Llegan cartas

Riesgo del trabajo profesional en Violencia

LIC. ANA M.G. CHIAVARINI

EX INTEGRANTE EIVF

DNI 10.714.352

Hace muchos años, cuando no se hablaba de la violencia de género, en la antigua Dirección Provincial del Menor, la Mujer y la Familia, ya habían comenzado las reuniones de profesionales de la salud (psicólogas), de la Justicia (abogadas) y asistentes sociales, con el objetivo de encontrar la manera de abordar integralmente todas las problemáticas que involucraban a las mujeres, niñas, niños y adolescentes, que de distintas maneras llegaban a la Dirección con relatos de dolor y muchas veces muerte. Finalmente, en el año 1989, quedó constituido el primer Equipo Interdisciplinario de Violencia Familiar. En este escenario, la asistente social -y luego directora de La Casa de la Joven- trabajó con responsabilidad y compromiso en todo aquello que representaba la protección y asistencia a las adolescentes en riesgo. Muchos fueron los programas implementados en coordinación con el equipo de profesionales de Violencia Familiar, y temas como la autoestima, educación sexual, acompañamiento psicológico individual y, cuando era posible, familiar, se realizaron regularmente. El centro de la atención estaba puesto en cada joven y en sus recursos.

Las últimas noticias y relatos que he leído en los diarios me sorprenden porque, hoy, son muchas las instituciones especializadas en temas como maltrato, abuso, trata de personas y todas las variables que implican, para el estudio, diagnóstico y tratamiento de las víctimas. Esta denuncia no encaja, para mí, en esa institución y menos aún en su directora con quien he trabajado y he visto trabajar siempre a favor de las jóvenes. Es la primera vez que experimento una vivencia cercana del poder de las “denuncias” del daño que éstas pueden implicar para quienes día a día se exponen con sus trabajos en los contextos laborales de “alto riesgo”. A pesar de ello, creo que vale la pena correr estos riesgos cuando existen niños, niñas, adolescentes o mujeres víctimas de cualquier forma de maltrato. Esta directora es prueba de ello.