Exposición de funcionarios y fragilidad del sistema
Exposición de funcionarios y fragilidad del sistema
Acusado de robo amenazó al fiscal Roberto Apullán
“Por estas cosas matan fiscales y jueces”, dijo a los gritos en la sala de espera del Ministerio Público de la Acusación, un hombre que reclamaba la restitución de su camioneta.
El hecho dirigido contra el Dr. Apullán (foto) ocurrió el mismo día en que el fiscal general Julio de Olazábal repudiara desde San Javier la intimidación a fiscales. Foto: Flavio Raina/Archivo
Juliano Salierno
Una vez más, un fiscal del nuevo sistema penal de la provincia es víctima de un acto intimidatorio en la primera Circunscripción Judicial con sede en Santa Fe. Tras el incendio intencional del edificio de la Fiscalía de San Javier ocurrido el último domingo, este lunes ocurrió un nuevo episodio, esta vez en el edificio de 1º de Mayo 2820 del Ministerio Público de la Acusación.
Un hombre que fue aprendido e identificado por un robo ocurrido tiempo atrás, solicitó en Mesa de Entradas una entrevista con el fiscal Roberto Apullán, que junto a otros tres colegas se encuentran cubriendo la feria judicial de invierno.
“Puntualmente estaba en mi despacho cuando vino personal de fiscalía para decirme que había una persona que quería hablar conmigo”, relató esta mañana el funcionario. Como respuesta, “le manifesté que no podía hablar con él por varias razones; la primera, que tengo como regla no hablar con los imputados si no es en presencia del abogado defensor; y segundo, como estamos de turno por la feria judicial, atendemos solamente casos de urgencia y de personas privadas de la libertad”.
Por una camioneta
Asimismo, “presumía de quién se trataba porque la semana pasada también había venido a pedirme que le devuelva un bien -una camioneta- que, en principio, fue utilizado para realizar un delito y yo se lo negué”. Si bien “primero vino en forma tranquila, luego fue prepotente, y yo le contesté y le di las razones por escrito al abogado”, se excusó el fiscal.
Entonces, por intermedio del personal de la fiscalía “le repetí que no lo iba a atender, hasta que me dicen que estaba ofuscado; luego viene el personal policial diciendo que entre una de las expresiones relata que ‘por estas cosas matan fiscales y jueces’ y a renglón seguido menciona que sabía que yo estaba en la oficina -cosa que yo nunca había negado-, porque sabía cuál era mi auto, señalándolo, que estaba estacionado enfrente de la fiscalía”.
Ya cansado de las idas y vueltas y para que la situación no pasara a mayores, el fiscal decidió hacerlo pasar custodiado por la guardia policial, “y en el pasillo previo a la oficina le expliqué las razones por las que no lo iba a atender y como se negó a retirarse del ingreso a las oficinas dispuse que la guardia policial llamara al Comando para que lo retirara”.
“Estamos expuestos”
No hubo agresiones físicas, “hablamos cara a cara, si se puede decir”, confirmó el Dr. Apullán, que luego debió cancelar la llamada a la fuerza pública porque en el interín llegó el abogado del imputado y logró que depusiera su actitud y se fuera a su casa.
Consultado acerca de la exposición y falta de resguardos en cuestiones de seguridad para los funcionarios del nuevo sistema, el fiscal Apullán se limitó a confirmar que lo que pasó “es una circunstancia objetiva que demuestra que estamos expuestos”. Y aclaró: “Los fiscales no desconocemos el cargo que ejercemos y que implica también estas circunstancias y otros peligros” pero “respecto de las cuestiones de seguridad, puntualmente respecto de nuestros automóviles ya hemos hecho algunas presentaciones y reclamos ante la superioridad, desgraciadamente a casi dos años no tenemos ninguna respuesta satisfactoria”.
A propósito de la amenaza, como un fiscal no puede investigar un hecho en el que resulta víctima, se labró un acta policial que le fue remitida al fiscal Gustavo Urdiales, que ya ordenó las primeras medidas.
“Espero que la respuesta satisfactoria no venga después de que rompan un auto o hieran a un fiscal por no tener las condiciones mínimas de seguridad”, declaró Apullán.
La cochera
También es costumbre que los fiscales tengan que estacionar sus vehículos particulares a la altura de avenida Freyre y recorrer a pie las seis cuadras que los separan de su lugar de trabajo durante las horas pico, lo que trae aparejado una pérdida enorme de tiempo y de un recurso que a la fecha resulta todavía escaso.
El dato
En Las Colonias.
La clave
En San Javier.