llegan cartas

Destacan una atención esmerada

ROBERTO Y SANDRA MARTÍNEZ

En primer lugar, quiero agradecer a El Litoral que nos da la oportunidad de poder resaltar hechos que nos suceden día a día.

Situaciones que nos hacen pensar que no todo está perdido y que existen seres humanos que resisten y que merecen darse a conocer. Tengo una hija en el exterior, que debía renovar el pasaporte, pero sólo disponíamos de dos días. Hicimos el trámite en el Registro Civil de Estanislao Zeballos, casi Peñaloza y allí, en mesa de entradas, nos atendió un señor con todas las letras, quien entendió el problema y hasta se preocupó para que todo saliera bien. Aclaro que atendía a todo el mundo con la misma deferencia. Tanto es así que salía a la sala de espera para interiorizarse del trámite de cada uno, de cada problema que se iba a plantear. Seguidamente, nos derivó a un joven empleado, de otra oficina, quien hasta hizo llamadas a la Aduana, a la empresa aérea, para poder terminar el respectivo trámite en el mismo día. Realmente ambos se preocuparon. Mi hija Sandra y yo salimos encantados y con la gestión terminada. Ese señor, que con tanta amabilidad atiende a todo el mundo, es de apellido García. Lamento no saber el apellido del otro joven que también nos atendió. Nunca dejaremos de agradecerles y de recordarlos. Ambos, singulares ejemplos para imitar. Señor García, por favor: no cambie nunca.