Duro reto para el Partido Conservador

Gran expectativa en el Reino Unido ante una elección impredecible

  • Los comicios del 7 de mayo marcarán un punto de inflexión en el Reino Unido, pues no sólo amenazan, como ya ocurrió en 2010, la hegemonía de los dos grandes partidos, conservadores y laboristas, sino que pueden derivar en alianzas inéditas.
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Voto a voto. En la recta final, cada voto cuenta y David Cameron bien lo sabe. Durante los últimos días de su campaña, el primer ministro y líder del Partido Conservador participó en decenas de charlas y actos políticos de todo tipo. Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Agencias EFE/DPA

Las elecciones del 7 de mayo marcarán un punto de inflexión en el Reino Unido, pues no solo amenazan, como ya ocurrió en 2010, la hegemonía de los dos grandes partidos, conservadores y laboristas, sino que pueden arrojar alianzas inéditas, con los eurófobos del UKIP o los independentistas del SNP escocés.

Según los sondeos, el Partido Conservador del primer ministro, David Cameron, y el Partido Laborista de Ed Miliband van igualados con alrededor del 33 % del voto, a menudo con ligera ventaja para los segundos, que sin embargo tienen el líder menos popular.

Al mismo tiempo, el populista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage, mayoritario en el Parlamento Europeo pero con solo dos escaños en la Cámara de los Comunes, va en ascenso, con un 13 % del sufragio, frente al 7 % de los Verdes y un decepcionante 8 % para los liberaldemócratas, tercera fuerza del país y socios minoritarios en el Gobierno de coalición.

El Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon arrasa en Escocia, única región donde se presenta, con un 49 % del voto, lo que podría comportarle hasta 50 de 59 escaños que tiene la autonomía (de 650 en el Parlamento británico).

“Son unos comicios muy inusuales. Por el excepcional avance de los partidos pequeños, de antemano sabemos que ni conservadores ni laboristas sacarán mayoría absoluta, por lo que tendrán que formar coaliciones o gobernar en minoría con pactos”, declara Tony Travers, experto en elecciones de la London School of Economics (LSE).

Fuerzas alternativas

El sistema electoral británico, de tipo mayoritario uninominal -gana en cada circunscripción el candidato con más votos y a nivel nacional el partido con más escaños-, ha favorecido durante décadas el bipartidismo, en detrimento de las formaciones minoritarias, que apenas han estado representadas.

La pérdida de votos de conservadores y laboristas junto con el auge de las fuerzas alternativas hace prever que estas elecciones derivarán en un escenario sin precedentes.

Además del UKIP y los Verdes, aspira a ser clave el SNP -artífice del referéndum de independencia de Escocia del 18 de septiembre de 2014-, que se ha ofrecido a pactar con los laboristas a cambio de acabar con la austeridad.

“Si, como apuntan algunos sondeos, el SNP obtiene la mayoría de los escaños escoceses y los laboristas ganan a nivel nacional, estos, aunque no les guste, podrían tener que pactar con los independentistas para gobernar”, apunta Travers.

Miliband ha rechazado de entrada “cualquier pacto o coalición” con los escoceses, respondiendo así a la campaña de los conservadores, que han sembrado el temor sobre una posible secesión del Reino Unido.

Una alianza de los conservadores o los laboristas con el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg también es posible, siempre y cuando la tercera formación nacional (en escaños), muy castigada tras cinco años en el Gobierno de Cameron, conserve suficientes diputados.

“En el caso de los liberaldemócratas, lo interesante será ver cuál es su verdadera base electoral y qué porcentaje de los votos que habían recibido hasta ahora era de protesta”, señala el experto de la LSE.

El partido de Farage, que puede desbancar a los liberales en número de sufragios, es sin duda el que más espera beneficiarse del voto de protesta en estas elecciones.

Con su programa antieuropeo y antiinmigración, aspira a robar papeletas tanto a laboristas como a conservadores, aunque es difícil que obtenga suficientes escaños -se le adjudican un máximo de cinco- para ejercer de bisagra del gobierno.

Farage ha adelantado además que solo pactará con los conservadores si se comprometen a celebrar “cuanto antes”, y no en 2017, un referéndum de pertenencia a la Unión Europea (UE).

De ganar los conservadores sin mayoría, podrían también optar por aliarse con los unionistas de Irlanda del Norte, que verían aumentar así su influencia en el gobierno autónomo norirlandés.

Y también es posible que ninguna de estas inusuales alianzas funcione y ningún gobierno minoritario supere un voto de confianza en el Parlamento, lo que obligaría a celebrar otras elecciones este mismo año, algo que no ocurre desde el Gobierno del laborista Harold Wilson en 1974.

Los protagonistas

Los conservadores y los laboristas británicos llegan prácticamente empatados a las elecciones de este jueves. Posiblemente ninguno de los dos partidos tendrá la mayoría absoluta y todo hace pensar que habrá un gobierno en minoría. A continuación, los protagonistas de la que quizás sea la campaña electoral más emocionante de los últimos tiempos:

DAVID CAMERON (48 años, tories): ¿Una jugada hábil o una mala idea? Antes de los comicios, el primer ministro británico conservador aseguró que sólo se presentaría a una legislatura más. Para el líder tory, dos mandatos serían “maravillosos”, pero tres podrían ser demasiados. Cameron está al frente de los conservadores desde 2005 y llegó al número 10 de Downing Street en 2010. En estos cinco años de gobierno le ha costado trabajo encontrar el punto medio entre el ala dura de su partido, sus socios de coalición liberales y los intereses nacionales. Al igual que los príncipes Guillermo y Harry, Cameron asistió a clase en el colegio de élite Eton y después estudió en Oxford. Muchos lo consideran un arrogante de clase alta y esa opinión no cambió mucho ni siquiera después de que el premier revelase que es primo (muy) lejano de la “celebrity” estadounidense Kim Kardashian. Cameron está casado y tuvo cuatro hijos con su esposa, aunque el primogénito, Iván, que sufría una grave minusvalía, murió en 2009.

ED MILIBAND (45 años, laborista): No hace tanto tiempo que hasta el propio partido de Miliband le pedía que hiciese política de una vez por todas. El líder laborista, que cumple años en Nochebuena, fue durante mucho tiempo el candidato que nadie quiere. Los británicos no lo consideraban competente para ello, pues creían que era malo con la retórica y poco querido entre los votantes. Ahora la situación es diferente. Miliband, que durante mucho tiempo estuvo a la sombra política de su hermano David, consiguió ser respetado y tomado en serio. El que fuera ministro de Energía en el gobierno de Gordon Brown se convirtió además en una especie de ídolo para los adolescentes. Si bien pertenece al ala izquierda del partido, este político de raíces judías es el típico miembro de la “upper-class” británica y creció en el barrio noble de Primrose Hill. Está casado y tiene dos hijos.

NICK CLEGG (48, liberaldemócrata): como líder del Partido Liberaldemócrata, Clegg se convirtió en 2010 en la llave del Ejecutivo de Cameron, con quien formó la primera coalición de gobierno de Reino Unido en casi 70 años. A Clegg se le considera un político moderno y europeísta. Este antiguo eurodiputado habla cuatro idiomas, algo poco habitual entre los británicos: alemán, holandés, español y francés. Clegg tiene buena aceptación entre los jóvenes, aunque le cuesta mucho llegar a la clase trabajadora. Al igual de Cameron, fue a clase en escuelas de élite y después estudió en Cambridge. Clegg está casado con una española, Miriam González, y tras el nacimiento de su último hijo se tomó permiso de paternidad. Sus tres hijos tienen nombres españoles: Antonio, Alberto y Miguel.

NICOLA STURGEON (44 años, SNP): La líder del Partido Nacional Escocés (SNP) no se presenta como candidata a las elecciones a la Cámara Baja, pero podría convertirse en la pieza fundamental tras las elecciones. Según las encuestas, su partido podría conseguir prácticamente los 59 escaños escoceses en el Parlamento de Londres. Sturgeon es la excepción de esta campaña. No sólo porque es escocesa y mujer, sino porque procede de una familia de la clase trabajadora. Hija mayor de un electricista, nació en la localidad de Irvine. Trabajó como abogada en Glasgow, donde actualmente vive con su marido. Sus inicios políticos los vivió como opositora a las armas atómicas y a Margaret Thatcher. “Odiaba todo lo que ella apoyaba”, llegó a decir en una ocasión. “Fueron los inicios de mi nacionalismo”, explicó también. Sturgeon asumió el liderazgo del SNP tras la dimisión de Alex Salmond, que dejó el puesto después de la derrota del referéndum de independencia escocesa.

NIGEL FARAGE (51 años, UKIP): Antiguo miembro del Partido Conservador, a comienzos de la pasada década de los 90 Farage fue uno de los fundadores del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), que defiende la salida del país de la Unión Europea (UE). Su principal objetivo político es celebrar un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE. Cameron -que le llegó a describir como un “loco, secretamente racista”- se comprometió también a celebrar un referéndum sobre la permanencia en la UE si gana estas elecciones, aunque previamente quiere reformar el club europeo y redefinir el lugar de Londres en el mismo. Farage tiene dos hijos de su primer matrimonio y dos hijas del segundo. Le gusta pescar, es un fumador empedernido y disfruta de los típicos pubs británicos.