Colón y este intento de cambio...

De Osella a Franco, dos estilos para llegar al mismo fin: ganar

  • Merlo dirigió un partido en Primera y Javier López tomó un equipo mal preparado e hizo lo que pudo, que no fue poco. Osella le dio mucho a Colón y tuvo una eficacia para destacar, jugando de una manera. Franco buscará cambiar la imagen, pero con el mismo objetivo: ganar.
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Diego Osella. Le dieron una responsabilidad mayúscula, la afrontó, esquivó al fracaso e hizo un buen trabajo en Colón.

Foto: Pablo Aguirre

 

Enrique Cruz (h)

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A Diego Osella le tiraron con un adoquín para que lo cabecee. Se hizo cargo de un equipo que había perdido varios jugadores y que venía de un torneo de 6 puntos (los pobrísimos 12 menos los 6 del descuento por la deuda con el Atlante), sumergido en una crisis económica y depresión deportiva. Pudo traer un solo refuerzo (Ezequiel Videla, acierto total). Potenció a Alario, le dio rodaje a Conti, hizo levantar el nivel de Graciani y el de Luque, explotó Meli y jugó Bíttolo. Armó un equipo que tenía una fisonomía de juego, que sabía a qué jugaba. Era un equipo intenso, que se paraba bien del medio hacia atrás y que apostaba a la verticalidad y a la practicidad arriba. Sumaba gente en ataque, aunque con reservas. Luque, Alario, Graciani, en menor medida Meli y Mansilla, tenían la obligación de llegar. El equipo se armó rápido y los jugadores se sintieron a gusto. Sacó 30 puntos, terminó cuarto, a un punto del tercero y a dos de los tres segundos. Fue el equipo que estuvo puntero durante la mayor cantidad de fechas (7), logrando un récord histórico en el club (nunca antes un equipo de Colón punteó tanto tiempo en un torneo de Primera División). Le faltó un solo punto para salvarse y no ir a esa final con Atlético de Rafaela en Rosario. El campeón fue River, que recién se dio el gusto de llegar a la punta en la penúltima fecha. Ese equipo de Osella ganó 8 de los 19 partidos y fue, después de Estudiantes, el de la valla menos vencida: recibió 13 goles. Es cierto también que sólo marcó 14, la mitad de los que hizo el River campeón.

Llegó luego el momento de armar el equipo para ascender. Se había vendido a Mugni y llegó el momento de hacer lo propio con Meli, Graciani y Luque. Entró mucho dinero (más de 50 millones de pesos). Algo de eso se cobró y una buena parte todavía se le debe. Se trajeron algunos jugadores interesantes y otros no tanto. Pavón fue un gran acierto, y en menor medida Broun. Hubo otros que defraudaron, como Becerra. La idea de juego no se modificó en demasía, aunque algunas cosas cambiaron. Con Osella al frente, el equipo en la B hizo 21 goles en 16 partidos y llegó a 25 en 20 gracias a los tres goles convertidos en el último partido ante Boca Unidos. Terminó primero en su grupo, más allá de la agónica definición. Ya Osella se había ido después de dos derrotas consecutivas (Guaraní Antonio Franco y Argentinos Juniors), pero con él al frente del equipo, siempre lo tuvo clasificado dentro de los cinco primeros.

La campaña de Javier no es desechable desde lo matemático y ayudó a que Franco se hiciera cargo del equipo en un clima, al menos, de no tanta desesperación ni urgencias. Colón terminó con 17 puntos en los 14 partidos que dirigió Javier (el primero, para llegar a 15, fue con Merlo al frente del equipo). Hubo partidos en los que se trató de cambiar la fisonomía de juego, pero no siempre se consiguió. El aspecto físico —deplorable— como primera “excusa”, sus claras limitaciones y la falta de confianza quizás, fueron escollos insalvables. Se jugó como se podía, a veces intentando algo para lo que no estaban preparados, y aún así se consiguieron algunos resultados.

Ahora llegó Franco con otro librito y, por ende, otro libreto. Intentará un cambio en el esquema y en el juego. A no confundirse, que con Osella, Colón también tuvo partidos en los que atacó con tres delanteros, cuando hacía jugar a Pavón, Alario y Villarruel. Por ahí, lo de Franco aspire a un adelantamiento posicional y a trabajar un poco más en la tenencia de la pelota. Los matices también podrán llegar a diferenciarlo. Por ejemplo, obligar a los defensores a salir jugando desde el fondo. El domingo, en Mataderos, metió 11 jugadores de las inferiores entre los 18 que firmaron planilla. Se nota que no sólo ha pedido refuerzos, sino que también ha trabajado y escarbado para ver de qué manera le puede sacar el mayor jugo posible al plantel.

Se intentará mostrar otro Colón y la comparación con el ciclo de Osella es inevitable, pero sólo por la idea futbolística, que no significa que sea mejor ni más eficaz. Muchos criticaron el juego de Osella, pero con él y sin contar Copa Argentina ni la final con Rafaela, Colón sacó 54 puntos en 35 partidos, o sea un 65 por ciento de los puntos. Debe estar entre los técnicos con el porcentaje más alto dirigiendo a Colón. Fue muy valorable, al margen de haberse ido al descenso, porque fue responsable en un 80 por ciento del ascenso posterior. Y potenció a los jugadores del club, finalizando un buen trabajo que se hizo en divisiones inferiores durante muchos años y que le permitió, a Colón, la venta de cinco jugadores en un año y medio, otra cosa poco vista a través de los tiempos.

Todo lo demás es cuestión de gustos, de paladares futbolísticos. Y también de ver cómo juegan las necesidades y las urgencias. A Osella no le quedó otra que hacer lo que hizo, en el torneo de Primera, y estuvo a un “pelito” de que le saliera algo milagroso. Osella le dio mucho a Colón y Colón también le dio mucho a Osella, hoy dirigiendo en Primera División. Franco tiene otro estilo, pero buscará lo mismo que Osella: ganar. Aquello de Diego sirvió, fue compacto, claro en la propuesta. Colón jugó a algo siempre. Darío buscará ahora lo mismo pero recorriendo otro camino, trabajando mucho como lo hizo Osella y esperando que el material humano le responda.

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Darío Franco junto al presidente Godano. Su filosofía es más pretensiosa, pero tendrá que refrendarla con buenos resultados para que la idea prenda y se fortalezca. Foto: Pablo Aguirre

El dato

La 18

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) programó ayer los días de disputa de la fecha 18 de Primera División que se llevará a cabo entre el viernes 24 y el lunes 27 de julio. Viernes 24: Aldosivi-Temperley. Sábado 25: Gimnasia de La Plata-Crucero del Norte, Unión-Banfield, Sarmiento- Tigre, Vélez-Olimpo, Independiente-Atlético de Rafaela, Huracán-Estudiantes. Domingo 26: Godoy Cruz-San Lorenzo, Belgrano-Boca Juniors, Quilmes-Racing, Newell’s-Rosario Central, River Plate-Colón, Lanús-Defensa y Justicia. Lunes 27: Arsenal-Argentinos Juniors, Nueva Chicago-San Martín de San Juan.

programación A

17ma. Fecha

Viernes

19 San Lorenzo-Arsenal, Luis Alvarez.

21.30 Banfield-Belgrano, Sergio Pezzotta.

Sábado

14 Olimpo-Aldosivi, Darío Espinoza.

16.10 Def. y Justicia-Nueva Chicago, Néstor Pitana.

/// Boca Juniors-Quilmes, Patricio Loustau.

18.30 Atl. de Rafaela-River Plate, Mauro Vigliano.

20.10 Racing Club-Sarmiento, Saúl Laverni.

20.30 Colón-Lanús, Diego Abal.

Domingo

16 San Martín (SJ)-Huracán, Fernando Rapallini.

/// Tigre-Newell’s, Ariel Penel.

18.15 Rosario Central-Vélez Sarsfield, Jorge Baliño.

21.30 Temperley-Independiente, Juan Pablo Pompei.

Lunes

18 Gimnasia (LP)-Godoy Cruz, Federico Beligoy.

20 Crucero del Norte-Estudiantes, Dario Herrera.

21.10 Argentinos-Unión, Silvio Trucco.