Homilía en la audiencia de los miércoles

Francisco espera que los errores enseñen

A pocos días de cumplirse el 70° aniversario del final de la II Guerra Mundial, el Pontífice demandó a la dirigencia civil de todo el mundo que se esfuerce en la búsqueda de la paz. El uruguayo Jacinto Vera camino de la beatificación.

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Francisco se divierte con algunos jugadores del equipo de básquetbol Harlem Globetrotters durante la audiencia general del miércoles celebrada en la Plaza de San Pedro. Foto: Agencia EFE

 

Agencia EFE

El Papa Francisco dijo hoy que espera que la sociedad “aprenda de los errores del pasado” al recordar que en los próximos días se conmemorará en algunas ciudades europeas el 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial.

“Confío al Señor, con la intercesión de María Reina de la Paz, el deseo de que la sociedad humana aprenda de los errores del pasado”, dijo tras la catequesis de la audiencia general celebrada como cada miércoles en la Plaza de San Pedro.

Francisco pidió que, “ante los conflictos actuales que están devastando algunas religiones del mundo, todos los responsables civiles se esfuercen en la búsqueda del bien común y en la promoción de la cultura de la paz”.

Beatificación

También Francisco aprobó el decreto con el que se reconocen las “virtudes heroicas” de Jacinto Vera, que fue el primer obispo de Montevideo y nacido de padres canarios, primer paso en el proceso de beatificación.

El decreto con el que Jacinto Vera y otros fueron declarados “venerables” fueron firmados ayer en la audiencia que concedió el Papa al prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, al arzobispo Angelo Amato.

Vera, quien fuera el primer obispo uruguayo, murió el 6 de mayo de 1881 en una posada del pueblo Pan de Azúcar, en uno de sus numerosos viajes misioneros. Había nacido el 3 de julio de 1813 durante el viaje en el que sus padres, provenientes de las islas Canarias, venían como inmigrantes a Uruguay.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro. Ese segundo milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato.

La Iglesia uruguaya ha pedido siempre acelerar el proceso de beatificación de Jacinto Vera, cuya causa comenzó hace 80 años.

El episcopado uruguayo siempre ha evocado el testimonio ejemplar de este obispo y su entrega a los más desfavorecidos del que sería en el caso de que se aprobase en futuro su canonización el primer santo de Uruguay.

Vera pasó su niñez en el territorio que hoy corresponde a la localidad de Toledo y entró con 19 años en el seminario de los jesuitas y fue ordenado sacerdote el 28 de mayo de 1841 en Buenos Aires.

En 1856 se convirtió en vicario apostólico de Montevideo y luego tras ser nombrado obispo fue el fundador del primer seminario de jesuitas en Uruguay

También hoy se anunció hoy la canonización del fraile franciscano español Junípero Serra, conocido por su evangelización de California en el siglo XVIII y controvertido por los supuestos crímenes coloniales que le atribuyen grupos de indígenas estadounidenses.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó en 1988 y Francisco anunció su intención de canonizarlo el pasado enero. Entonces dijo que presidiría personalmente la misa de canonización durante una visita prevista para el 23 de septiembre a Washington, en el marco de un viaje que lo llevará a Cuba y Estados Unidos.