas voten por su candidato orgánico, sus posibilidades electorales crecerían. El límite de esta estrategia lo pueden poner los propios peronistas. Para ellos también vale el voto útil y ese voto útil para derrotar al socialismo puede ser Torres del Sel, quien sin ser peronista sostiene un perfil que no provoca el rechazo de los peronistas, sobre todo de ese peronismo que no quiere saber nada con la versión kirchnerista.

De más está decir que una competencia electoral es mucho más rica que los esquemas que podamos elaborar los analistas. Las decisiones de los votantes suelen ir más allá de los clásicos alineamientos ideológicos o pertenencias partidarias, aunque siempre es bueno advertir que las identidades políticas existen y las sociedades en sus trazos más gruesos votan desde alguna previsibilidad.

En nuestra ciudad, pareciera confirmarse el liderazgo de José Corral. Los resultados de la interna eran previsibles, pero si bien los pronósticos le resultan favorables, no debería perder de vista que en Santa Fe el peronismo, en cualquiera de sus variantes, es siempre un rival político de cuidado, con recursos diversos para hacer política y una inusual capacidad para mimetizarse. Faltan sesenta días para las elecciones, días que serán intensos y que pueden provocar cambios en los humores del electorado.

El clima político nacional puede que influya, pero dudo que lo haga más de lo que lo hizo hasta la fecha. Los santafesinos votarán en primer lugar atendiendo a la realidad provincial. Temas como la seguridad serán centrales en el debate público. Al respecto, sería deseable que, de una vez por todas, los tres principales candidatos polemicen personalmente, un saludable hábito democrático que en esta provincia parece estar ausente en nombre del mezquino concepto de que quien va ganando en las encuestas no discute con sus rivales.

Sería deseable que, de una vez por todas, los tres principales candidatos polemicen personalmente, hábito democrático ausente en la provincia.