Cuesta Realizar Autocrítica

En momentos en los que el campo atraviesa una crisis profunda, el Congreso CRA llega para buscar salidas, aunque sigue faltando enriquecer el espíritu de un evento genuino de reflexión.

Federico Aguer

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El Congreso de CRA realizado el fin de semana pasado en Santa Fe tuvo un lema muy particular: “compromiso, cambio, construcción y futuro”. En el evento se intentó instalar debates de fondo que trasciendan la agenda agropecuaria y que atraviesan las causas profundas de la crisis a nivel político, social, judicial y comunicacional. El nivel de los disertantes estuvo a la altura de las circunstancias: se plantearon problemas graves, pero se sugirieron soluciones esperanzadoras, relacionadas con el compromiso cívico necesario para alcanzarlas.

Sin embargo, en el debe surgen algunas sugerencias constructivas: el lugar elegido, si bien brindó las comodidades del caso, presentó dos problemas puntuales: ahuyentó la presencia de uno de los invitados principales (monseñor José María Arancedo); y significó una erogación costosa e innecesaria estando disponible y a disposición (sin costo alguno) las cómodas instalaciones de la Sociedad Rural de Santa Fe.

En cuanto a la renovación institucional, se volvió a marginar a los Ateneos y su agenda puntual del cronograma del evento, ya que se los privó de “su” congreso para unificar todo en el evento mayor, en el que paradójicamente no tuvieron incidencia alguna en el programa, y debieron reunirse por separado en la rural local. Los ateneístas no son el futuro del ruralismo, son el presente, y haberlos pasado por alto significó otro ninguneo que -tal vez de forma involuntaria- los marginó de las decisiones importantes.

Por último, la ausencia de los referentes de peso de la política nacional le quitaron al congreso uno de los atractivos mayores que hubiera podido contar. En “el” año político, la ausencia de los presidenciables se hizo notar.

Una de las entidades con ADN más federal de la Argentina no puede pecar de centralista. Por eso, las sugerencias locales lo hubieran enriquecido aún más.