Inmigración irregular y asilo, graves conflictos en el Mediterráneo

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La Comisión Europea (CE) ultima una propuesta de estrategia migratoria, con la que pretende evitar que se repitan tragedias como las de los últimos meses. Foto: Archivo El Litoral

 

La muerte de miles de personas en el Mediterráneo en su intento por llegar a Europa se ha convertido en un fenómeno más complejo que la mera inmigración irregular, al englobar también a personas que huyen de países en conflicto y necesitan protección internacional, dos caras de la misma moneda.

La Comisión Europea (CE) ultima una propuesta de estrategia migratoria, pero advierte de que sin la voluntad política de los Veintiocho seguirá sin haber una verdadera respuesta comunitaria.

“La UE no debería esperar hasta que la presión sea intolerable para actuar”, destaca el Ejecutivo comunitario en el borrador de su plan integral sobre inmigración. Dos de los ejes centrales de esta estrategia serán precisamente la redistribución entre Estados miembro de las demandas de asilo que en la actualidad se concentran sobre todo en Alemania y Suecia, y la absorción de refugiados de terceros países.

La canciller alemana, Angela Merkel, ya adelantó en la cumbre extraordinaria de líderes europeos del pasado 23 de abril en Bruselas su disposición a modificar el reglamento de Dublín, que establece que el Estado miembro que debe gestionar la solicitud de asilo es el primero por el que el demandante entre en la UE, aunque adelantó que llevaría tiempo.

“Sería bastante histórico si esto llega a ocurrir”, reconoce la analista del centro de estudios German Marshall Fund, de Estados Unidos, Astrid Ziebarth, en las que se muestra “muy favorable” a la idea de que los países comunitarios compartan responsabilidad. En el Consejo Europeo extraordinario de abril, los Veintiocho reconocieron la necesidad de reforzar la solidaridad entre los Estados miembro y se mostraron dispuestos a establecer un primer proyecto piloto voluntario sobre la distribución de demandantes de asilo entre los Estados miembros.

Sin embargo, no lograron ponerse de acuerdo acerca del número de refugiados procedentes de países terceros que estarían dispuestos a acoger en la UE, y tras haber manejado una primera oferta de 5.000 personas, finalmente se retiró la cifra porque algunos países la consideraban ridícula.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha pedido a la UE que acoja a 20.000 refugiados para 2020. “Esto es el comienzo, no puede ser la respuesta final. Ahora, es el momento de pensar abiertamente sobre nuevas opciones políticas”, considera Ziebarth, quien critica que los líderes no hicieran referencia a las vías legales de acceso a Europa, lo que obliga a pueblos como el sirio a optar por rutas muy peligrosas.

Esta analista dice que ha sido doloroso ver cómo desde la tragedia de Lampedusa (Italia), en la que murieron 366 personas en octubre de 2013, no se ha avanzado prácticamente en nada en la UE por falta de voluntad política, al tiempo que confía en que el reciente cambio de rumbo de Alemania, apoyado por Italia, Grecia, Suecia y Francia, permita en esta ocasión dar un giro significativo.

“Compartir la responsabilidad entre Estados miembro y ofrecer vías legales de acceso a la UE” son las dos principales recomendaciones del investigador Sergio Carrera, del Centre for European Policy Studies (Ceps) para hacer frente a la llegada masiva de personas a la UE por el Mediterráneo. Por otro lado, aconseja que se establezcan canales flexibles que faciliten la movilidad, la adquisición de visados y la admisión de inmigrantes con propósitos familiares y de empleo.

La Organización Internacional para las Migraciones (IOM) estima que 1.829 personas han fallecidos en el Mediterráneo en lo que va de año, frente a 207 que habían perdido la vida en la misma fecha de 2014.

Por María Ruiz Nievas

(EFE)